Resulta imposible hablar de la Restauración (1863) sin hablar de la Independencia (1844). Y claro está, no podemos referir la Independencia dominicana sin el nombre de Juan Pablo Duarte, quien fuera el armador del proceso político que condujo al logro de ese objetivo, lo que lo convirtió en fundador de la República.
Al constituirse la República Dominicana, quedaron al frente del poder político los representantes de la ideología conservadora, encabezados por el presidente Pedro Santana. Los trinitarios representaban las ideas liberales, el nacionalismo verdadero. Santana no quería cerca a nadie que oliera a las ideas democráticas de Juan Pablo Duarte.
A unos los fusiló y a otros los sacó del país. El padre de la Patria fue de los extrañados. A sólo seis meses de fundada la República, el 22 de agosto de 1844, Duarte fue sacado del país. Se radicó en Caracas, Venezuela, y allí estaba cuando en marzo de 1861, Santana entregó la soberanía nacional al reino de España.
En el exilio, el Patricio contacta a algunos amigos y leales independentistas y pone en marcha un movimiento de apoyo a la recuperación de nuestra soberanía. Desde abril de 1862, Duarte busca ayuda en Venezuela con el fin de retornar al país para unirse a los planes conspirativos contra la dominación española.
Duarte hizo gestiones con el gobierno venezolano y consiguió ayuda material. Según los informes, recibió la suma de mil pesos, para ser usados en pro de restaurar la Independencia dominicana. Pagó un flete a los fines de ser trasladado con su tío Mariano, su sobrino Vicente Celestino y el poeta y soldado patriótico Manuel Rodríguez Objío.
Venía a ponerse a la orden del gobierno provisional, comandado por el general José Antonio Salcedo. Arribó al país el 25 de marzo de 1864 tras 20 años de ausencia, poniéndose a las órdenes del Gobierno restaurador. Su primera visita fue dispensada a su amigo el general Matías Ramón Mella que se encontraba enfermo.
Llegaron al puerto de Montecristi, donde fueron recibidos por el general Benito Monción, luego continuaron hacia Guayubín. En ese año, la guerra se había tornado insoportable para los españoles, el gobernador La Gándara pidió autorización al monarca ibérico para iniciar negociaciones de paz. Hubo que dársela.
La salida de las tropas españolas se inició el diez de julio de 1865. La nación volvía a ser libre y soberana de toda potencia extranjera, como planteara siempre su ilustre fundador, Juan Pablo Duarte. Este domingo se cumplen 152 años de esa gloriosa gesta, específicamente del inicio de la guerra que permitió restaurar nuestra Independencia. http://elnacional.com.do/voces-y-ecos-251/
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