Por SAMUEL SANTANA
El sábado 20 de este mes, en la ciudad de San Sebastián, España, una gran multitud de ciudadanos se lanzó a las calles para exigir, con pancartas y consignas, que el gobierno tome medidas contundentes en contra de la pobreza.
De manera estratégica, los manifestantes pasaron, también, por una de las avenidas donde se concentran los bancos más poderosos de la ciudad.
Los enormes letreros acusaban a los banqueros de explotar al pueblo con el encarecimiento indiscriminado del dinero prestado y cobrado mediante tasas abusivas.
Uno de los escritos llevados a mano decía: “castigo a los culpables de la crisis”.
Aparte de la acusación contra los banqueros, también se arremetió contra las grandes multinacionales y “los gobiernos corruptos a sus servicios”.
Señalaron, además, la privatización y la disminución de los planes sociales del gobierno.
Por todo lo alto se veían las fotos de influyentes funcionarios para quienes solicitaban la acción contundente de la justicia por haberse robado los fondos del Estado.
Este tipo de manifestación, es la indicación de que los pueblos no están tan dispuestos a soportar estoicamente que la pobreza y la desigualdad destruyan tan fácilmente la felicidad, el bienestar y la paz de los ciudadanos.
Es un gran error el hecho de que la clase económica poderosa y los políticos en el poder lleguen a pensar que siempre podrán engrosar sus arcas personales hasta reventar, sin que nada pase.
Los banqueros, los grandes empresarios y la clase política dominante deben entender que el acorralamiento de una masa en la miseria, precariedades y falta de bienestar puede llevar a la búsqueda de una válvula de escape cuya consecuencia ponga en juego muchas cosas.
Por el bien de todos, conviene que se reduzca un poco la ambición. http://hoy.com.do/la-lucha-contra-la-pobreza-4/
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