EEUU muestra falta de sinceridad en lucha contra terrorismo al difamar ley antiterrorista de China

Actualizado a las 26/12/2015 

BEIJING, 25 dic (Xinhua) -- El día de Nochebuena, la embajada de Estados Unidos en China emitió avisos de seguridad para los occidentales que se encontrasen en Sanlitun, una popular zona diplomática y de ocio situada en Beijing. Gracias a las fuerzas especiales enviadas por el gobierno chino, hasta el momento non han tenido lugar ni incidentes ni heridos.

Para enfrentarse a las crecientes actividades terroristas dentro y fuera de sus fronteras así como en el ciberespacio, China ha impulsado su primera ley antiterrorista con gran urgencia para establecer una plataforma de lucha contra el terrorismo sistemática y efectiva.

Sin embargo, la determinación de Beijing de respaldar los esfuerzos internacionales contra el terrorismo ha sido calumniada por Washington, que ha asegurado que esta iniciativa "haría más daño que bien a la hora de afrontar la amenaza del terrorismo" y "conduciría a mayores restricciones" a la libertad de expresión, asociación, reunión pacífica y religión en el interior de China.

Se trata, de hecho, de una respuesta esperada por parte de Washington, que simplemente no puede evitar convertir a China en el malo de las películas de superhéroes que siempre tiene una motivación perversa.

Es lamentable que incluso en este momento crítico, en el que el terrorismo y el extremismo descontrolado en todo el mundo ha sumergido a países y regiones en conflictos mortales, el Tío Sam sea incapaz de ver las medidas antiterroristas de China sin la desconfianza, los prejuicios y el egoísmo habituales.

También muestra la falta de sinceridad de Washington y su incapacidad para consolidar los esfuerzos globales contra el terrorismo.

Con la práctica de políticas partidistas en la escena mundial y la división de los países en aliados y enemigos con base en su propio interés e ideología, EEUU, guiado por una mente del juego de suma cero y el doble rasero, carga con evidentes responsabilidades por la inestabilidad en Oriente Medio, la crisis de refugiados en Europa y la escalada de tensiones en otras regiones.

Al elevar la libertad de expresión hasta un derecho absoluto sin límites, Washington confabula con las partes influyentes para coercionar y acosar a los grupos desventajados, usando discursos como armas.

Los comentarios del precandidato presidencial republicano de EEUU Donald Trump sobre prohibir a los musulmanes entrar el país norteamericano, instiga discriminación y odio, aisla a la población musulmana y socava la libertad religiosa.

La hegemonía de Occidente del discurso global ha revelado su hipocresía cuando los medios occidentales prestaron una atención desproporcionada a los ataques terroristas de París y Beirut en noviembre.

¿Cuál es el próposito de la libertad de prensa si es una libertad que elige qué vidas son más valiosas que otras?

Algunos gobiernos y medios occidentales se negaron a llamar a los atacantes de la estación de tren de la ciudad china de Kunming "terroristas", aunque apuñalaron de muerte brutalmente a 31 personas inocentes e hirieron a más de 141.

La sangre fría hacia las vidas del tercer mundo es sorprendente y debería ser una llamada de atención para el mundo sobre las faltas de la superioridad moral de Occidente, y sobre que la libertad de prensa ha sido en ocasiones utilizada como herramienta para proteger la hegemonía del discurso.

Siempre son los inocentes los que acaban siendo víctimas del terrorismo y el extremismo, y este es el motivo por el que el gobierno chino está llevando a cabo medidas concretas para proteger a los habitantes de sus ciudades, incluyendo a los estadounidenses de a pie que disfrutan de la Navidad en Sanlitun.

¿Pero, cuándo parará EEUU de considerar a China como el enemigo imaginario y empezará a centrarse en el verdadero enemigo: el terrorismo?

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