Por CLAUDIO ACOSTAc.acosta[@]hoy.com.do
05 mayo, 2015 2:00 am
Como mocano de padre y madre que soy no puedo ser indiferente a la denuncia del senador José Rafael Vargas, como tampoco pueden serlo los encargados del Departamento de Investigaciones Criminales (Dicrim) de la Policía Nacional y de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) en la zona, pues es su responsabilidad evitar que los jóvenes de la provincia se sigan matando por el control de los puntos de drogas, situación que mantiene aterrorizada a una comunidad que quiere y merece vivir en paz. Según la denuncia del legislador al menos ocho jóvenes han muerto a balazos en menos de un mes en disputas por el control del microtráfico, con el agravante de que la gente ha dejado de confiar en las autoridades llamadas a evitar que esas cosas ocurran pues sospechan que se han aliado con los microtraficantes, lo que los convierte en parte del problema. “Por lo que vemos, la delincuencia nos arropa. En la provincia Espaillat hay un cuadro de terror por los pleitos entre las bandas de jóvenes”. Ese “cuadro de terror” que describe el legislador peledeísta no es exclusivo, como él mismo reconoce, de la provincia Espaillat, pues el narcotráfico y su secuela de criminalidad y violencia ha sentado sus reales en prácticamente todo el territorio nacional, en gran medida gracias a la complicidad y la connivencia de las autoridades que deberían perseguir y enfrentar el flagelo. El representante de Espaillat cree que hace falta un “Chapulín” dispuesto a enfrentar el terror que esas bandas generan con sus frecuentes enfrentamientos a tiros a plena luz del día, pero lo cierto es que lo único que hace falta es que la gente de la DNCD y el Dicrim hagan su trabajo en lugar de aliarse o ponerse al servicio de los narcotraficantes.
http://hoy.com.do/terror-en-espaillat/
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