martes, 31 de enero de 2017

Claves para entender el caso Odebrecht

enero 18, 2017
Claves para entender el caso Odebrecht
Una red de corrupción que se descubrió en una pequeña gasolinera de Brasilia terminó por destapar el intrincado esquema de sobornos organizado por el gigante de la construcción Odebrecht y su filial Braskem. Y el Departamento de Justicia estadounidense puso al descubierto el refinado mecanismo de lavado de dinero que pretendía enlodar el sistema financiero de ese país. Se habla de más de 788 millones de dólares
Por Maibort Petit | @maibortpetit

Una red de sobornos superior a los 788 millones de dólares en la que el conglomerado brasileño de la industria de ingeniería y construcción sería el protagonista, quedó al descubierto a raíz de una investigación llevada a cabo por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. La averiguación sacó a la luz un entramado de operaciones de corrupción que la corporación llevó a cabo para beneficiarse de contratos en once países, por el orden de los 3.300 millones de dólares.
El gigante Odebrecht — fundado por el ingeniero Norberto Odebrecht Pernambuco, en 1944, en Salvador de Bahía— que además participa en la elaboración de productos químicos y petroquímicos, se encuentra presente varios países de Suramérica, América Central, el Caribe, Norteamérica, África, Europa y el Medio Oriente.
Los representantes de Odebrecht y Braskem SA -una filial petroquímica- se declararon culpables el pasado 21 de diciembre de 2016 ante la justicia de Estados Unidos y acordaron pagar 3.500 millones de dólares en multas, tanto a las autoridades norteamericanas como a Brasil y a Suiza, por su esquema de sobornos a funcionarios públicos gubernamentales y políticos en varios países del mundo. Y es que las coimas de Odebrecht y Braskem llegaron -además de a Brasil-, a Angola, Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela.
Estas empresas cotizan sus valores en la Bolsa de Nueva York y habrían usado el sistema financiero y bancario de Estados Unidos para hacer los pagos irregulares. Esta es la razón por la que las autoridades norteamericanas se hacen partícipes del asunto y conduce al gobierno estadounidense a acusar a Odebrecht y a Braskem SA de “conspiración para violar” las leyes contra sobornos de EEUU, específicamente la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, FCPA por sus siglas en inglés.
El trabajo estuvo a cargo de la fiscal auxiliar adjunta, Sung-Hee Suh, de la División Criminal del Departamento de Justicia de Estados Unidos; el fiscal del Distrito Este de Nueva York, Robert L. Capers; el subdirector de la División de Investigaciones Criminales del FBI, Stephen Richardson; y William F. Sweeney, de la oficina de campo del FBI en Nueva York.
Los representantes de Odebrecht y Braskem SA -una filial petroquímica- se declararon culpables el pasado 21 de diciembre de 2016 ante la justicia de Estados Unidos y acordaron pagar 3.500 millones de dólares en multas
No se trató de una investigación sencilla, pues para que pudiera tenerse claridad acerca de cómo había sido urdido y confeccionado todo este entramado de corrupción, debió llevarse a cabo de manera multinacional y de forma tal que permitiera descubrirla y entenderla. Solo entonces pudo darse a conocer a la opinión pública.
“Estas resoluciones son el resultado de un esfuerzo multinacional extraordinario para identificar, investigar y enjuiciar un esquema de corrupción altamente complejo y duradero que resultó en el pago por parte de las compañías demandadas de cerca de mil millones de dólares en sobornos a funcionarios de todos los niveles del gobierno en muchos países “, informó el fiscal Capers, quien agregó que Odebrecht y Braskem “en un intento de ocultar sus crímenes, ​​usaron el sistema financiero global —incluyendo el sistema bancario en Estados Unidos— para disfrazar el origen y el desembolso de los sobornos mediante el traspaso de fondos por vía de una serie de compañías ficticias. El mensaje enviado por esta fiscalía es que Estados Unidos está trabajando con sus socios del orden público en el exterior y no dudarán en responsabilizar a aquellas corporaciones e individuos que buscan enriquecerse a través de la corrupción de las estructuras legítimas”.
Ese mensaje ha sido contundente y así lo dejó establecido William F. Sweeney al sentenciar que “no importa cuál sea la razón, cuando los funcionarios extranjeros reciben sobornos, amenazan nuestra seguridad nacional y el sistema de libre mercado internacional en el que negociamos (…) Solo porque están fuera de nuestra vista, no significa que estén fuera de nuestro alcance. El FBI utilizará todos los recursos disponibles para poner fin a este tipo de comportamiento corrupto”.
Los hechos de corrupción se desarrollaron entre los años 2001 y 2016, determinándose que los oscuros beneficios en el extranjero su ubicaron en 439 millones de dólares, de los cuales, 250 millones de dólares correspondieron a pagos ilícitos hechos por Braskem.
Suscríbete a nuestro News Brief para recibir actualizaciones sobre este y otros trabajos
Top of Form

Bottom of Form
Acuerdo sin precedentes
Estas alianzas establecidas por Estados Unidos tienen expresión en el hecho de la colaboración que logró con las autoridades de Brasil y Suiza para poder hacer más expedita la investigación. Una colaboración que no ha operado en todas las circunstancias y en todos los países involucrados que, en algunos casos, muy por el contrario a ayudar parecieran querer entorpecer las averiguaciones.
Pero de la contribución de quienes sí prestaron su apoyo están las resultas que desembocan en la multa milmillonaria que ahora Odebrecht y Braskem deberán pagar a los tres países por su acción delictiva: 3.500 millones de dólares, más información, lo cual en su conjunto constituye un acuerdo de indulgencia sin parangón en el mundo. Así, las empresas reconocen su culpabilidad, aportan datos importantes sobre la operación, cancelan la cuantiosa multa y, a cambio, los juicios en curso -así como aquellos que en un futuro pudieran abrirse contra las dos compañías- quedan sin efecto.
Pero el comunicado del Departamento de Justicia advierte que las penalizaciones a Odebrecht podrían elevarse a 4.500 millones de dólares, aunque la empresa aseguró que solamente está en capacidad de cancelar 2.600 millones de dólares, por lo que las autoridades judiciales de EEUU adelantarán averiguaciones para determinar la capacidad real de pago del conglomerado brasileño.
Con la declaración de culpabilidad ante la acusación de conspiración para violar las disposiciones contra el soborno establecidas en la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero presentada por la Sección de Fraudes de la División Penal de la Oficina del Fiscal Federal ante el Tribunal del Distrito Este de Nueva York, Odebrecht acordó cancelar la multa luego de que se lleve a cabo un análisis de su capacidad de pago. Igualmente en procedimientos conexos, la empresa se comprometió al pago con el Ministerio Público Federal de Brasil y con la Procuraduría General de Suiza.
Los detalles de los referidos estudios sobre la capacidad de pago de la compañía se conocerán el 31 de marzo de 2017, mientras que la sentencia se hará pública el 17 de abril.
Entretanto, Braskem también admitió su culpabilidad ante el mismo despacho judicial y por el mismo delito. La petroquímica deberá pagar un total de multas penales y regulatorias por el orden de 957 millones de dólares.
Tanto Odebrecht como Braskem quedan obligadas a seguir cooperando con las autoridades policiales. Ambas se comprometieron con el gobierno de Estados Unidos a través de su Departamento de Justicia, a aplicar medidas correctivas y estrictos controles y protocolos anticorrupción.
En virtud de la cooperación que Odebrecht brindó obtuvo 25% de rebaja en las multas, mientras que la reducción para Braskem fue de 15%, dado que solo cooperó parcialmente con la investigación.
Screen Shot 2017-01-18 at 2.32.20 PM
Screen Shot 2017-01-18 at 2.32.28 PM
Mecanismo al descubierto
Este esquema de corruptelas que se extendió por más de una década llevó a Odebrecht a obtener jugosos contratos en los países referidos al inicio de esta entrega, dejando en los bolsillos de funcionarios gubernamentales y políticos unos 788 millones de dólares.
Una compleja red de empresas, transacciones no registradas contablemente y cuentas bancarias off-shore, permitieron hacer los pagos fraudulentos.
La sofisticación de las operaciones llevó a Odebrecht a crear en el año 2006 la que denominó “División de Operaciones Estructuradas”, todo un refinamiento dentro de la estructura empresarial cuyo único y real objetivo era el pago de sobornos. El departamento actuaba casi con total autonomía. Tanto, que el jefe de esta dependencia pudo, hasta 2009, obtener la autorización de los niveles superiores para aprobar los pagos casi sin ningún obstáculo o requisitos previos. Después de esa fecha esta “responsabilidad” se diluyó en algunos líderes de la empresa, tanto en Brasil, como en las otras jurisdicciones donde esta operaba.
La estrategia de ocultamiento incluyó un sistema de comunicaciones independiente de la empresa a través del cual los miembros de la División de Operaciones Estructuradas establecían contacto entre ellos y con operadores financieros externos. Códigos secretos, contraseñas y cuentas de correo electrónico de máxima seguridad, conformaban el sistema.
Del mismo modo, se estableció un sistema informático paralelo para el manejo del presupuesto a la sombra con el que Odebrecht y su División de Operaciones Estructuradas procesaban los sobornos. La secreta estructura financiera se alimentaba de recursos provenientes de la gerencia de finanzas de Odebrecht, sus subsidiarias y de Braskem, que luego se canalizaban a entidades off-shore que no figuraban como relacionadas de la compañía. Desde allí salían los sobornos a través de transferencias electrónicas, pero también en efectivo dentro y fuera de Brasil o mediante la entrega de paquetes y maletas en sitios estratégicos.
El informe del departamento de Estado explica que el esquema de corrupción de Odebrecht está diseñado de tal manera y con tanto ingenio que hace extremadamente difícil el rastreo de los dineros utilizados para el pago de sobornos, tanto desde su origen como en su destino. Políticos, organizaciones partidistas y candidatos a distintos cargos en once países de la región y Brasil vieron sus cuentas rebosar de dinero proveniente de la estructura financiera corrupta nacida en el seno del grupo Odebrecht.
La filial Braskem, pagó —como ya hemos dicho— 250 millones de dólares en sobornos, de los cuales, 75 millones sirvieron para que funcionarios corruptos aseguraran beneficios de por lo menos 289 millones de dólares a una subsidiaria de Odebrecht. Los investigadores establecieron que en el caso de los productos petroquímicos parte de los sobornos se dirigió a que la fórmula para calcular el precio de la nafta fuera cambiada, partiendo del uso de aceite como materia prima de la industria.
El informe del Departamento de Justicia indica también que Odebrecht creó la empresa Smith & Nash Engineering Company, con sede en las Islas Vírgenes Británicas, con el objetivo de pagar los sobornos por parte de Odebrecht.

Los sobornos en Latinoamérica
El entramado de corrupción de Odebrecht fue más allá de los límites del Brasil y se extendió a varios países de América y África. Así, funcionarios públicos de Angola, Mozambique, Argentina, Colombia, México, Panamá, Venezuela, Perú, Guatemala, Ecuador y República Dominicana recibieron pagos que buscaban favores en procesos licitatorios y adjudicación de contratos.
No en balde en Estados Unidos a Odebrecht se le conoce como el “mayor caso de sobornos extranjeros en la historia”.
Hay que apuntar que las leyes de Estados Unidos y Suiza permiten que las autoridades de cada uno de los países involucrados procesen a empresas extranjeras por actos de corrupción ocurridos en otras naciones si las empresas tienen algún vínculo con los citados Suiza o Estados Unidos.
Pero para decepción de muchos, los documentos del Departamento de Justicia no hacen referencia a nombre alguno, es decir, no se menciona a ninguna persona en particular de las que recibieron sobornos en los distintos países.
Lo que sí quedó claro es que la corrupción no es un mal que afecte únicamente al capitalismo, sino que también envuelve a los gobiernos de izquierda que se hacen llamar de vanguardia o progresistas. Por eso nos concentraremos en señalar cómo se dieron los hechos en cada uno de los países de Latinoamérica.
Venezuela es después de Brasil el país donde el monto de los sobornos pagados por Odebrecht y Braskem fue de mayor cuantía. Los funcionarios públicos de las administraciones del fallecido Hugo Chávez y de Nicolás Maduro recibieron pagos irregulares entre los años 2006 y 2015 por un total que alcanza los 98 millones de dólares.
El presidente de la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional de Venezuela para el momento en que los hechos quedaron al descubierto, el diputado Freddy Guevara, dio inició de inmediato a una investigación sobre el caso. A su vez, el para entonces presidente del citado poder legislativo, Henry Ramos Allup, exigió a través de su cuenta personal en la red social Twitter, que Odebrecht publicara los nombres de los venezolanos supuestamente sobornados.
Las banderas enarboladas por el chavismo en Venezuela han quedado salpicadas una vez más con este escándalo. La ola de delaciones refiere el pago de 35 millones de dólares para la última campaña electoral de Hugo Chávez. Y además se hicieron “donaciones” a la de Nicolás Maduro.
Y si bien no se han descubierto los protagonistas, sí ha quedado patente ante el pueblo chavista que el liderazgo partidista y los funcionarios de gobierno tienen las manos manchadas por el flagelo de la corrupción.
A Brasil y Venezuela, le siguen en importancia, dado el monto de los sobornos registrados, República Dominicana y Panamá. Entre 2001 y 2014 funcionarios dominicanos recibieron pagos ilícitos por el orden de 92 millones de dólares, que habrían dado beneficios por 163 millones de dólares en ese país.
La Procuraduría General de la República Dominicana aseguró que “actuará con toda responsabilidad” en el esclarecimiento de los hechos. “Como ente activo, la PGR está solicitando formalmente a las autoridades correspondientes, toda la información recopilada en la referida investigación sobre las actuaciones de Odebrecht en República Dominicana”, manifestó el gobierno a través de un comunicado del Ministerio Público.
Entretanto, en Panamá, los documentos del Departamento de Justicia revelan que entre 2010 y 2014, Odebrecht supuestamente pagó sobornos que superan los 59 millones de dólares y que rindieron beneficios de 175 millones de dólares.
Los fiscales brasileños subrayaron el hecho de que las autoridades de Panamá se negaron a cooperar en su pesquisa. En su descargo, sin embargo, la oficina de la presidencia panameña manifestó “su total respaldo a las investigaciones (…) para que se procese y se sancione a las empresas y a las personas involucradas en estos actos”.
El Ministerio Público de la nación centroamericana indicó que solicitó información sobre la investigación a Estados Unidos. En este sentido, fiscales panameños se trasladarán a EEUU para buscar datos sobre el pago de más de 59 millones de dólares en comisiones de la constructora Odebrecht en esa nación de Centroamérica para hacerse de contratos de obras.
Desde la presidencia de Perú, por su parte, dijeron que Odebrecht está obligada a dar explicaciones. Allí, entre 2005 y 2014 Odebrecht habría pagado aproximadamente 29 millones de dólares que le generaron más de 143 millones de dólares en contratos.
Se conoció que un intermediario supuestamente contactó a Odebrecht en representación de un alto funcionario peruano —del que se desconoce su identidad— que ofreció apoyar la propuesta que el grupo brasileño presentara en una licitación pública a cambio de pagos que se estiman en 20 millones de dólares.
Las acusaciones surgidas de las confesiones apuntan alto y señalan a los gobiernos de Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala. De Humala se dice que habría recibido tres millones de dólares de Odebrecht en sobornos, pero él lo niega.
El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, se pronunció para asegurar públicamente que él no figuraba entre los implicados: “Yo le puedo garantizar que no recibí nada, ni sé nada, mire que todo eso se tiene que investigar obviamente y estoy a favor de una profunda investigación”.
Desde el seno de la policía de Brasil se sostiene que la constructora Odebrecht podría haber pagado sobornos al expresidente del Perú, Ollanta Humala.
Los hechos de corrupción se desarrollaron entre los años 2001 y 2016, determinándose que los oscuros beneficios en el extranjero su ubicaron en 439 millones de dólares
Venezuela es después de Brasil el país donde el monto de los sobornos pagados por Odebrecht y Braskem fue de mayor cuantía. Los funcionarios públicos de las administraciones del fallecido Hugo Chávez y de Nicolás Maduro recibieron pagos irregulares entre los años 2006 y 2015 por un total que alcanza los 98 millones de dólares
En Argentina las administraciones de los Kirchner se ven ampliamente comprometidas con estos hechos. La justicia argentina adelanta las investigaciones en las que el ex secretario de Transporte kirchnerista, Julio De Vido, aperece señalado. Este funcionario de la pasada administración negó los hechos e intentó salpicar al actual mandatario Mauricio Macri. Precisó que pese a que la prensa oficialista lo obvia, en Argentina el socio de Odebrecht es Ángelo Calcaterra, primo del presidente Macri.
El fiscal argentino que lleva a cabo la averiguación sobre el caso Odebrecht, Sergio Rodríguez, dijo que sus investigaciones versan sobre cuatro proyectos y que intenta contactar con sus pares en Brasil para que le suministren información que pueda incorporar a sus indagaciones. De hecho, la Oficina Anticorrupción contactó con fiscales e investigadores brasileños para informarse sobre los presuntos sobornos que en ese país alcanzarían los 35 millones de dólares pagados a funcionarios entre 2007 y 2015.
Mientras, en Ecuador las averiguaciones apenas inician, pero se sabe que entre 2007 y 2016 la firma brasileña habría realizado pagos ilícitos por el orden de 33,5 millones de dólares “a funcionarios gubernamentales corruptos”, asegura un comunicado de las autoridades judiciales de esa nación. Añade el documento que entre 2007 y 2008 Odebrecht tuvo problemas con un contrato de construcción y que el asunto se habría resuelto mediante un intermediario que hizo pagos en efectivo a un funcionario.
La administración ecuatoriana anunció una investigación, pero recordó que el gobierno expulsó a Odebrecht en 2008. “La denunciamos como empresa corrupta y corruptora por lo que decir que en el año 2008 se corrompió a un funcionario público es absolutamente incompresible y si se hizo un pago, evidentemente ese pago fue inoperante, inoficioso e ineficaz”, aseguró el secretario jurídico de la Presidencia de Ecuador, Alexis Mera.
El fiscal general de Ecuador, Galo Chiriboga, informó que solicitó detalles a Brasil y al Departamento de Justicia de Estados Unidos por intermedio del embajador en esa nación. “Para el caso de Ecuador vamos a saber a quiénes fueron los que sobornó la empresa Odebrecht”, dijo Chiriboga. Además, esta fiscalía allanó la sede de Odebrecht ubicada en Guayaquil, donde incautaron documentos que podrían estar relacionados con los sobornos que se elevarían a más de 35,5 millones de dólares.
En México se iniciaron sendas investigaciones. La Secretaría de la Función Pública precisó que había comenzado a recolectar información con relación al caso. Esta averiguación se realiza en conjunto con la petrolera estatal Pemex. Los sobornos de Odebrecht en la nación azteca serían por 10,5 millones de dólares pagados a funcionarios de Pemex.
En Colombia se pidió a la Procuraduría General abrir una averiguación al respecto. El informe del Departamento de Justicia estadounidense refiere que en Colombia los sobornos de Odebrecht se habrían realizado entre 2009 y 2014 y sumarían 11 millones de dólares para asegurar contratos de obras públicas. “La empresa obtuvo beneficios de más de 50 millones de dólares como resultado de esos pagos corruptos”, dice el documento.
También se menciona un pago de 6,5 millones de dólares a un funcionario del gobierno colombiano no identificado para que ayudara a la constructora brasileña a ganarse un contrato.
El gobierno colombiano, mediante un comunicado de la Secretaría de Transparencia, advirtió que si el pago de sobornos se constataba no dudaría en cancelar de manera unilateral sus contratos con Odebrecht.
Ya en lo que respecta al propio Brasil, la administración del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva estaría ampliamente comprometida. Las investigaciones realizadas indican que habría habido una supuesta complicidad entre la empresa Odebrecht y el ex mandatario. La construcción del estadio de Corinthians sería el caso donde se transparentarían los turbios manejos de Lula.
Esto se supo a raíz de la información dada a conocer por Marcelo Odebrecht, ex representante legal de la constructora, cuando pactó suministrar datos a cambio de una rebaja en su pena.
En todas partes
Odebrecht a 73 años de fundada está presente en todo el continente. Hasta el 19 de junio de 2015 estuvo presidida por Marcelo Odebrecht —nieto del fundador de la empresa— fecha en que fue imputado al igual que otros empresarios brasileños al estar señalado de participar en la Operación Lava Jato, un escándalo de corrupción de la petrolera estatal Petrobras.
La constructora con presencia en 27 países, llegó a expandirse especialmente por toda Latinoamérica, desde la Patagonia, donde ejecutó una central hidroeléctrica en Argentina, hasta México donde construyó un complejo petroquímico.
El gigante con 128 mil empleados e ingresos brutos de 40 mil millones de dólares cedió el protagonismo que tenían sus obras de infraestructura al que ahora ocupan las acusaciones de corrupción, en la que juega un papel estelarísimo dada las veces que se le menciona en la citada trama puesta al descubierto de la Operación Lava Jato de Petrobras.
Entonces, todas sus inversiones comenzaron a causar resquemor, o por lo menos inquietud, al conocerse los hechos que culminaron en el arresto del CEO del conglomerado. Marcelo Odebrecht fue sentenciado el 8 de marzo de 2016 a cumplir 19 años en prisión tras ser declarado culpable de pagar más de 30 millones de dólares en sobornos.
Los tiempos en que el nombre de Odebrecht generaba expectativa por sus cuantiosas inversiones y la envergadura de sus obras, ahora solo levantan sospechas y llena de terror a los representantes del poder en América Latina.
La raíz del escándalo
Ya hemos señalado que el escándalo de este entramado de corrupción de Odebrecht y Braskem  tiene su origen en las investigaciones del caso Lava Jato en el que participaba la estatal petrolera brasileña Petrobras.
¿Y cómo se inició la averiguación que culminó en la explosión de tal magnitud que hemos referido?
Pues, sencillamente, por azar.
Fue en una gasolinera. De allí el nombre que adquirió la investigación, aunque la verdad sea dicha, en el expendio de combustible no se lavaba carros. Curiosidades del asunto.
La estación de gasolina ubicada en el centro de Brasilia se llama “Posto da Torre”, un espacio comercial que cuenta con un minimercado, cafetería y una lavandería. Allí la Policía Federal de Brasil se encontraba realizando algunas pesquisas dos años antes de que estallara el asunto. Funcionaba, curiosamente en el lugar, una casa de cambio en la que las sospechas indicaban que se lavaba dinero. Los agentes llegaron al lugar el 17 de marzo de 2014.
La policía fijó la atención en la gasolinera cuando se empezaron a monitorear las comunicaciones telefónicas de su propietario, Carlos Chater, en julio de 2013. Este hombre fue un eslabón en la averiguación de los delitos de lavado de dinero que se le seguía al exdiputado carioca, José Janene. Se creía que Carter fungía como “doleiro”, nombre que se les da en Brasil a los operadores ilegales del mercado cambiario. Los federales brasileños descubrieron que no era un solo operador: eran cuatro las organizaciones delictivas que allí interactuaban.
Este descubrimiento permitió saber que además de Carter, Alberto Youssef era uno de los jefes, un personaje ya conocido por las autoridades pues en 2003 había estado preso por lavado de dinero y delitos contra el sistema financiero. A ese caso se le conoció como Banestado y sirvió de clave al juez de la causa, Sérgio Moro, para desentrañar la maraña que tenía ante sí.
El informe del Departamento de Justicia estadounidense refiere que en Colombia los sobornos de Odebrecht se habrían realizado entre 2009 y 2014 y sumarían 11 millones de dólares
Los investigadores monitoreaban a Youssef por el vínculo con Chater cuando descubrieron un correo electrónico en el que se hablaba de un costoso regalo, una camioneta Range Rover Evoque que el primero le dio a Paulo Roberto Costa, una persona que entre los años 2004 y 2012 se desempeñó como director de abastecimiento de Petrobras, una posición clave en el manejo y otorgamiento de contratos de la petrolera.
Se encendieron las alarmas cuando este hecho fortuito dejó al descubierto la más grande red de corrupción de la historia de Brasil. Fue solo ir ensamblando las piezas que el ostentoso regalo indicó cómo ir ajustando. Se requirieron varios meses para ver el rompecabezas completo.
Con Lava Jato se desarticuló una red que se dedicaba no solamente al lavado de dinero, sino también al comercio ilegal de diamantes, el desvío de fondos públicos a través de gasolineras, lavanderías y otros establecimientos comerciales.
Fueron detectándose una a una las diversas operaciones fraudulentas y delictivas y la colaboración internacional, por ejemplo de Suiza, que dio a conocer a la fiscalía brasileña que 23 millones de dólares pertenecientes a Costa se encontraban en los bancos de ese país.
La corrupción asomaba por todos lados y Petrobras era la jugosa fuente.
Tras un acuerdo en 2014 con las autoridades, Paulo Roberto Costa delató los crímenes y señaló a otros implicados. Luego las delaciones las continuó Youssef.
Fue entonces cuando las constructoras Odebrecht y Camargo Corrêa salieron a relucir como parte del cartel que se repartía los contratos de Petrobras a cambio de cuantiosos sobornos que llegaban a manos de directores de la petrolera y de más de un centenar de políticos de distintos partidos, entre ellos el Partido de los Trabajadores, PT, la organización de la que es líder el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Las averiguaciones establecieron que los desvíos de fondos iban de 1 a 3% del valor de los contratos otorgados por Petrobras. Estos montos se depositaban en cuentas de empresas fantasmas disfrazados como pagos por consultorías.
El asunto no ha parado y las sospechas siguen apuntando a Lula da Silva, señalado de supuestamente recibir beneficios ocultos de las constructoras, algo que él niega vehementemente. Lo cierto es que la madeja no deja de liberar hilo que los investigadores siguen tejiendo en este enmarañado esquema de corrupción que seguramente revelará nuevas sorpresas.

LO ÚLTIMO
enero 31, 2017
enero 29, 2017
enero 29, 2017
enero 26, 2017
enero 22, 2017
enero 20, 2017
enero 19, 2017
enero 18, 2017

VÉRTICE 
enero 18, 2017
Claves para entender el caso Odebrecht
Una red de corrupción que se descubrió en una pequeña gasolinera de Brasilia terminó por destapar el intrincado esquema de sobornos organizado por el gigante de la construcción Odebrecht y su filial Braskem. Y el Departamento de Justicia estadounidense puso al descubierto el refinado mecanismo de lavado de dinero que pretendía enlodar el sistema financiero de ese país. Se habla de más de 788 millones de dólares
Por Maibort Petit | @maibortpetit

Una red de sobornos superior a los 788 millones de dólares en la que el conglomerado brasileño de la industria de ingeniería y construcción sería el protagonista, quedó al descubierto a raíz de una investigación llevada a cabo por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. La averiguación sacó a la luz un entramado de operaciones de corrupción que la corporación llevó a cabo para beneficiarse de contratos en once países, por el orden de los 3.300 millones de dólares.
El gigante Odebrecht — fundado por el ingeniero Norberto Odebrecht Pernambuco, en 1944, en Salvador de Bahía— que además participa en la elaboración de productos químicos y petroquímicos, se encuentra presente varios países de Suramérica, América Central, el Caribe, Norteamérica, África, Europa y el Medio Oriente.
Los representantes de Odebrecht y Braskem SA -una filial petroquímica- se declararon culpables el pasado 21 de diciembre de 2016 ante la justicia de Estados Unidos y acordaron pagar 3.500 millones de dólares en multas, tanto a las autoridades norteamericanas como a Brasil y a Suiza, por su esquema de sobornos a funcionarios públicos gubernamentales y políticos en varios países del mundo. Y es que las coimas de Odebrecht y Braskem llegaron -además de a Brasil-, a Angola, Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela.
Estas empresas cotizan sus valores en la Bolsa de Nueva York y habrían usado el sistema financiero y bancario de Estados Unidos para hacer los pagos irregulares. Esta es la razón por la que las autoridades norteamericanas se hacen partícipes del asunto y conduce al gobierno estadounidense a acusar a Odebrecht y a Braskem SA de “conspiración para violar” las leyes contra sobornos de EEUU, específicamente la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, FCPA por sus siglas en inglés.
El trabajo estuvo a cargo de la fiscal auxiliar adjunta, Sung-Hee Suh, de la División Criminal del Departamento de Justicia de Estados Unidos; el fiscal del Distrito Este de Nueva York, Robert L. Capers; el subdirector de la División de Investigaciones Criminales del FBI, Stephen Richardson; y William F. Sweeney, de la oficina de campo del FBI en Nueva York.
Los representantes de Odebrecht y Braskem SA -una filial petroquímica- se declararon culpables el pasado 21 de diciembre de 2016 ante la justicia de Estados Unidos y acordaron pagar 3.500 millones de dólares en multas
No se trató de una investigación sencilla, pues para que pudiera tenerse claridad acerca de cómo había sido urdido y confeccionado todo este entramado de corrupción, debió llevarse a cabo de manera multinacional y de forma tal que permitiera descubrirla y entenderla. Solo entonces pudo darse a conocer a la opinión pública.
“Estas resoluciones son el resultado de un esfuerzo multinacional extraordinario para identificar, investigar y enjuiciar un esquema de corrupción altamente complejo y duradero que resultó en el pago por parte de las compañías demandadas de cerca de mil millones de dólares en sobornos a funcionarios de todos los niveles del gobierno en muchos países “, informó el fiscal Capers, quien agregó que Odebrecht y Braskem “en un intento de ocultar sus crímenes, ​​usaron el sistema financiero global —incluyendo el sistema bancario en Estados Unidos— para disfrazar el origen y el desembolso de los sobornos mediante el traspaso de fondos por vía de una serie de compañías ficticias. El mensaje enviado por esta fiscalía es que Estados Unidos está trabajando con sus socios del orden público en el exterior y no dudarán en responsabilizar a aquellas corporaciones e individuos que buscan enriquecerse a través de la corrupción de las estructuras legítimas”.
Ese mensaje ha sido contundente y así lo dejó establecido William F. Sweeney al sentenciar que “no importa cuál sea la razón, cuando los funcionarios extranjeros reciben sobornos, amenazan nuestra seguridad nacional y el sistema de libre mercado internacional en el que negociamos (…) Solo porque están fuera de nuestra vista, no significa que estén fuera de nuestro alcance. El FBI utilizará todos los recursos disponibles para poner fin a este tipo de comportamiento corrupto”.
Los hechos de corrupción se desarrollaron entre los años 2001 y 2016, determinándose que los oscuros beneficios en el extranjero su ubicaron en 439 millones de dólares, de los cuales, 250 millones de dólares correspondieron a pagos ilícitos hechos por Braskem.
Suscríbete a nuestro News Brief para recibir actualizaciones sobre este y otros trabajos
Top of Form

Bottom of Form
Acuerdo sin precedentes
Estas alianzas establecidas por Estados Unidos tienen expresión en el hecho de la colaboración que logró con las autoridades de Brasil y Suiza para poder hacer más expedita la investigación. Una colaboración que no ha operado en todas las circunstancias y en todos los países involucrados que, en algunos casos, muy por el contrario a ayudar parecieran querer entorpecer las averiguaciones.
Pero de la contribución de quienes sí prestaron su apoyo están las resultas que desembocan en la multa milmillonaria que ahora Odebrecht y Braskem deberán pagar a los tres países por su acción delictiva: 3.500 millones de dólares, más información, lo cual en su conjunto constituye un acuerdo de indulgencia sin parangón en el mundo. Así, las empresas reconocen su culpabilidad, aportan datos importantes sobre la operación, cancelan la cuantiosa multa y, a cambio, los juicios en curso -así como aquellos que en un futuro pudieran abrirse contra las dos compañías- quedan sin efecto.
Pero el comunicado del Departamento de Justicia advierte que las penalizaciones a Odebrecht podrían elevarse a 4.500 millones de dólares, aunque la empresa aseguró que solamente está en capacidad de cancelar 2.600 millones de dólares, por lo que las autoridades judiciales de EEUU adelantarán averiguaciones para determinar la capacidad real de pago del conglomerado brasileño.
Con la declaración de culpabilidad ante la acusación de conspiración para violar las disposiciones contra el soborno establecidas en la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero presentada por la Sección de Fraudes de la División Penal de la Oficina del Fiscal Federal ante el Tribunal del Distrito Este de Nueva York, Odebrecht acordó cancelar la multa luego de que se lleve a cabo un análisis de su capacidad de pago. Igualmente en procedimientos conexos, la empresa se comprometió al pago con el Ministerio Público Federal de Brasil y con la Procuraduría General de Suiza.
Los detalles de los referidos estudios sobre la capacidad de pago de la compañía se conocerán el 31 de marzo de 2017, mientras que la sentencia se hará pública el 17 de abril.
Entretanto, Braskem también admitió su culpabilidad ante el mismo despacho judicial y por el mismo delito. La petroquímica deberá pagar un total de multas penales y regulatorias por el orden de 957 millones de dólares.
Tanto Odebrecht como Braskem quedan obligadas a seguir cooperando con las autoridades policiales. Ambas se comprometieron con el gobierno de Estados Unidos a través de su Departamento de Justicia, a aplicar medidas correctivas y estrictos controles y protocolos anticorrupción.
En virtud de la cooperación que Odebrecht brindó obtuvo 25% de rebaja en las multas, mientras que la reducción para Braskem fue de 15%, dado que solo cooperó parcialmente con la investigación.
Mecanismo al descubierto
Este esquema de corruptelas que se extendió por más de una década llevó a Odebrecht a obtener jugosos contratos en los países referidos al inicio de esta entrega, dejando en los bolsillos de funcionarios gubernamentales y políticos unos 788 millones de dólares.
Una compleja red de empresas, transacciones no registradas contablemente y cuentas bancarias off-shore, permitieron hacer los pagos fraudulentos.
La sofisticación de las operaciones llevó a Odebrecht a crear en el año 2006 la que denominó “División de Operaciones Estructuradas”, todo un refinamiento dentro de la estructura empresarial cuyo único y real objetivo era el pago de sobornos. El departamento actuaba casi con total autonomía. Tanto, que el jefe de esta dependencia pudo, hasta 2009, obtener la autorización de los niveles superiores para aprobar los pagos casi sin ningún obstáculo o requisitos previos. Después de esa fecha esta “responsabilidad” se diluyó en algunos líderes de la empresa, tanto en Brasil, como en las otras jurisdicciones donde esta operaba.
La estrategia de ocultamiento incluyó un sistema de comunicaciones independiente de la empresa a través del cual los miembros de la División de Operaciones Estructuradas establecían contacto entre ellos y con operadores financieros externos. Códigos secretos, contraseñas y cuentas de correo electrónico de máxima seguridad, conformaban el sistema.
Del mismo modo, se estableció un sistema informático paralelo para el manejo del presupuesto a la sombra con el que Odebrecht y su División de Operaciones Estructuradas procesaban los sobornos. La secreta estructura financiera se alimentaba de recursos provenientes de la gerencia de finanzas de Odebrecht, sus subsidiarias y de Braskem, que luego se canalizaban a entidades off-shore que no figuraban como relacionadas de la compañía. Desde allí salían los sobornos a través de transferencias electrónicas, pero también en efectivo dentro y fuera de Brasil o mediante la entrega de paquetes y maletas en sitios estratégicos.
El informe del departamento de Estado explica que el esquema de corrupción de Odebrecht está diseñado de tal manera y con tanto ingenio que hace extremadamente difícil el rastreo de los dineros utilizados para el pago de sobornos, tanto desde su origen como en su destino. Políticos, organizaciones partidistas y candidatos a distintos cargos en once países de la región y Brasil vieron sus cuentas rebosar de dinero proveniente de la estructura financiera corrupta nacida en el seno del grupo Odebrecht.
La filial Braskem, pagó —como ya hemos dicho— 250 millones de dólares en sobornos, de los cuales, 75 millones sirvieron para que funcionarios corruptos aseguraran beneficios de por lo menos 289 millones de dólares a una subsidiaria de Odebrecht. Los investigadores establecieron que en el caso de los productos petroquímicos parte de los sobornos se dirigió a que la fórmula para calcular el precio de la nafta fuera cambiada, partiendo del uso de aceite como materia prima de la industria.
El informe del Departamento de Justicia indica también que Odebrecht creó la empresa Smith & Nash Engineering Company, con sede en las Islas Vírgenes Británicas, con el objetivo de pagar los sobornos por parte de Odebrecht.

Los sobornos en Latinoamérica
El entramado de corrupción de Odebrecht fue más allá de los límites del Brasil y se extendió a varios países de América y África. Así, funcionarios públicos de Angola, Mozambique, Argentina, Colombia, México, Panamá, Venezuela, Perú, Guatemala, Ecuador y República Dominicana recibieron pagos que buscaban favores en procesos licitatorios y adjudicación de contratos.
No en balde en Estados Unidos a Odebrecht se le conoce como el “mayor caso de sobornos extranjeros en la historia”.
Hay que apuntar que las leyes de Estados Unidos y Suiza permiten que las autoridades de cada uno de los países involucrados procesen a empresas extranjeras por actos de corrupción ocurridos en otras naciones si las empresas tienen algún vínculo con los citados Suiza o Estados Unidos.
Pero para decepción de muchos, los documentos del Departamento de Justicia no hacen referencia a nombre alguno, es decir, no se menciona a ninguna persona en particular de las que recibieron sobornos en los distintos países.
Lo que sí quedó claro es que la corrupción no es un mal que afecte únicamente al capitalismo, sino que también envuelve a los gobiernos de izquierda que se hacen llamar de vanguardia o progresistas. Por eso nos concentraremos en señalar cómo se dieron los hechos en cada uno de los países de Latinoamérica.
Venezuela es después de Brasil el país donde el monto de los sobornos pagados por Odebrecht y Braskem fue de mayor cuantía. Los funcionarios públicos de las administraciones del fallecido Hugo Chávez y de Nicolás Maduro recibieron pagos irregulares entre los años 2006 y 2015 por un total que alcanza los 98 millones de dólares.
El presidente de la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional de Venezuela para el momento en que los hechos quedaron al descubierto, el diputado Freddy Guevara, dio inició de inmediato a una investigación sobre el caso. A su vez, el para entonces presidente del citado poder legislativo, Henry Ramos Allup, exigió a través de su cuenta personal en la red social Twitter, que Odebrecht publicara los nombres de los venezolanos supuestamente sobornados.
Las banderas enarboladas por el chavismo en Venezuela han quedado salpicadas una vez más con este escándalo. La ola de delaciones refiere el pago de 35 millones de dólares para la última campaña electoral de Hugo Chávez. Y además se hicieron “donaciones” a la de Nicolás Maduro.
Y si bien no se han descubierto los protagonistas, sí ha quedado patente ante el pueblo chavista que el liderazgo partidista y los funcionarios de gobierno tienen las manos manchadas por el flagelo de la corrupción.
A Brasil y Venezuela, le siguen en importancia, dado el monto de los sobornos registrados, República Dominicana y Panamá. Entre 2001 y 2014 funcionarios dominicanos recibieron pagos ilícitos por el orden de 92 millones de dólares, que habrían dado beneficios por 163 millones de dólares en ese país.
La Procuraduría General de la República Dominicana aseguró que “actuará con toda responsabilidad” en el esclarecimiento de los hechos. “Como ente activo, la PGR está solicitando formalmente a las autoridades correspondientes, toda la información recopilada en la referida investigación sobre las actuaciones de Odebrecht en República Dominicana”, manifestó el gobierno a través de un comunicado del Ministerio Público.
Entretanto, en Panamá, los documentos del Departamento de Justicia revelan que entre 2010 y 2014, Odebrecht supuestamente pagó sobornos que superan los 59 millones de dólares y que rindieron beneficios de 175 millones de dólares.
Los fiscales brasileños subrayaron el hecho de que las autoridades de Panamá se negaron a cooperar en su pesquisa. En su descargo, sin embargo, la oficina de la presidencia panameña manifestó “su total respaldo a las investigaciones (…) para que se procese y se sancione a las empresas y a las personas involucradas en estos actos”.
El Ministerio Público de la nación centroamericana indicó que solicitó información sobre la investigación a Estados Unidos. En este sentido, fiscales panameños se trasladarán a EEUU para buscar datos sobre el pago de más de 59 millones de dólares en comisiones de la constructora Odebrecht en esa nación de Centroamérica para hacerse de contratos de obras.
Desde la presidencia de Perú, por su parte, dijeron que Odebrecht está obligada a dar explicaciones. Allí, entre 2005 y 2014 Odebrecht habría pagado aproximadamente 29 millones de dólares que le generaron más de 143 millones de dólares en contratos.
Se conoció que un intermediario supuestamente contactó a Odebrecht en representación de un alto funcionario peruano —del que se desconoce su identidad— que ofreció apoyar la propuesta que el grupo brasileño presentara en una licitación pública a cambio de pagos que se estiman en 20 millones de dólares.
Las acusaciones surgidas de las confesiones apuntan alto y señalan a los gobiernos de Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala. De Humala se dice que habría recibido tres millones de dólares de Odebrecht en sobornos, pero él lo niega.
El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, se pronunció para asegurar públicamente que él no figuraba entre los implicados: “Yo le puedo garantizar que no recibí nada, ni sé nada, mire que todo eso se tiene que investigar obviamente y estoy a favor de una profunda investigación”.
Desde el seno de la policía de Brasil se sostiene que la constructora Odebrecht podría haber pagado sobornos al expresidente del Perú, Ollanta Humala.
Los hechos de corrupción se desarrollaron entre los años 2001 y 2016, determinándose que los oscuros beneficios en el extranjero su ubicaron en 439 millones de dólares
Venezuela es después de Brasil el país donde el monto de los sobornos pagados por Odebrecht y Braskem fue de mayor cuantía. Los funcionarios públicos de las administraciones del fallecido Hugo Chávez y de Nicolás Maduro recibieron pagos irregulares entre los años 2006 y 2015 por un total que alcanza los 98 millones de dólares
En Argentina las administraciones de los Kirchner se ven ampliamente comprometidas con estos hechos. La justicia argentina adelanta las investigaciones en las que el ex secretario de Transporte kirchnerista, Julio De Vido, aperece señalado. Este funcionario de la pasada administración negó los hechos e intentó salpicar al actual mandatario Mauricio Macri. Precisó que pese a que la prensa oficialista lo obvia, en Argentina el socio de Odebrecht es Ángelo Calcaterra, primo del presidente Macri.
El fiscal argentino que lleva a cabo la averiguación sobre el caso Odebrecht, Sergio Rodríguez, dijo que sus investigaciones versan sobre cuatro proyectos y que intenta contactar con sus pares en Brasil para que le suministren información que pueda incorporar a sus indagaciones. De hecho, la Oficina Anticorrupción contactó con fiscales e investigadores brasileños para informarse sobre los presuntos sobornos que en ese país alcanzarían los 35 millones de dólares pagados a funcionarios entre 2007 y 2015.
Mientras, en Ecuador las averiguaciones apenas inician, pero se sabe que entre 2007 y 2016 la firma brasileña habría realizado pagos ilícitos por el orden de 33,5 millones de dólares “a funcionarios gubernamentales corruptos”, asegura un comunicado de las autoridades judiciales de esa nación. Añade el documento que entre 2007 y 2008 Odebrecht tuvo problemas con un contrato de construcción y que el asunto se habría resuelto mediante un intermediario que hizo pagos en efectivo a un funcionario.
La administración ecuatoriana anunció una investigación, pero recordó que el gobierno expulsó a Odebrecht en 2008. “La denunciamos como empresa corrupta y corruptora por lo que decir que en el año 2008 se corrompió a un funcionario público es absolutamente incompresible y si se hizo un pago, evidentemente ese pago fue inoperante, inoficioso e ineficaz”, aseguró el secretario jurídico de la Presidencia de Ecuador, Alexis Mera.
El fiscal general de Ecuador, Galo Chiriboga, informó que solicitó detalles a Brasil y al Departamento de Justicia de Estados Unidos por intermedio del embajador en esa nación. “Para el caso de Ecuador vamos a saber a quiénes fueron los que sobornó la empresa Odebrecht”, dijo Chiriboga. Además, esta fiscalía allanó la sede de Odebrecht ubicada en Guayaquil, donde incautaron documentos que podrían estar relacionados con los sobornos que se elevarían a más de 35,5 millones de dólares.
En México se iniciaron sendas investigaciones. La Secretaría de la Función Pública precisó que había comenzado a recolectar información con relación al caso. Esta averiguación se realiza en conjunto con la petrolera estatal Pemex. Los sobornos de Odebrecht en la nación azteca serían por 10,5 millones de dólares pagados a funcionarios de Pemex.
En Colombia se pidió a la Procuraduría General abrir una averiguación al respecto. El informe del Departamento de Justicia estadounidense refiere que en Colombia los sobornos de Odebrecht se habrían realizado entre 2009 y 2014 y sumarían 11 millones de dólares para asegurar contratos de obras públicas. “La empresa obtuvo beneficios de más de 50 millones de dólares como resultado de esos pagos corruptos”, dice el documento.
También se menciona un pago de 6,5 millones de dólares a un funcionario del gobierno colombiano no identificado para que ayudara a la constructora brasileña a ganarse un contrato.
El gobierno colombiano, mediante un comunicado de la Secretaría de Transparencia, advirtió que si el pago de sobornos se constataba no dudaría en cancelar de manera unilateral sus contratos con Odebrecht.
Ya en lo que respecta al propio Brasil, la administración del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva estaría ampliamente comprometida. Las investigaciones realizadas indican que habría habido una supuesta complicidad entre la empresa Odebrecht y el ex mandatario. La construcción del estadio de Corinthians sería el caso donde se transparentarían los turbios manejos de Lula.
Esto se supo a raíz de la información dada a conocer por Marcelo Odebrecht, ex representante legal de la constructora, cuando pactó suministrar datos a cambio de una rebaja en su pena.
En todas partes
Odebrecht a 73 años de fundada está presente en todo el continente. Hasta el 19 de junio de 2015 estuvo presidida por Marcelo Odebrecht —nieto del fundador de la empresa— fecha en que fue imputado al igual que otros empresarios brasileños al estar señalado de participar en la Operación Lava Jato, un escándalo de corrupción de la petrolera estatal Petrobras.
La constructora con presencia en 27 países, llegó a expandirse especialmente por toda Latinoamérica, desde la Patagonia, donde ejecutó una central hidroeléctrica en Argentina, hasta México donde construyó un complejo petroquímico.
El gigante con 128 mil empleados e ingresos brutos de 40 mil millones de dólares cedió el protagonismo que tenían sus obras de infraestructura al que ahora ocupan las acusaciones de corrupción, en la que juega un papel estelarísimo dada las veces que se le menciona en la citada trama puesta al descubierto de la Operación Lava Jato de Petrobras.
Entonces, todas sus inversiones comenzaron a causar resquemor, o por lo menos inquietud, al conocerse los hechos que culminaron en el arresto del CEO del conglomerado. Marcelo Odebrecht fue sentenciado el 8 de marzo de 2016 a cumplir 19 años en prisión tras ser declarado culpable de pagar más de 30 millones de dólares en sobornos.
Los tiempos en que el nombre de Odebrecht generaba expectativa por sus cuantiosas inversiones y la envergadura de sus obras, ahora solo levantan sospechas y llena de terror a los representantes del poder en América Latina.
La raíz del escándalo
Ya hemos señalado que el escándalo de este entramado de corrupción de Odebrecht y Braskem  tiene su origen en las investigaciones del caso Lava Jato en el que participaba la estatal petrolera brasileña Petrobras.
¿Y cómo se inició la averiguación que culminó en la explosión de tal magnitud que hemos referido?
Pues, sencillamente, por azar.
Fue en una gasolinera. De allí el nombre que adquirió la investigación, aunque la verdad sea dicha, en el expendio de combustible no se lavaba carros. Curiosidades del asunto.
La estación de gasolina ubicada en el centro de Brasilia se llama “Posto da Torre”, un espacio comercial que cuenta con un minimercado, cafetería y una lavandería. Allí la Policía Federal de Brasil se encontraba realizando algunas pesquisas dos años antes de que estallara el asunto. Funcionaba, curiosamente en el lugar, una casa de cambio en la que las sospechas indicaban que se lavaba dinero. Los agentes llegaron al lugar el 17 de marzo de 2014.
La policía fijó la atención en la gasolinera cuando se empezaron a monitorear las comunicaciones telefónicas de su propietario, Carlos Chater, en julio de 2013. Este hombre fue un eslabón en la averiguación de los delitos de lavado de dinero que se le seguía al exdiputado carioca, José Janene. Se creía que Carter fungía como “doleiro”, nombre que se les da en Brasil a los operadores ilegales del mercado cambiario. Los federales brasileños descubrieron que no era un solo operador: eran cuatro las organizaciones delictivas que allí interactuaban.
Este descubrimiento permitió saber que además de Carter, Alberto Youssef era uno de los jefes, un personaje ya conocido por las autoridades pues en 2003 había estado preso por lavado de dinero y delitos contra el sistema financiero. A ese caso se le conoció como Banestado y sirvió de clave al juez de la causa, Sérgio Moro, para desentrañar la maraña que tenía ante sí.
El informe del Departamento de Justicia estadounidense refiere que en Colombia los sobornos de Odebrecht se habrían realizado entre 2009 y 2014 y sumarían 11 millones de dólares
Los investigadores monitoreaban a Youssef por el vínculo con Chater cuando descubrieron un correo electrónico en el que se hablaba de un costoso regalo, una camioneta Range Rover Evoque que el primero le dio a Paulo Roberto Costa, una persona que entre los años 2004 y 2012 se desempeñó como director de abastecimiento de Petrobras, una posición clave en el manejo y otorgamiento de contratos de la petrolera.
Se encendieron las alarmas cuando este hecho fortuito dejó al descubierto la más grande red de corrupción de la historia de Brasil. Fue solo ir ensamblando las piezas que el ostentoso regalo indicó cómo ir ajustando. Se requirieron varios meses para ver el rompecabezas completo.
Con Lava Jato se desarticuló una red que se dedicaba no solamente al lavado de dinero, sino también al comercio ilegal de diamantes, el desvío de fondos públicos a través de gasolineras, lavanderías y otros establecimientos comerciales.
Fueron detectándose una a una las diversas operaciones fraudulentas y delictivas y la colaboración internacional, por ejemplo de Suiza, que dio a conocer a la fiscalía brasileña que 23 millones de dólares pertenecientes a Costa se encontraban en los bancos de ese país.
La corrupción asomaba por todos lados y Petrobras era la jugosa fuente.
Tras un acuerdo en 2014 con las autoridades, Paulo Roberto Costa delató los crímenes y señaló a otros implicados. Luego las delaciones las continuó Youssef.
Fue entonces cuando las constructoras Odebrecht y Camargo Corrêa salieron a relucir como parte del cartel que se repartía los contratos de Petrobras a cambio de cuantiosos sobornos que llegaban a manos de directores de la petrolera y de más de un centenar de políticos de distintos partidos, entre ellos el Partido de los Trabajadores, PT, la organización de la que es líder el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Las averiguaciones establecieron que los desvíos de fondos iban de 1 a 3% del valor de los contratos otorgados por Petrobras. Estos montos se depositaban en cuentas de empresas fantasmas disfrazados como pagos por consultorías.
El asunto no ha parado y las sospechas siguen apuntando a Lula da Silva, señalado de supuestamente recibir beneficios ocultos de las constructoras, algo que él niega vehementemente. Lo cierto es que la madeja no deja de liberar hilo que los investigadores siguen tejiendo en este enmarañado esquema de corrupción que seguramente revelará nuevas sorpresas.
https://www.verticenews.com/claves-caso-odebrecht/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario