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En quince años de gobiernos peledeístas deberíamos haber aprendido cuál ha sido el modelo de dominación social que se nos ha impuesto. Esto es muy importante porque las autoridades lo ocultan en la costosa campaña mediática con que se legitiman, y porque el hambre de mandar y la voluntad de hacer obrar a los demás como sujetos instrumentales producen esterilidad ética. El PLD en el poder no ha sido nunca una teoría, un pensamiento; su modelo de gobierno dimana de su práctica. Y como la escritura es la manifestación íntegra del discurso, al escribirlo hay que prestar atención a su práctica, no a su discurso.
El primer elemento de ése modelo es la acumulación rápida de capital. Los peledeístas tenían la apariencia de la virtud, por sus bocas salía una especie de santidad cínica, pero ya en el segundo gobierno de Leonel Fernández la corrupción tomó cuerpo y al final se convirtió en el cemento invisible que unía su liderazgo. El modelo llegó incluso a la Hipercorrupción que es la base de las acumulaciones obscenas de capital que conocemos. Un factor esencial lo constituye la multiplicidad de aumentos de los impuestos. Los gobiernos peledeístas han propiciado al menos siete reformas fiscales, alterando el inestable estado de bienestar de la clase media, haciéndola desaparecer en un 4.8%. Estableciendo récords de recaudación impositiva. También tienen récord nada envidiable en el endeudamiento externo. Solo Danilo Medina, en dos años y medio de gobierno, lleva ya más de 16 mil millones de dólares tomados en préstamos. Numerosos dominicanos que ni siquiera han nacido están ya hipotecados. El modelo consolidó, también, un programa asistencial de bajo monto que frisa la pobreza, un poderoso instrumento de control político de la masa pobre. Programa enteramente clientelar, los datos de los organismos internacionales apuntan al inmovilismo social (en una década sólo el 2% ha escalado a un grupo de mayor ingreso). Por ello la República Dominicana es como un gigantesco almacén de pobres, sin ninguna esperanza de ascender en la estratificación social.
Un rasgo esencial de ése modelo es la inequidad. El Banco Mundial hace consideraciones sobre el crecimiento del PIB en once años, situándolo en casi un 50%; sin que haya alterado en nada el drama de la pobreza y la pobreza extrema. La CEPAL lo dibuja así: “La quinta parte más pobre de la población dominicana capta solo el 4% de los ingresos, mientras que la quinta parte más rica capta el 50.8”. El modelo “llora ante la presencia de Dios”, pero explica el enriquecimiento personal de la cúpula partidaria, que esfuma el 10.8% del PIB a través de la corrupción. El remate del modelo tiene dos aspectos determinantes: 1ro. La financiación estatal del funcionamiento del Partido, y segundo; el control institucional absoluto. Hay más de 29 mil militantes medios del PLD prorrateados en la nómina pública, exclusivamente para la función política. Además, la cúpula tiene garantizado sus puestos de dirección hasta el 2020. Y las instituciones, particularmente las de la justicia, reproducen sin titubeos los designios del partido. Particularmente en lo que respecta a las elecciones “libres” hay pleno blindaje, porque la JCE y el Tribunal Electoral le garantizan al modelo el resultado electoral planificado.
Concebir el Estado como una piñata, y neutralizar a los poderes fácticos, son los dos aspectos finales del modelo. A Danilo Medina lo apoyaban 14 partidos y 462 movimientos. Todos tienen ahora una pequeña porción del pastel, y medran en instituciones del gobierno que parasitan a costa del erario sin ninguna función. En lo que respecta a los poderes fácticos (comerciantes, industriales, capital financiero, iglesia, etc), el modelo de gobierno del PLD es obsecuente y espléndido. Ni Leonel Fernández ni Danilo Medina se han enfrentado a ningún cambio estructural verdadero, y han gobernado para los poderosos. Concesiones, exoneraciones; los poderosos de este país no tienen nada de qué quejarse, el modelo respeta sus amplias inequidades históricas.
Este esfuerzo de descripción del modelo de gobierno del PLD, es apenas una viñeta de la realidad. Pero es a través de él que han impuesto su despotismo. En la práctica, lo crearon Leonel Fernández y Danilo Medina, y en su funcionamiento Danilo es una pieza de recambio. En las almas machucadas de los dominicanos tiene que quedar claro que es ese modelo al que hay que enfrentar.
http://hoy.com.do/el-modelo-de-gobierno-del-pld/
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