1 de mayo de 2015
Periodistas, policías y militares, las únicas personas que pueden circular libremente, miran a derecha e izquierda en cada esquina antes de girar hacia una calle desierta, de edificios destartalados, ventanas cerradas y basura, a la que el viento hace girar como si fuera las plantas rodantes de un desierto
Baltimore (EEUU) (EFE/Beatriz Pascual Macías).- Decenas de militares deslumbran con sus linternas a los viandantes, les piden que se identifiquen y vuelven a sus vallas de hormigón y acero, desde las que vigilan el cumplimiento de un silencioso toque de queda que se ha adueñado durante tres días de una ciudad desangelada.
“Aunque hemos tenido dos días de paz y silencio, todavía tenemos un fin de semana que atravesar”, avisó hoy durante una rueda de prensa el jefe de Policía de Baltimore, Anthony Batts, en respuesta a quienes exigen el fin de un toque de queda que ha convertido las noches de la ciudad en el escenario de una película del oeste.
Periodistas, policías y militares, las únicas personas que pueden circular libremente, miran a derecha e izquierda en cada esquina antes de girar hacia una calle desierta, de edificios destartalados, ventanas cerradas y basura, a la que el viento hace girar como si fuera las plantas rodantes de un desierto.
“¿No tienen miedo de estar aquí? (…) El lunes fue más divertido, había más gente”, dice a Efe un miembro de la Guardia Nacional de origen filipino, mientras sostiene una metralleta y hace girar una porra de madera de casi medio metro, que aterriza cerca de su escudo de plástico.
Junto a él, otro agente de la Guardia Nacional, se ajusta unos guantes negros, deja entrever un tatuaje en el antebrazo y se dirige a uno de los puntos de control instalados en “Sandtown”, el barrio donde residía Freddie Gray, el joven afroamericano fallecido bajo custodia policial el 19 de abril.
Su entierro, el lunes, convirtió las protestas pacíficas por su muerte en una ola de violencia, que sumergió a la ciudad en el caos y el fuego.
Desde que el martes entrara en vigor el toque de queda, entre las 22:00 hora local (02:00 GMT) y las 05:00 (09:00 GMT), se repite el silencio y la imagen de una ciudad militarizada, llena de tanques, escudos y metralletas, que recuerdan más a Irak que a “la mejor” urbe de EEUU, sobrenombre que ostentó Baltimore la década pasada.
El sonido de los helicópteros y el desfile de las luces rojas y azules de los coches patrulla marcan el tenso compás de una ciudad, declarada por las autoridades en “estado de emergencia” y tomada por miles de policías locales y estatales, así como por 2.000 militares de la Guardia Nacional.
http://acento.com.do/2015/actualidad/8245170-represion-al-estilo-tercer-mundo-en-eeuu-ante-protestas-contra-racismo-policial/
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