7 de mayo de 2015
Hipólito Mejía y Luis Abinader acaban de ofrecer un valioso ejemplo de liderazgo responsable, respaldados por el civismo y el entusiasmo de las bases del PRM
La sociedad ha considerado la elección de Luis Abinader como el fruto de una convención diáfana y ejemplar, una competencia limpia, pacifica, pero llena de ilusiones políticas.
Hubo, nadie lo duda, fallas técnicas, déficits logísticos, precariedad de recursos económicos y muy poco tiempo; esas faltas provocaron que en algunos lugares el material para la votación nunca llegó y en otros arribó con varias horas de retraso.
¿Por qué esos hechos no pudieron ser imputados a una intención fraudulenta? Simplemente porque los delegados de los aspirantes participaban activamente en las deliberaciones que precedían casi todas las decisiones de la Comisión Nacional Organizadora (CNO).
Naturalmente, como es común en la competencia política, algunos dirigentes medios, espoleados por el temor a la derrota o por la ambición desmedida, intentaron obstaculizar los trabajos, pero no tuvieron éxito, porque sus jefes políticos los regresaron a la cordura. La credibilidad de la Comisión Nacional Organizadora, reforzada por la actitud responsable de los precandidatos, fue el instrumento efectivo para neutralizar contradicciones y llevar a feliz término la convención.
En resumen, las claves del éxito de la convención fueron tres: la transparencia con que la Comisión Organizadora condujo el proceso, el comportamiento responsable de los precandidatos y, por último, el desempeño imparcial, institucional, de la máxima dirección del PRM.
Los resultados de la convención del PRM indican que las bases de los partidos políticos, la gente humilde, van siempre dispuestas a participar con sensatez en los procesos eleccionarios, pero, con frecuencia, sus jefes, la cúpula poderosa, las empujan hacia aventuras destructivas. Las bases del PRM trabajaron, hicieron campaña, y finalmente votaron, sin recibir mi pedir un centavo a cambio, lo que de por si es ya una extraordinaria demostración de compromiso democrático en estos tiempos.
Por su lado, vale reconocer que Hipólito Mejía y Luis Abinader dieron un valioso ejemplo de liderazgo responsable y que fueron correspondidos por una militancia que hizo exhibición de civismo y madurez; esa combinación ha levantado las esperanzas del pueblo por un cambio político en el 2016. http://acento.com.do/2015/opinion/8246767-claves-de-una-convencion/
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