8 de junio de 2017. SANTO DOMINGO
Esto apenas empieza, y les saldrá mal
Por Nelson Marte
Quienes
respaldan la decisión evacuada ayer por el juez Francisco Ortega, pese a reconocer que se basa en pruebas falsas
y fallas múltiples.
Los que
expresan conformidad con las medidas, aunque reconocen que las pruebas
aceptadas por el juez Ortega son insuficientes para justificar la privación de
libertad a todos los imputados.
Aquellos que
apoyan la decisión del juez Ortega, conscientes sin embargo de que se trata de
un expediente selectivo, y advirtiendo que faltan culpables pero asumen las
medidas como un inicio del combate a la corrupción y la impunidad.
Y, en otra
onda, quienes ven que cuando el juez Ortega sigue a pies juntillas al
Procurador malea desde el principio lo
que debió ser la base de un expediente de inequívoca contundencia por su
estricto apego al debido proceso.
Todos, tirios
y troyanos, sabemos que el manejo dado
al caso responde a una maniobra política del gobierno del presidente Danilo
Medina, materializada a través de Jean Alain Rodríguez con los siguientes objetivos:
i) Excluir del expediente a los
grandes responsables del fraude perpetrado por Odebrecht y compartes; ii) Golpear
y tratar de debilitar a la oposición externa e interna al presidente Medina; y,
iii) Ganar tiempo y espacios perdidos por la lujuria reeleccionista del presidente
Medina.
El
procurador Rodríguez y el juez Ortega sustentan el expediente Odebrecht de
corrupción en el relato “Historia y relación de la compañía con Ángel Rondón
Rijo”, de la autoría del delincuente Marco Antonio Vasconcelos Cruz.
Ese relato,
acomodado al crimen de lesa patria que es el acuerdo Gobierno-Odebrecht, junto a las mentiras de los desacreditados
Monica Moura y Joao Santana, son la base de las pruebas montadas por el
Procurador, y que apadrina ahora el juez Ortega, con que
cuenta la administración Medina para ganar un pleito que, como dijo Ángel
Rondón, apenas comienza.
Vaya capital
moral y ético en que se basa la acción judicial del gobierno del presidente
Medina: los testimonios de delincuentes ya sentenciados por corrupción, y
algunos investigados por falso testimonio por la justicia de su país.
Pero les
saldrá mal.
Porque frente
al proceso mostrenco y acomodado al interés político de la concupiscencia continuista,
está la determinación de los partidos de oposición, el movimiento social y la presión internacional de demandar una
indagatoria en la que prevalezca el debido proceso.
Una presión demandando
que jalen a los verdaderos responsables del fraude más grande que se haya
cometido jamás en contra del pueblo dominicano.
Una presión
que encarte también la parte más abultada del fraude Odebrecht, que es la
cuestionada licitación y construcción de Punta Catalina, donde se ha planteado
que sólo la sobrevaluación, sin mentar los sobornos, ronda entre 900 mil y mil
millones de dólares.
Una presión
para lograr una verdadera profilaxis ética, que retome la indagatoria judicial de
los fraudes de Sun Land, PEME, Súper Tucano, sobrevaluaciones en obras
públicas, nominillas políticas, OISOE y el reparto de tierras del Estado, entre
otros, de los que son responsables los gobiernos del PLD.
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