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14 junio, 2015 2:00 am
Así como gobernanzas modernas conceden plazos a autoridades para responder propuestas ciudadanas, incluyéndose leyes que sancionan comportamientos silenciosos; el ejercicio democrático exige -por respeto, cortesía, elegancia, adecentamiento y elevación del debate entre políticos -que gobernantes respondan emplazamientos opositores. Por ello el Presidente Medina está compelido a responder la imputación de Abinader, externada en la pasada marcha opositora, que ha decepcionado el país
Sería saludable para la democracia que el mandatario rebatiera esta crítica y justifique los puntos que pudieran fundamentarla: cambio de posición sobre la reelección, lo corregido de lo que está mal -¿fiscalidad deficitaria y consecuente vorágine de endeudamiento? – qué ha hecho su gobierno “que nunca se ha hecho” como sancionar corrupción de ayer y hoy, porque no está gobernando mediante pactos: abortando el fiscal, enmarañando el eléctrico sin que se hable de otros.
El involucramiento de Danilo en debate gobierno-oposición perfeccionaría nuestra democracia, habida cuenta que se encuentra al término de su período, que nuestro tablero político-partidario se ha recompuesto y que su popularidad – alta cuando se medía dentro del escenario compitiendo con expresidentes aspirantes con altas tasas de rechazo, que ya no es el caso- tiende a declinar.
Una declinación que parece que continuará a juzgar por determinadas circunstancias: De ahora en adelante el fragor opositor dejará de apuntar contra Leonel, que le servía de escudo a Danilo, para concentrarse en este, sus resultados y ejecutorias gubernamentales: seguridad ciudadana, identidad nacional, distribución del crecimiento, desempleo, concentración de riqueza, prevaricación y tráfico de influencia, prioridades y sobrecostos en inversiones, ordenamiento y habitabilidad territorial-ambiental, satisfacción de necesidades sociales –salud, vivienda, energía, transporte, etc. -especialmente para sectores más desfavorecidos: pobladores de nuestros campos y barrios urbanos.
Y porque los acuerdos partidarios concertados– entre facciones del PLD, con PRD, limbo del “bloque” dizque progresista, etc. – terminarán revirtiéndose contra la candidatura de Danilo, especialmente por perpetuar incumbentes en posiciones legislativas y municipales cerrándole las puertas a miles de aspirantes tras nominaciones similares.
El pacto con el PRD terminará siendo “suma que resta” por el sistema electoral de asignación de curules que puede beneficiar al primero de lista del partido perdedor en lugar del segundo del ganador.
La espada de Damocles de una segunda vuelta servirá de catalizadora para la reunificación opositora y las catastróficas caídas de segundos períodos en Chile y Brasil no dejarán de ponderarse por electores.
Se requiere pues que el Presidente Medina acepte el desafío lanzado por Abinader y rebata su imputación que ha decepcionado al país.
De lo contrario se interpretaría, con su silencio, por aquello que quien calla otorga, que admite haberlo decepcionado.
http://hoy.com.do/danilo-desafiado-por-abinader/
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