En la edición correspondiente al 20 de noviembre del año en curso se publicó en el diario El Caribe una amplia entrevista que ofreció el licenciado Fernando Álvarez Bogaert, a la periodista Evelyn Irizarri, en la que el entrevistado se refiere a diversos hechos de nuestra historia política reciente.
El autor es político. Reside en Santo Domingo |
No deseamos director, polemizar con el licenciado Álvarez Bogaert, dado los vínculos de amistad y consideración que nos unen, desarrollados en las actividades proselitistas del Partido Reformista Social Cristiano, pero nos resulta imposible pasar por alto las opiniones vertidas por él.En esta oportunidad, sin embargo, sólo vamos a referirnos a sus afirmaciones reseñadas con el epígrafe “El Vice de Pena Gómez”, en la que asevera, y cito: “Nos fuimos a la campaña y nos robaron las elecciones”. Esta alusión se refiere a los comicios generales celebrados en 1994.
El entonces candidato vicepresidencial del PRD sabe muy bien que esas fueron las elecciones más “supervisadas y observadas” de toda nuestra historia. Sólo la Agencia Internacional para el Desarrollo, AID, envió como “asistencia técnica” a 18 asesores.
Debe recordar también el entrevistado que el candidato presidencial tenía meses hablando de que él poseía “un colchón de 200,000 votos”, presumimos que contando con lo que su candidato vicepresidencial de seguro le aportaría en el proceso.
Asimismo debe tener aún fresco en su memoria nuestro amigo Álvarez Bogaert que en la mañana de las elecciones, cuando él se presentó a la sede de la Junta Central Electoral, hablando de un supuesto “dislocamiento” de votantes perredeístas, la Junta procedió de inmediato a comunicarse con los secretarios de numerosas Juntas Electorales, inquiriendo informaciones acerca de alguna situación anómala perceptible, recibiendo por respuesta que en sus respectivas demarcaciones no se habían presentado inconvenientes.
Resulta, igualmente, oportuno recordar que la Junta Central Electoral, compuesta por representantes de las tres principales fuerzas políticas, PRSC, PRD y PLD, al continuar las reclamaciones, llegando las mismas al extremo de no permitir que las Juntas Municipales pudiesen fallar, como manda la ley, los recursos presentados, designó una Comisión para examinar la situación, compuesta por Gonzalo Brenes, principal figura de los Asesores de la AID en función de “supervisores y observadores” de nuestras elecciones, por el vicerrector de la PUCAMAIMA, el rector de INTEC, y completaban dicha comisión el consultor jurídico y el Director de elecciones de la Junta Central Electoral.
Dicha Comisión orientó sus acciones en dos vertientes principales: la primera consistía en indagar si hubo anomalías verificables en el Centro de Cómputos, detectándose errores menores que afectaban a todos los partidos participantes.
La segunda se centró en examinar si se habían producido cambios en la lista de votantes, comprobándose que la misma lista de votantes entregada a los partidos políticos fue la que se envió a las mesas electorales, y se llegó, incluso, a confrontar la lista con la que la Junta Central Electoral guardaba en una bóveda del Banco Central, como un mecanismo de seguridad adicional para las elecciones, pudiéndose establecer que ambas listas eran iguales.Lo cierto es que el famoso “colchón electoral” del entonces candidato presidencial del PRD, nunca se pudo hacer realidad, como no lo fue el aporte de votos del entonces candidato vicepresidencial. Se hizo famosa la grabación puesta a circular en ese entonces, en la que un alto empresario preguntaba “dónde estaban los votos de Fernando”.
Esas elecciones tenían como principal objetivo sacar del poder al presidente Balaguer, en un vulgar ajuste de cuentas ante la actitud tomada por el estadista en 1991, cuando se negó rotundamente a permitir campamentos de refugiados haitianos en territorio dominicano. El doctor Balaguer constituía un obstáculo insalvable para las fuerzas imperiales en su manifiesta intención de endosarle a la República “el problema haitiano”, con el fin de lograr un estado binacional. Al triunfar el doctor Balaguer, no tuvieron escrúpulos y presionaron hasta lograr el adefesio del acomodamiento constitucional de 1994. Con el paso del tiempo, el país se ha dado cuenta, querámoslo admitir o no, que al doctor Balaguer le asistía la razón en ése, y en muchos otros aspectos de la vida nacional, a pesar de las continuas distorsiones que de esos episodios realizan los antibalagueristas de profesión.
Hay otras afirmaciones del licenciado Álvarez Bogaert que no se ajustan a la realidad de lo acontecido, como la de “el secuestro” y la de “no toques esa tecla”, pero para esta ocasión, y sólo por ésta, es más que suficiente la presente aclaración, ya que al formularla hemos honrado el sabio contenido de la frase de Francois Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire, cuando expresó: “A los vivos se les debe respeto, a los muertos nada más que la verdad”
jpm http://almomento.net/respondiendo-a-fernando-alvarez-bogaert/
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