Opinión
La economía del 2015
Es importante analizar el desempeño económico durante el año recién transcurrido. Muchas veces decimos que el crecimiento está solo en las cifras del Banco Central. Sin embargo, este año que recién pasó, por diferentes factores, este crecimiento ha sido percibido por la población.
A partir del tercer trimestre del año pasado hubo un desarrollo importante en las áreas de turismo, construcción, minería y comercio que dinamizaron la economía de forma destacada. Por otra parte, el descalabro de los precios del petróleo produjo efectos positivos sobre los precios al consumidor, de manera que la inflación esperada no será mayor de un 3.5%. Todo esto, sumado a la estabilidad cambiaria que hemos disfrutado, repercute en un crecimiento esperado de aproximadamente un 7% del PIB.
La construcción de escuelas por toda la geografía nacional ha creado un efecto multiplicador en nuevas oportunidades de empleo para ingenieros, albañiles, ebanistas, entre otros. Las pequeñas ferreterías han aumentado sus ventas de varillas, cemento, pinturas y otros productos relacionados. Pequeñas comunidades se han visto activadas y beneficiadas.
En cuanto a las grandes obras, la Circunvalación de Santo Domingo que dará un impulso importantísimo a Haina, marcha a paso acelerado y generará miles de empleos en una zona que realmente lo necesita. Otra buena noticia para los capitalinos y turistas es que la nueva carretera apartará el enojoso tránsito de vehículos pesados por el Malecón.
La actividad comercial se incrementó notablemente durante los meses de noviembre y diciembre gracias a la modalidad importada del “viernes negro” y el doble sueldo. Las ventas crecieron notablemente con respecto al 2013.
¿Qué podemos o debemos esperar para el 2015? A continuación algunas ideas.
La baja de los precios del petróleo provocará una disminución en el subsidio eléctrico, con lo cual habrá necesidad de menores financiamientos externos para disminuir el déficit de cuenta corriente y por tanto se evitará un mayor endeudamiento.
El panorama petrolero deberíamos aprovecharlo, como hizo la India, para realizar una reforma estructural de su economía, antes de que la situación cambie en el momento en que se dispare el consumo y se incremente el precio del barril, aunque afortunadamente, hasta el momento no se prevé que dicho aumento alcance los 110 USD, como sucedió en junio pasado. Al ser este un año preelectoral, me cuestiono si será una prioridad de las autoridades embarcarse en todo lo que conllevaría una revisión de esa magnitud.
De todas formas las condiciones externas podrían aprovecharse para evitar que la represa financiera del Banco Central siga aumentando ya que al requerir menos dólares para pagar las importaciones de combustibles se necesitarán menos recursos externos para mantener la estabilidad cambiaria. Pero es importante tomar decisiones de política económica porque no sabemos cuánto pueden durar los bajos precios de los hidrocarburos o la afluencia de divisas que se ha dado fruto de las ventas de empresas que afortunadamente han beneficiado los ingresos del gobierno.
Los precios de la gasolina en nuestro país doblan al de los de otros países de la región. Sin embargo, estimo que sería de más impacto no seguirlos bajando y en vez, reducir el ITBIS por el consiguiente efecto provechoso que produciría esto sobre el salario de todos y, sobre todo, en el de aquellos que no tienen vehículos, que son la mayoría. Así también evitaríamos que se dispare el consumo de combustibles y tengamos que invertir más dólares en la compra de los mismos, lo cual solo beneficia a una minoría.
Por otro lado, y en esto he insistido cada vez que los precios del petróleo caen, como sucedió en los años de 2005 y 2008, es diseñar un seguro de contingencia que fije los precios por cinco años. De esta manera podríamos disponer de un presupuesto equilibrado, con subsidios eléctricos calculados y precios de combustibles estables, beneficiando los bolsillos de los consumidores y la competitividad del país. No debemos olvidar que el crecimiento sostenible de la economía solo se logra con ciudadanos con buenos niveles de educación. Ojalá este año, en el que ya contamos con una gran infraestructura en escuelas, se inviertan sabiamente los cuantiosos recursos del sector en la modernización de los currículos, en la integración de recursos tecnológicos y en la urgente necesidad de capacitar a los docentes para formar ciudadanos con las competencias necesarias para enfrentar los retos del siglo XXI. Iniciemos este nuevo año con optimismo. Que el 2015 sea un año en que impulsemos el crecimiento de nuestros sectores productivos, que se creen más empleos y en el que se sienten las bases para la construcción de una sociedad más justa, con menos desigualdades y de mayor bienestar para todos. Les deseo muchas felicidades a todos mis amables lectores.
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