sábado, 2 de mayo de 2015

Danilo Medina y una profecía del 2008 / Por Diógenes Céspedes

Por Diógenes Céspedes. 18 de abril de 2015 - 12:08 am - 4 Comentarios

dcespedes

Diógenes Céspedes

Crítico literario, analista de discursos, lingüista, escritor, periodista, hizo su doctorado en literatura general en la Universidad de París VIII en Francia. Galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 2007, el autor ha publicado una veintena de libros y ha colaborado en numerosas revistas nacionales y extranjeras.
En Areíto del 16 de abril de 2011: 5, expliqué: “En  dos artículos que escribí para Hoy el 2 y 9 de enero de 2008 (p. 13), este último titulado ‘El destino edípico de Danilo Medina’, profeticé, hace más de tres años, lo siguiente: “Después de las primarias del PLD en abril de 2007, el dilema tan grande para el futuro político de Danilo es me voy o me quedo. Y si me quedo, ya que la Constitución limitaba a dos períodos el mandato presidencial del Balaguer joven, ¿tendré oportunidad de ser el candidato en 2012? ¿Y si en las elecciones legislativas y municipales de 2010 el Balaguer joven obtiene mayoría absoluta y, con las dos terceras partes del Congreso en su poder, modifica la Constitución para eliminar, como quería [Hugo] Chávez, el límite de dos períodos consecutivos y consagrar la reelección indefinida?”
“Y todavía con un poco de ilusión y optimismo, el gran Danilo piensa, ¿y si el Balaguer joven no lo logra?” ¡Ah!, entonces le quedaría [agrego yo, DC] la opción Kirchner. “¿Podría yo, [continúa Danilo], reintegrado al partido, competir con el Despacho de la Gran Dama aupada por el Balaguer joven? ¿Podría yo competir con el clientelismo y el patrimonialismo que usarían en mi contra y que yo mismo ayudé a consolidar en las dos campañas en que hemos tenido acceso a los fondos públicos? [Sigo yo, DC]: ¿No es un gran triunfo político instaurar una dinastía faraónica?”
Mi opinión en 2015
Screen Shot 2015-04-16 at 09.02.51Danilo se quedó en el partido y libró la batalla en el interior del PLD. La estrategia seguida fue el silencio total, después de su célebre frase de que el Estado le derrotó en la convención de 2007. Debió estudiar lo que les ocurrió a todos los políticos que renunciaron del gran partido y montaron tienda  aparte o ventorrillos políticos. Su estrategia del silencio le dio resultado en las elecciones de 2012. Casi todo el mundo le criticó la estrategia del silencio. Incluso yo. Y él me la justificó la única vez en mi vida que le he visto. Íbamos en mayo de 2011 para un mismo evento académico en la ciudad de Rochester, en Nueva York y nos encontramos en tránsito en el aeropuerto John F. Kennedy.
Luego comprendí que frente a la manopla de Leonel Fernández, Danilo tenía que combatirle sacándole quisonda. Su manopla es idéntica a la que usaban algunos policías en la Era de Trujillo: golpeaban de lleno en la cara, entre la boca, la nariz y los ojos. El uso de la manopla por parte de civiles estaba prohibido y la autoridad se la incautaba y reducía a prisión al portador.
Sacarle quisonda consistió en impedir que Leonel fuera candidato en 2012, pero su poder era tan grande que logró imponerle a Danilo la opción Kirchner, si no como candidata presidencial al menos como vicepresidencial, esa especie de aprevenido al bate que duerme el sueño del boa por si hay víctima.
Y no contento con imponer la fórmula Kirchner, Leonel logró, cálculo fino que debió visualizar en el caso que él mismo no fuera candidato, quedarse con el control de las Cámaras y, lo más importante: había tejido antes por televisión la elección cuidadosa y con pinza de los jueces peledeístas de las llamadas Altas Cortes adictos a su persona a fin de blindarse herméticamente contra toda posibilidad de llevarle a la justicia por la comisión de actos de corrupción suyos o de sus subalternos. Los televidentes que presenciaron aquellas maratónicas sesiones no alcanzaron a ver la jugada fina y el propósito ulterior, sobre todo que entre los elegidos, para despistar, estuvieron unos señores o señoras que respondían a las siglas del PRD, pero que en realidad eran secuaces de Miguel Vargas Maldonado. Lo político de la operación no se columbró hasta que se formalizó la división de ese partido con la facción PRM de Hipólito Mejía y Luis Abinader. Fue entonces cuando se vio la magnitud del pacto de las corbatas azules y los préstamos ilegales del Banco de Reservas a Vargas Maldonado. Pero ya era muy tarde, como decían las radionovelas…
Y ese control del Congreso y de las llamadas “altas cortes” no fueron solamente un blindaje frente a la justicia, sino que ambas instancias le permitieron a Leonel legislar para parar en seco a Danilo Medina y obstaculizarle el gobernar a fin de que le fuera imposible cualquier maniobra reeleccionista y la consiguiente eliminación de Fernández Reyna de la competencia, sino que también le creó en el plano internacional tremendo embrollo con la sentencia 168-13 que apenas el gobernante ha podido respirar. Y dos de los rasgos políticos sobresalientes de Leonel, entre otros, son el cinismo y el cálculo frío: él mismo denunció la sentencia 168-13 en la propia OEA y se mostró paternal con respecto a los haitianos que él mismo enzarzó.
Naturalmente, esos manoplazos son a veces palos a ciegas. Sobre todo porque Leonel cree en el sentido de la historia y gusta jugar al providencialismo. O a la víctima, como ese artículo auto perceptivo que publicó en su propio periódico, el Listín Diario, donde se compara con Jesucristo y apostrofa a los discípulos que le han abandonado o que comienzan a abandonarle a trece meses de la jornada electoral de 2016.
Screen Shot 2015-04-16 at 09.02.42El perfil de Leonel debe ser tan bajo en las encuestas que no se publican, aparte de las que se han publicado, que un hombre de su confianza como el periodista César Medina se permite sugerirle en dos artículos en el periódico del propio Leonel que postergue sus aspiraciones hasta el 2020. Pero la facción leonelista se muestra extremadamente audaz y sus diputados, 58, y sus senadores, 18, han firmado un “pacto de sangre” contra la reelección y si el comité político del PLD, con mayoría danilista insiste en reformar la Constitución, ellos le estrujarán en la cara dicho “pacto de sangre” y la voluntad del partido, controlado por Leonel, que se reunió en el Estadio Olímpico para ratificar su apoyo al líder como único candidato presidencial para 2016 y su oposición “rabiosa” en contra de la reelección de 2016, pero no a la de 2008. Se trata de una lucha a muerte entre dos facciones clientelistas y patrimonialistas por el control del Estado, única fuente de acumulación originaria para los peledeístas que ya se acostumbraron a la idea de que no pueden vivir fuera del presupuesto público. Y garantía de impunidad al controlar las “altas cortes”.
La política sorda que se cuece en los sótanos de la sociedad dominicana, auspiciada por una potencia extranjera y replicada poco a poco por los poderes fácticos criollos que le están subordinados, comienza a producir sus efectos en el sentido de que un hombre tan poderoso que controla el Congreso, las altas cortes, partes de los periódicos, la radio y la televisión, una parte del mercado de la construcción y los ventorrillos políticos y las siglas del PRD, además de ser presidente de su propio partido, el PLD, y de Funglode-Academia es, como un Trujillo cualquiera, un peligro formidable para la expansión de los negocios y la acumulación de riquezas de empresarios nativos y extranjeros, pues con una justicia controlada sus inversiones no están seguras.
Cuando Trujillo inició la campaña para nacionalizar “la mal llamada Compañía Dominicana de Teléfonos”, ahí mismo comenzó su “desgracia” o infortunio, pues ya los inversionistas extranjeros conocían lo que había sucedido con los centrales azucareros, “comprados” por el Jefe y vendidos “voluntariamente2 por sus dueños.
Y esa lucha sorda, que no termina con la controlada sentencia del “no ha lugar” a favor de Félix Bautista, tomará otros derroteros hasta abrirse paso cuando el PLD defina, el 17 de este mes o después, el problema de la reelección, lo que implica, en un país clientelista y patrimonialista, la modificación de la Constitución de 2010, algo a lo que la sociedad ve sin ojos de espanto, pues de 1844 a la fecha van 39 reformas constitucionales y la mayoría de estas últimas realizadas con miras a la reelección del gobernante de turno, ya fuera dictador o demócrata formal. Es una actividad circense que uno ve desde las gradas sin poder bajar el dedo como lo hacía el César.
Danilo tiene una ligera ventaja en el Comité Político y casi pareja en el Central, pero dispone de una mayor: el cesarismo del poder presidencial, el cual quiebra voluntades con ayuda “del poderoso caballero”. Si no logra imponer la reelección a golpe de las pildoritas de Lilís, tratará, por todos los medios, de salir del poder en 2016 con el control del Congreso y del partido, bien negociados, de modo que no le den de nuevo con la manopla de 2007. Y con la popularidad en 60 ó 70 por ciento, fruto de sus visitas sorpresas y de la forma diferente como ha gobernado en contraste con la de Leonel, se presentará de nuevo ante su clientela patrimonialista como el salvador del 2020. Es posible que esta sea la vía a seguir, pues a Danilo no le gustan los conflictos y se recoge, como en 2007. Además, tanto él como Leonel saben que sin PLD o PLD dividido, no hay vida.
En caso de que Danilo no pueda imponer la reelección y quede sin control del Congreso y Leonel resultara presidente en 2016 –lo que únicamente un milagro externo evitaría, pues la oposición no existe–, a menos de un mes de la jura el 16 de agosto, la pequeña burguesía que acompañó a la facción de Danilo en esta nueva aventura de la acumulación originaria, será solo una pieza de museo. Adiós teóricos, adiós Gedeón, Amarante Baret, Mariotti, Martínez Pozo, Euri Cabral, Rodríguez Marchena, etc. Si el milagro externo se produjese, es decir, una formidable conjunción de poderes fácticos y fuerzas opositoras en contra de la corrupción y la impunidad, los primeros signos serían el despojo de visas, solicitud de extradición y exacerbación de las denuncias de Quirino con nuevos datos, ya que suministró, a cambio de protección para él y toda su familia, el mapa completo de la red del narcotráfico en nuestro país y las conexiones con los políticos y empresarios dominicanos.
Y a los ministros y altos funcionarios danilistas que sean potencialmente peligrosos porque hayan metido la mano en los dineros del erario, sería imposible para ellos el “no ha lugar”, porque la Manopla tiene los juegos pesados y las “altas cortes” les escarmentarían con todo el peso de la “ley” para reducirles a polvo y obligarles a votar por el León en las elecciones de 2020, pues la “fábrica priísta de presidentes” estará en el poder cuarenta años, tal como él lo profetizó. Esos poderes fácticos (Iglesia, sermón de las siete palabras; empresariado y su comunicado criticando la justicia, etc.) que hoy truenan a favor de la transparencia, la justicia y en contra de la impunidad, lo hacen de la boca para afuera, pues ellos se entienden en las negociaciones de exoneraciones aduanales, en las complicidades de Impuestos Internos y en los favores del Gran Dador al poder eclesiástico y al empresariado. 
Y la potencia extranjera que hoy presiona por transparencia y justicia en contra de la corrupción, la impunidad, el lavado de activos y el narcotráfico, se aviene a todo si no le laceran sus intereses. Ella no combate de frente. Solo lo hace cuando invade a países pobres, débiles y pequeños. De lo contrario, obra políticamente desde los sótanos de la historia. De todos modos, Leonel debe tener pendiente el “Téngase miedo” del difunto empresario J. R. Hernández. En esta lucha entre poderes, ¿cuál será el más contrastante? Sea cual sea el vencedor, el clientelismo y el patrimonialismo campearán por sus fueros y la perjudicada será, como siempre, la sociedad dominicana.
Nos faltan tres siglos, como mínimo, para acceder al estatuto de un Estado verdadero. Imagínate, Sancho, las cosas que faltan por ver.
http://acento.com.do/2015/opinion/8240565-danilo-medina-y-una-profecia-del-2008/

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