martes, 25 de marzo de 2025

Antes de su fallecimiento, Antonio Imbert Barrera, calificó el ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo como un ejemplo para República Dominicana, algo que aseguró; “Joaquín Balaguer quiso tapar hasta la último”. #periódicoeldía #AntonioImbertBarrera #trujillo #Balaguer

Sería muy mezquino no reconocer a Zoe Saldaña con el Gran Soberano | @zoesaldana #zoesaldaña #PremiosSoberano @SoberanoRD #Premiossoberano2025 @ZoeSaldanaFanP

El vaso se está llenando: Friusa y la hora de despertar por la dominicanidad | — Andres Alejandro Aybar Baez (@andresbaez1951)

Andrés, tu mensaje refleja una preocupación profunda y legítima sobre la situación en Friusa, Bávaro. La realidad en esta zona es alarmante y merece atención urgente. La proliferación de asentamientos ilegales y el descontrol migratorio son problemas que afectan nuestra identidad, seguridad y el futuro del turismo dominicano.

El "hoyo de Friusa" se ha convertido en un símbolo de abandono y apatía, y la haitianización progresiva en la zona este del país es una realidad que no podemos ignorar. La política exterior de USAID ha influido en esta situación, promoviendo una agenda prohaitiana que ha exigido regularización masiva y derechos para personas que ingresaron ilegalmente

Sin embargo, con el regreso de la administración Trump, el flujo de fondos se ha reducido significativamente, creando una oportunidad para que los dominicanos defendamos nuestra soberanía..

Es crucial que actuemos ahora, organizándonos y levantando la voz para exigir respeto por nuestras leyes migratorias. La nacionalidad dominicana debe ser un honor, y nuestro territorio debe ser respetado por todos, incluyendo aquellos que buscan una vida mejor, pero deben hacerlo con orden y legalidad.

El turismo, uno de los pilares de nuestra economía, está en riesgo. Los turistas buscan tranquilidad, orden y belleza, no caos y abandono. La marcha pacífica convocada para rechazar el asentamiento irregular en Friusa es un acto de dignidad, no de xenofobia. Es un llamado a la autoridad y a la ciudadanía para vivir en paz, cada quien en su territorio, con respeto y reglas claras.

La dominicanidad no se negocia, se defiende. Aún estamos a tiempo.