Greenpeace nos pone al corriente de ello y, como es fácil adivinar, la inquietud o, si se quiere, la desesperación de la ONG no obedece precisamente a una situación tendente a la reducción de la dependencia del mismo. Muy al contrario, España es uno de los principales importadores de este combustible, con el que se alimentan las centrales térmicas, tremendamente dañinas para la salud ambiental.
En efecto, el país de la piel de toro hace un uso y abuso del carbón que resulta chocante, tratándose como se trata del “pais del sol”, tal y como lo define la organización ambiental. En concreto, las centrales térmicas españolas queman millones de toneladas para este uso.
La dramática dependencia española del carbón
La producción de electricidad utilizando carbón, para hacernos una idea, supuso el pasado mes de octubre el 20 por ciento de la producción total en el país. Es decir, la friolera de una quinta parte de lo generado.

La urgente transición

Estas cifras resultan dramáticas, sobre todo, dentro del marco de transición a una sociedad baja en carbono que está intentando impulsarse en el contexto del Pacto climático de París, al que se llegó en la cumbre parisina (COP21), y ya en vigor. Precisamente, la recién celebrada COP22 de Marruecos ha contado con la presencia del lobby del sector, con el fin de intentar desviar la atención de cual es el verdadero problema afirmando que el problema son las emisiones, no el carbón en sí.

Su plan de acción, por lo tanto, sería compatible con la actual política energética española, siempre y cuando se contasen con tecnologías de captura de emisiones hoy por hoy inexistentes o inviables a los niveles necesarios. Siendo realistas, aunque el carbón se considere imprescindible para muchas economías y se prevea su permanencia en el mix energético mucho, las demandas de los grupos ecológicos y del mencionado acuerdo climático caminan en la dirección contraria.
Ecologistas en Acción o Greenpeace son solo un ejemplo de ONGs que consideran incompatible esta tendencia con la urgencia que reclaman los planes de acción a los que se ha comprometido buena parte del mundo, incluyendo España.
La dramática dependencia española del carbón
Greenpeace considera una dramática contradicción “mantener este sector fósil en el país del sol” y, más allá de este absurdo, señala la fea situación en la que se encuentra España de cara a su compromiso global para luchar contra el cambio climático.
El hecho de “no respetar las leyes climáticas internacionales, además de estar dando la espalda al cuidado de nuestra salud y a un país más ecológico y social”. La organización critica que el nuevo Gobierno no planee acabar con la dependencia que tenemos de esta fuente de energía mediante un progresivo cierre de centrales.
Hoy por hoy, por lo tanto, la cosa pinta mal. El comercio internacional de carbón encuentra en España un buen cliente, uno de los mejores de la zona comercial atlántica, junto con Reino Unido, Países Bajos o Alemania, según la Asociación Mundial del Carbón (AMC).
La dramática dependencia española del carbón
En 2015 España compró 19 millones de toneladas y hasta agosto de este año, se llevaban comprados nueve millones, la inmensa mayoría para alimentar las centrales térmicas españolas. Según un estudio de Greenpeace, estas cifran han convertido a España en el país del mundo que más creció en el uso de este mineral.

Las renovables superan al carbón

Si analizamos la situación a escala global, las noticias son relativamente buenas, pues como fuente generadora de electricidad, las energías renovables ya superan al carbón a nivel mundial.
Si el carbón y el petróleo han sido durante toda la época industrial y postindustrial la principal fuente de energía, al menos en lo que respecta a la generación de electricidad está siendo superada por las energías verdes.
La dramática dependencia española del carbón
Según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), este historico cambio ha sido posible tras un lustro de de fuerte crecimiento, impulsado por la reducción de costes y políticas favorables en países como China, India, Estados Unidos y México.
Es decir, la suma de voluntad política y mejoras tecnológicas en cuanto a efciencia han hecho la diferencia. En particular, destaca el tremendo bajón de los paneles, que han reducido su precio en un 99 por ciento desde los años setenta y un 80 por ciento durante la primera década de siglo.
Actualmente, además, las tecnologías no dejan de realizar propuestas interesantes, algunas más viables que otras, abriendo nuevas posibilidades de aplicación o de perfeccionamiento en un futuro próximo. En definitiva, un mercado en constante desarrollo, que puede depararnos grandes alegrías en el momento menos pensado y, de hecho, está haciéndolo.
La dramática dependencia española del carbón
De acuerdo con el trabajo, las fuentes de energía eólicas y solares son las protagonistas de este cambio cualitativo. En conceto, representan más de la mitad de la capacidad de producción eléctrica de origen renovable, y si nos atenemos a las última cifras, la tendencia es creciente.
En 2015 contribuyeron con 153 G o, lo que es lo mismo, la producción fue un 15 por ciento más que el año anterior, y las previsiones son positivas, llegando a superar este porcentaje de forma amplia, siempre según la AIE.
Por último, con respecto a las turbinas eólicas, solo en China, durante 2015 se instalaron dos cada hora. O, por ejemplo, si de paneles solares de trata, en el mundo se instala medio millón de unidades diarios. http://www.ecologiaverde.com/la-dramatica-dependencia-espanola-del-carbon/?utm_source=dlvr.it&utm_medium=twitter