Vocería infame
Este gobierno tiene una vocería infame que teatralmente es capaz de atribuirle las culpas del reinado de la impunidad únicamente al sistema de justicia, excluyendo al poder ejecutivo y a otras instancias estatales; como si el Presidente Medina, Leonel Fernández y el PLD no controlaran Ministerio Público, “altas” cortes, tribunales, cámara de cuentos, congreso y jefaturas policiales-militares.
Quieren que el movimiento Marcha Verde combata una corrupción y una impunidad etéreas, sin gobierno responsable, sin presidente culpable, sin partidos corrompidos, sin altos funcionarios y grandes empresarios mafiosos, sin generales delincuentes…
Cuando se denuncia un sistema corrupto en sus más altos niveles, hasta sus voceros “inteligentes” se enervan y acusan al movimiento verde de “partidista” y de “desnaturalizar” sus propósitos “altruistas”; mientras, paralelamente, sus bocinas pagadas y sus perros sabuesos nos acusan de conspiración, nos espían, acosan y atribuyen fantasiosas conexiones con narcotraficantes y empresarios inescrupulosos realmente protegidos o asociados al patrón gubernamental.
En sus afanes por salvar al presidente de turno, sus intelectuales orgánicos prefieren que nuestros cañones solo se enfilen contra Leonel, olvidando lo difícil que es decidir cuál de los dos gobiernos peledeístas acumula más delitos de Estado; ambos emulando las gestiones indignas de Balaguer, traicionando las enseñanzas ético-morales de Bosch y superando la corruptela del PRSC, PRD-PRM.
Nos invitan a darle veracidad a quienes ayer confesaron financiamientos de Odebrecht a las campañas de Danilo y ahora han vendido, a lo Mónica y Joao, bien caro sus desmentidos.
Pretenden que el pueblo confíe en sus mentiras fabricadas y en una justicia controlada y manipulada por ladrones de alto copete y funcionarios a su servicio, como si pudiera creerse que gobernantes delincuentes puedan aceptar ser sancionados por el sistema que dirigen.
Claman por la apoliticidad y neutralidad del movimiento Marcha Verde, aunque saben que obligatoriamente éste tiene que ser político, porque la corrupción es política y la impunidad mucho más; ambas, por demás, estructurales, sistémicas, institucionalizadas y manipuladas a favor de cogollos partidistas, gubernamentales, empresariales, militares-policiales, eclesiales…
Y es que el ladrón mentiroso juzga por su condición, y de tanto mentir y robar se torna bruto. La realidad lo desnuda. La verdad lo acorrala, lo turba y embrutece.
Marcha Verde, por su diversidad, no debe ser partidista; sino alternativa al sistema tradicional de partidos y al orden institucional en descomposición. Sin corruptos preferidos. http://elnacional.com.do/voceria-infame/
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