22 de agosto de 2015 - 12:00 am - Las autoridades, el PLD y la ciudadanía deben sancionar a El Querido
Quien ejerce un puesto público o disfruta de liderazgo político debe de tener muy claro que se debe a su pueblo y que sobre sus hombros lleva la responsabilidad de cumplir las leyes y de dar el ejemplo ante el país.
El incidente que protagonizó el ex diputado y presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en Puerto Plata, Alfonso Crisóstomo (El Querido), que insultó y denigró a varios policías de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET) luego que retuvieran el vehículo de su novia porque transitaba sin el marbete, no debe dejarse pasar al olvido.
No es la primera ocasión en que un dirigente político de quinta categoría se cree que puede colocarse por encima de la ley y de la legítima autoridad, ya sea amparado en su supuesto liderazgo o en la consanguinidad con algún funcionario.
Ningún ciudadano, por más poder político y económico que tenga, puede actuar como si estuviera situado por encima de la ley y del respeto a sus conciudadanos.
Quien ejerce un puesto público o disfruta de liderazgo político debe de tener muy claro que se debe a su pueblo y que sobre sus hombros lleva la responsabilidad de cumplir las leyes y de dar el ejemplo ante el país.
Basta ya de abuso de autoridad, de arrogancia y de atropello de parte de quienes, como este personaje desagradable, se vuelven locos por el disfrute del poder
Y no sólo eso. Constituye una afrenta contra la ciudadanía y contra el Presidente de la República, el hecho de que el señor Crisóstomo se atreviera a decir que se llevaría el vehículo por encima de los agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), y que nadie se lo podría impedir, ni siquiera el presidente Danilo Medina.
Este ejercicio de insolencia y altanería debe de ser objeto de sanción legal de parte de las autoridades, y de sanción disciplinaria, de parte del PLD, además de la sanción moral que debían imponerle sus conciudadanos, negándole el voto y evitar así que gane algún cargo electivo en las próximas elecciones.
Basta ya de abuso de autoridad, de arrogancia y de atropello de parte de quienes, como este personaje desagradable, se vuelven locos por el disfrute del poder.
Que recuerden estos señores que todo pasa. Incluso las más prolongadas de las dictaduras, un día se derrumban. Que nunca lo olviden.
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