Por JUAN TH
Al Partido
de la Liberación Dominicana (PLD) no le interesa la transparencia ni los
controles en el manejo de los recursos del Estado, y muchos menos durante un
proceso electoral, razón por la cual, pese a los reclamos de la comunidad internacional, de
los partidos de oposición y de la sociedad civil, no aprobará la Ley de
Partidos que durante casi veinte años da vueltas en el Congreso Nacional.
Resulta
paradójico que se haya realizado una costosa asamblea de la Asociación Mundial
de Órganos Electorales en un país donde todas las elecciones han sido viciadas
por la corrupción, el uso de los recursos del Estado, inequidad, falta de
libertad, compra de votos, fraudes de todo tipo incluso electrónicos, etc.
Es poco lo
que la República Dominicana ha progresado en materia electoral por la falta de controles y transparencia
establecidos en las leyes.
A los
reclamos de las figuras mundiales que se dieron cita en nuestro país, de los
dirigentes políticos de la oposición y de la sociedad civil, el gobierno, que
tiene el control absoluto del Congreso, y que fue capaz de comprar la modificación de
la Constitución para reelegir al presidente, no ordena la aprobación de la ley
de partidos consensuada por casi toda la sociedad, incluyendo el principal
órgano regulador que es la Junta Central Electoral.
Danilo
Medina no quiere controles. Impedirá por todos sus medios, que son muchos (todo
el presupuesto de la nación), que esa ley se conozca, por lo menos hasta
después de las elecciones porque pretende usar el poder para imponerse.
Pronto
veremos la compra de dirigentes opositores, de líderes comunitarios, de
pastores y sacerdotes, de dirigentes sindicales, etc. Pronto veremos las vallas
y los afiches en todo el territorio nacional con la imagen del presidente. Hace
tiempo estamos viendo en las inauguraciones de letrinas y pantanos los mítines
de respaldo a la reelección. Pronto veremos las patanas transportando fundas de
cemento, varillas, planchas de zinc, etc. Pronto veremos los comedores
económicos y los caminos del Inespre comprando la miseria del pueblo por unos
días para que voten por el presidente. Y pronto veremos, no tengan dudas, el
avasallamiento en la publicidad en la radio, la televisión y la prensa escrita.
¡Será descomunal! ¡Nada de equilibrio, nada transparencia, nada de igualdad de
condiciones en la competencia argumentando, como lo ha hecho la JCE en el
pasado, que no existen leyes que lo prohíba!
Danilo viene
con “to lo hierro” (“llegan lo monstro Men”) en esta campaña para mantenerse en
el poder “cuatro años más… y después hablamos”. (No cumplirá con el acuerdo
hecho con Leonel Fernández de “blindar” la Constitución para que nadie pueda
cambiar el modelo norteamericano de la posibilidad de dos mandatos y nunca más)
Y lo que es
peor, los árbitros no son, ni serán imparciales. La JCE montará las elecciones
sin garantías de transparencia ni igualdad, lo cual es un contrasentido a la
luz de los resultados de la reunión de los Órganos Electorales Mundiales. Pero
luego -¡atención!- el Tribunal Superior Electoral (TSE), un “Circulo de
Estudios” del PLD orientado por Reinaldo Pared Pérez, senador creador del
“Barrilito”, cuando surjan las impugnaciones y protestas, que serán muchas, tal
vez demasiado, decidirá quién será sindico, diputado, alcalde, regidor, senador
y quizás, de producirse el caso, el presidente de la República. (En todos los
casos, como ha sido su costumbre, los “circulistas” convertidos en “jueces” del TSE favorecerán al partido
oficial, que es el suyo.)
Como la
oposición parece estar “en Belén y los
Pastores” con ese tema, creo que asistiremos, como dijera Juan Bosch en una
ocasión, a un “matadero electoral”, como en muchas otras ocasiones.
22 de agosto
de 2015. SANTO DOMINGO
Juan Taveras
Hernández
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