viernes, 24 de julio de 2015

Alguien que me ayude | POR ENMANUEL PEÑA

policia
-Alguien que me ayude por favor, alguien que me ayude…- Era un hombre de unos 50 años gritando en la 30 de marzo con 27 de febrero. Estaba afuera de su vehículo que todavía estaba prendido. Unos policías le pisaban el cuerpo y la cabeza mientras lo esposaban (también lo golpeaban pero ya eso es muy común), al otro lado de la 27 un chofer de carro de concho miraba con más curiosidad que vergüenza. Miedo no tenía porque él sí que pertenece a un sindicato. Es que aquí todo el que está en una nación, pandilla o sindicato no tiene miedo porque “el barrio lo respalda”… como los militares, como la policía.
Solo me acordé de Ney X, el artista plástico que mataron unos oficiales mientras corría por la 27 desnudo y eufórico. No se si tenía carnet de loco, pero de artista sí que lo tenía, lo prueba una columna vertebral del conde.
Pueden llamarme extremista pero ahora, mientras les escribía el párrafo anterior oí tres tiros, tres tristes tiros. Y no me sorprende, ahora oigo gritos, porque hoy 19 de julio he visto cosas peores. Y no en todo un día andando en la calle, solo salí 45 minutos más o menos a buscar a mi esposa donde sus suegros.
Los gritos se callaron o son muy débiles, es que vivo muy lejos de las demás personas. Esto no es ficción, deben saberlo. Esto no es sobre perros sueltos correteando a un blanquito. En 45 minutos he visto cosas que solo vi en todos los años que duró Candelier. Y eso que tengo muertos de Candelier con los que había pasado la primaria.
Les contaré lo que he vivido esta noche en orden cronológico. Avenida Máximo Gómez con calle Félix Evaristo Mejía; dos policías, uno hablado por radio “está herido. Confirmado está herido”, por encima de la división de las vías apenas se ven unas manos esposadas tapándose de la pistola Glock que le apunta, el otro policía con el arma “¿qué porqué? Por fre´co”. Máximo Gómez con Tunti Cáceres; dos camionetas de la policía, mucha gente entre ellos doñas llorando, todos mirando algo desconocido en el piso. Delgado con la Avenida 27 de febrero; una camioneta y un carro, ambos vacíos, en la esquina dos policías sometían (en el más estricto sentido de la palabra) a un hombre mayor de 50 años, el hombre gritaba, me dolería mucho repetir lo que gritaba, nadie lo ayudó. Delgado con Bolívar veo en un motor a un “pusher” muy conocido de la zona. Calle Juan Sánchez Ramírez con Desiderio Valverde; una motocicleta de la policía y un motor civil (entiéndase por motocicleta una Harley Davison), policía registrando la mochila del motorista, dejando caer cuadernos o libros de texto. Avenida Jiménez Moya (Churchill) con calle República del Líbano, cerca de la parada del metro Centro de los Héroes, un chófer de taxi “soba” su pistola a la altura de su cara. Hasta aquí todo puede ser corroborado con Francisco Maggiolo, que es como mi hermano. Avenida Hermanas Mirabal, a la altura del Polvorín, un tapón enorme, alguien tirado en la isleta, muchos mirones entorno, una mujer agachada frente al cuerpo, los paramédicos, los policías y los Amets haciendo circular los vehículos, asumo que ya es un cadáver porque los paramédicos no lo mueven, y solo ayudan a la circulación del transito.
Les escribo esto porque no pude hacer nada. Sí, sí pude, pero no hice. Mi excusa es que no andaba manejando yo… que no me podía tirar del carro gritando con un carnet de “Prensa”, que no me dejé matar por un policía aunque lo quise para ver si así el “glorioso” pueblo dominicano reacciona. Les escribo, desde toda la impotencia que me dio no moler a patadas a ese hijo de puta taxista que se quedó mirando mientras un tipo cualquiera gritaba por ayuda. Les escribo, amigos desconocidos, porque no fui yo al que el policía le disparó “por fre´co”. Les escribo, a ustedes que tampoco harán nada, porque alguien debe saber que hoy dieron una orden, muy desde arriba dieron una orden y lo peor de “la Ley” se ha volcado contra el hombre entre 25 y 50, solo y en la calle un domingo en la noche… Cualquier hombre. Frank, Francisco, me decía “agradezcamos que no nos pasó a ninguno de los dos” y yo le respondí “ahora les pasa a ellos, después, cuando tú o yo estemos manejando solos en la noche nos pasará a nosotros”. Yo voy a beber hasta dormir, tengo una garrafa de ron, mañana despertaré para ir al trabajo a escribir sobre lo bonita que es la casa de algún corrupto, o de algún otro narco. ¿Tú qué harás?
Enmanuel Peña

Más artículos por Enmanuel Peña

Cofundador de la revista digital DE. Perteneciente al taller literario Ropa Sucia.
http://nuestrotiempo.com.do/2015/07/24/alguien-que-me-ayude/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario