Publicado el: 27 octubre, 2016Nací en Santiago en 1966, y crecí en un hogar en el que se vivía la política. Orgulloso del camino recorrido. https://t.co/RWfVdmoG4C pic.twitter.com/SfrfdKeZZB— Orlando Jorge Mera (@orlandojm) 28 de octubre de 2016
Por: Orlando Jorge Mera orlandojorgemera@yahoo.com
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Mi vida
Nací en Santiago en 1966, y crecí en un hogar en el que se vivía la política. Entre 1966 y 1978, fui testigo de la lucha de mi papá, Salvador Jorge Blanco, en defensa de los presos políticos, y de mi mamá, Asela Mera de Jorge, por mejorar las condiciones de las cárceles de Santiago. En mi casa, conocí a Peña Gómez, Juan Bosch, Antonio Guzmán, Hatuey De Camps y Jacobo Majluta, líderes políticos respetados y admirados.
Luego de que mi papá fuera electo senador del Distrito Nacional, nos trasladamos a la capital, en 1978, e ingresé al Colegio Loyola. Ahí conocí a Hipólito Mejía, cuyo hijo Felipe, fue compañero de aulas, al igual que Luis Abinader, amigo y hermano.
En 1982, mi papá ganó las elecciones y se juramentó como presidente, un hecho inolvidable, de lo cual me siento muy orgulloso. Para esa época, yo tenía 15 años de edad, por lo que viví esos cuatro años, en plena adolescencia, junto con mi hermana, Dilia. Siempre agradecido de mi papá que nos dijo: “El poder es como una sombra que pasa”. Así fue, y hoy, salimos a las calles con la frente en alto, y con la conciencia tranquila.
No le deseo a nadie lo que pasó mi padre y mi familia en 1986 ante lo que ha sido la peor persecución judicial con fines políticos de la historia reciente. Afortunadamente el tiempo se ha encargado de poner las cosas en su justo lugar. No solo él fue descargado judicialmente por no haber cometido los hechos que se le imputaron, sino que, antes de fallecer, tuvo la dicha de reconciliarse con la mayoría de sus acusadores, a instancia de ellos, con la presencia de notables testigos.
En 1993, ingresé como militante al entonces PRD. Todas las posiciones que he alcancé en esa organización fue mediante la competencia democrática. Fui electo secretario general en 2005 en la primera convención democrática, y en 2009 fui reelecto igualmente. No conozco otra forma de elección que no sea que el derecho soberano resida en la militancia.
Como secretario general del PRD apoyé al candidato presidencial Hipólito Mejía en 2012, como lo hice en 2008 con Miguel Vargas. Mi actitud firme de apoyo al candidato presidencial en 2012 me costó ser expulsado del entonces PRD, con 33 sentencias del TSE en mi contra. Decidí ser fundador del PRM, y me siento sumamente orgulloso del camino recorrido. Estoy en la oposición en contra del PLD. Recuperar y regenerar la democracia es mi compromiso. Lo mejor está por venir.
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