Cómo podría cambiar la Corte Suprema de Estados Unidos con el candidato de Trump
Por ADAM LIPTAK
WASHINGTON — Desde la muerte del magistrado Antonin Scalia en febrero del año pasado, la Corte Suprema de Estados Unidos ha estado dividida en partes iguales entre republicanos y demócratas. En ocasiones, esto ha llevado a empates y muchas decisiones tomadas con un margen muy estrecho.
Un nuevo magistrado nombrado por el presidente Donald Trump fortalecería al bloque conservador de la corte. El equilibrio de poderes podría entonces regresar a lo que se vivió hacia 2006: una tendencia hacia la derecha atemperada por los ocasionales votos liberales del magistrado Anthony Kennedy.
Trump publicó en Twitter que anunciaría su decisión este martes a las 20:00 de Washington (21:00 en Ciudad de México).
¿Qué se puede esperar de una corte con un ala conservadora revitalizada?
Los derechos al aborto parecen estar a salvo, por ahora
Mientras el magistrado Kennedy continúe apoyando a grandes rasgos el derecho constitucional al aborto que se estableció en 1973 en el caso de Roe vs. Wade, es probable que la llegada del noveno juez no haga mucha diferencia.
En junio, Kennedy tranquilizó a los que están a favor del derecho a la interrupción legal de un embarazo al unirse a las filas liberales de la corte, compuesta por cuatro miembros, para revocar partes de una ley que restringía el aborto en Texas con una votación de cinco contra tres. Un nuevo magistrado que se oponga a este derecho estrecharía ese margen, pero no lo cambiaría.
En otra ocasión, Kennedy había votado para que las restricciones al aborto fueran consideradas inconstitucionales, en el caso Planned Parenthood vs. Casey de 1992, cuando se unió a los entonces magistrados Sandra Day O’Connor y David H. Souter para salvar la esencia del caso Roe vs. Wade.
Estos tres magistrados eran nombramientos republicanos que, por lo menos en este tema, decepcionaron a algunos de los conservadores que habían respaldado sus nominaciones. Trump ha dicho que la persona que nombre votará para anular la sentencia del caso Roe.
La acción afirmativa también parece estar a salvo
En junio, la corte ratificó un programa de admisiones por raza en la Universidad de Texas por cuatro votos contra tres. La magistrada Elena Kagan fue recusada pero muy seguramente habría votado a favor, con lo que el voto efectivo sería de cinco contra tres. Nuevamente, el simple nombramiento de Trump no inclinaría la balanza.
El magistrado Kennedy, autor de la opinión mayoritaria, ha manifestado desde hace mucho su escepticismo ante los programas basados en la raza y nunca antes había apoyado un plan de equiparación de derechos. Disintió en el último caso importante de acción afirmativa.
Hay otros casos en espera, incluyendo uno que impugna las políticas de admisión a Harvard. Sin embargo, es poco probable que el magistrado Kennedy cambie su postura en el caso de Texas, y un nuevo integrante (el cuarto) del bloque conservador probablemente no votaría para añadir un caso de acción afirmativa a la lista salvo que sus miembros piensen que podrían atraer el voto del magistrado Kennedy.
Las normas ambientales podrían estar en riesgo
Unos días antes del deceso de Scalia, la mayoría conservadora –compuesta todavía por cinco miembros– bloqueó el ambicioso esfuerzo del presidente Barack Obama para combatir el calentamiento global al regular las emisiones de las plantas de energía que usan carbón.
La Corte Suprema nunca antes había aceptado una solicitud para poner un alto a alguna regulación federal antes de que esta fuera revisada por un tribunal de apelaciones. La Corte de Apelaciones de Estados Unidos del Circuito del Distrito de Columbia escuchó los argumentos del caso en septiembre y su decisión se espera pronto.
No obstante, la suspensión emitida por la corte seguirá vigente hasta que decida si revisará el recurso de apelación, si así lo pide la parte perdedora en el fallo de la corte de menor instancia.
Cuando el ala conservadora del tribunal supremo esté completa, los grupos ambientales tendrían motivos para estar nerviosos.
Los casos sobre anticonceptivos y derechos transgénero podrían diluirse
Otros casos están relacionados con acciones del gobierno de Obama que podrían ser revocadas en el de Trump. Si eso ocurre, los casos a los que darían lugar podrían no llegar a la corte.
En mayo, por ejemplo, la corte devolvió por decisión unánime a los tribunales inferiores una serie de casos sobre el acceso a los anticonceptivos dentro del plan de cobertura médica en el trabajo. Hizo esto con la esperanza de que las partes en conflicto pudieran resolver sus diferencias, aunque era poco probable dada la división entre los empleadores religiosos, por un lado, y el gobierno de Obama, por el otro, y se esperaba casi con seguridad que al menos algunos de los casos regresarían a la Corte Suprema.
El gobierno de Trump bien podría dar cabida a las objeciones de los grupos religiosos con la eliminación de la necesidad de una mayor revisión por parte de la Corte Suprema.
Algo similar podría ocurrir en un caso sobre derechos de las personas transgénero que actualmente se encuentra en la lista de temas a ser revisados por el tribunal. El caso tiene que ver con la interpretación del gobierno de Obama de una regulación federal a partir de una ley de 1972 que prohíbe la discriminación “por sexo” en las escuelas que reciben fondos federales. Aquí también, la presidencia de Trump podría ofrecer una interpretación distinta de la norma, lo que daría lugar a la posibilidad de que los magistrados desestimen el caso.
Este podría no ser el único nombramiento de Trump
Es completamente factible que haya otra vacante durante la presidencia de Trump. Los tres integrantes más longevos de la corte son el magistrado Kennedy, de 80 años, y los integrantes del ala liberal Ruth Bader Ginsburg, de 83, y Stephen Breyer, de 78.
Si Trump tuviera la oportunidad de remplazar a alguno de estos tres magistrados, muy seguramente la corte se transformaría en una mayoría conservadora sólida de cinco magistrados. Empezaría una nueva fase y los precedentes liberales en materia de aborto, la pena de muerte y los derechos homosexuales estarían en riesgo.
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