jueves, 9 de julio de 2020

Comisión Técnica de Transición del Presidente Electo establece prioridades

Comisión Técnica de Transición del Presidente Electo establece prioridades
9 de julio de 2020. Santo Domingo.
Salud, economía y educación fueron los temas de mayor prioridad establecidos por los miembros de la Comisión Técnica de Transición designada por el Presidente electo Luis Abinader, para llevar adelante una transición ordenada y eficiente con las autoridades salientes del Ejecutivo Nacional.
Así lo anunció el presidente de la Comisión, licenciado Lisandro Macarrulla, quien detalló que “son precisamente estas tres temáticas, las que ocupan una mayor e inmediata atención por parte del presidente electo, especialmente la situación de emergencia que vive el país a raíz del COVID-19, a fin de buscar soluciones inmediatas que den respuesta a la escalada que las autoridades actuales han advertido en los últimos días”.
Otros temas priorizados por los miembros de la Comisión de Transición designada por el Presidente electo, son la reactivación de la economía a corto, mediano y largo plazo; y las necesarias medidas a tomar para el inicio de las clases en sus distintos niveles.
De igual manera, fueron trazados los requerimientos y el tipo de informaciones que serán solicitados a la comisión designada para los mismos fines, por el presidente Danilo Medina, bajo la coordinación del Ministro Gustavo Montalvo.
Las reuniones conjuntas se mantendrán mientras dure el período de transición, que culminará el próximo 16 de agosto, fecha en que Luis Abinader asumirá oficialmente la presidencia de la República.
La Comisión está conformada además de Macarrulla, por el presidente del PRM, José Ignacio Paliza, Antoliano Peralta Romero, Miguel Ceara Hatton, Jochi Vicente, Sonia Guzmán, Darío Castillo y Gloria Reyes, como coordinadora ejecutiva.

Atacar el Covid-19 es la prioridad | Por Juan Bolívar Díaz | @JBolivarDiaz


Atacar el Covid-19 es la prioridad

El discurso presidencial a mediados de abril y de mayo era que estábamos aplanando la curva y nos comparaba con España y Estados Unidos, en vez de hacerlo con la el Caribe y Centroamérica, donde somos de los peores.

Por Juan Bolívar Díaz |09-07-2020 00:05hs

La sociedad dominicana acaba de pasar una gran prueba, eligiendo un nuevo gobierno en primera votación, como mandaba la desgracia del coronavirus, salvando la institucionalidad democrática y dejando atrás un partido y un gobierno podridos en la corrupción y la descomposición y pretendiendo eternizarse en el poder abusando de todos los recursos del Estado.

Para los que ponemos por encima de todo los supremos intereses de la sociedad y creemos en la alternabilidad democrática y la sana competencia electoral, hay motivos de sobra para celebrar el salto que se veía llegar clarísimamente, como lo marcaron 41 de 47 encuestas publicadas desde enero y otras reservadas. Pero la acelerada expansión del Covid-19 en el país obliga a aplazarlo todo para, por fin, concertar una batida a la pandemia.

Ni las autoridades salientes ni las entrantes pueden pretender que esperemos la instalación del nuevo gobierno para reformular el combate a la enfermedad, fundamental para contener un deterioro económico y social sin precedente, que lanza al desempleo a cientos de miles, quiebra decenas de miles de empresas medianas y pequeñas y sume en la pobreza inmensas franjas sociales.

Tenemos que reconocer que hemos fracasado en contener la expansión del virus, porque se pretendió convertirla en una oportunidad de reposición política, privilegiando los negocios, con licitaciones escandalosas y fallidas, porque el gobierno evadió la responsabilidad de negociar directamente la obtención de los equipos, medicamentos e insumos fundamentales. Porque puso mayor interés en repartir subsidios que apenas mitigan el hambre, que en resolver la crisis sanitaria para generar una pronta reactivación de la economía y el empleo. Fueron diligentes en mantener el estado de excepción hasta el final de la campaña electoral, para acorralar a la oposición, mientras ellos se movían a sus anchas.

Confiado en rentabilizar políticamente la pandemia, como confesó el presidente Danilo Medina que esperaba, evadió todas las sugerencias de concertación política y social para potenciar sinergias en el difícil combate, y despreció las ofertas de la oposición partidista, de los gremios de la salud, de la Alianza por el Derecho a la Salud que agrupa a decenas de organizaciones sociales que trabajan en el sector, ignoró una propuesta de pacto por la salud y ni cuando realizó “operativos masivos de prevención” quiso dar participación a los ayuntamientos que acababan de ser renovados, ni a las organizaciones comunitarias.

Cuando se inició el programa de reactivación, no se adoptaron las previsiones necesarias, por ejemplo se pretendió que era suficiente la tercera parte del precario transporte estatal, y la población se apiñaba en carritos de concho y minibuses. El contagio no creció por las violaciones al toque de queda, como se aducía, sino por las aglomeraciones en mercados, en el transporte, y hasta en los repartos sociales y políticos del gobierno, y por la búsqueda de la comida diaria por la inmensa legión de los chiriperos y trabajadores informales. La policía informó que apresó 92 mil personas por violar el toque de queda que duró 100 días, menos del uno por ciento de los 10.5 millones de dominicanos.       

Ahora se pretende echar la responsabilidad a la población por los descuidos en prevenir el contagio, pero la realidad es que desperdiciamos tres meses de emergencia, durante los cuales el número de pruebas diarias para detectar y aislar el virus era de 903 hasta mitad de mayo, después de la desescalada ha subido sobre los dos mil. Desde el 15 de junio el promedio diario de contagios se duplicó de 365 a 770, y el de fallecidos pasó de 5.9 al 9.4 de las últimas dos semanas. La tasa de positividad de las pruebas subió de 18 a 24% y los internos en cuidados intensivos de 145 a 211.

El discurso presidencial a mediados de abril y de mayo era que estábamos aplanando la curva y nos comparaba con España y Estados Unidos, en vez de hacerlo con la el Caribe y Centroamérica, donde somos de los peores. Por lo menos España ha controlado la pandemia y nosotros nunca hemos podido detener la curva ascendente. Así que tampoco se puede hablar aquí de rebrote. Lo que hay es un enorme fracaso. Otro legado terrible del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana y Danilo Medina, que no admite plazo para enfrentarlo colectivamente, como propuso muchas veces el presidente electo Luis Abinader, sin que le respondieran ni por cortesía.

ACLARANDUM PARA INES AIZPUN. Por Ylonka Nacidit-Perdomo

ACLARANDUM PARA INES AIZPUN. 
Por Ylonka Nacidit-Perdomo 
Sólo para recordarle a la periodista Inés Aizpún, subdirectora del matutino Diario Libre que, el Estado dominicano es signatario de la «Convención Para La Eliminación De Todas Las Formas de Discriminación Contra La Mujer», ratificada por el Congreso Nacional en 1982; que la Secretaría de Estado de la Mujer (SEM)  creada mediante la Ley No. 86-99 de fecha 11 de agosto del año 1999, hoy Ministerio de la Mujer (MMUJER), es la institución que tiene como mandatos específicos «articular, coordinar y coejecutar con los organismos del Estado para asegurar que las políticas, programas y proyectos sectoriales contemplen criterios de equidad de géneros».
Y que, dada la naturaleza transversal del trabajo de género/ mujer del Ministerio de  la Mujer (MMUJER) es necesario institucionalizar el enfoque de género en las políticas públicas de  todos los Ministerios y de sus respectivas dependencias a nivel nacional.
Por tanto, su opinión de hoy externada en el Antes del Meridiano (AM) de Diario Libre, página 2, de este jueves 9 de julio,  «Ahora o nunca…» donde expresa que «Sobran el ministerio de la Mujer y de la Juventud» no se corresponde con  la institucionalidad del Estado dominicano, y menos aún con las Convenciones, Tratados y Acuerdos internacionales y supranacionales de los cuales el gobierno dominicano es signatario.
Nos resulta extraño que la Sra. Aizpún plantee este retroceso a las conquistas de los derechos humanos de las mujeres de la República Dominicana. Quizás, si lo que se pretende es ahorro en el presupuesto nacional, corresponde mucho más –y tiene más lógica, y contribuye más- que se plantee la abolición/prohibición de la excesiva publicidad que invierte el Estado dominicano, innecesaria, como propaganda mediática (en la TV, radio, medios de comunicación y redes), y en la compra (a través de las nóminas de distintos organismos) de las voluntades de  “comunicadores”.
Si se hace un estudio, a fondo, de esa “inversión” o antiinversión en publicidad desmedida, nociva,  se observará que es mucho mayor que el presupuesto que el Estado dominicano dedica al Ministerio de la Mujer (MMUJER).
Diario Libre Ylonka Nacidit-Perdomo Elvira Lora