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12:32 pm
Con los pies sobre la tierra
A raíz de la victoria de Luis Abinader en la convención del PRM (Partido Revolucionario Moderno), se han generado una serie de reacciones a ese triunfo.
Algunas de ellas son preocupantes.
Hemos sido testigos de más de un exceso de triunfalismo, y peor aún, de altanería. Quizás sea preciso explicar el panorama y aterrizar a más de uno de sus discípulos.
Comencemos por lo agradable al oído:
La convención, salvo algunos ladridos, fue mansa.
El triunfo de Luis abre una puerta cuyos candados estaban ya oxidados, la puerta del relevo generacional.
La candidatura de Luis proporciona al incipiente PRM un candidato sin tacha, fresco, preparado y sin techo; por lo que puede, sin duda alguna, aglutinar la oposición.
Hasta ahí va todo muy bien.
Pero veamos el panorama:
En el entendido de que Danilo sea el candidato (y yo estoy convencido de que lo será), en atención a la naturaleza conservadora del dominicano, será muy difícil ganarle.
¿Por qué?
Si algo ha sabido hacer el actual presidente es proyectar una imagen de estadista preocupado por el bienestar de su pueblo, de que sea cierto o no, los hechos y el tiempo tendrán la última palabra, al final hay que reconocer que mucha gente quiere que Medina siga gobernando, incluyendo gente que en desbandada del PRD se ha convertido no en Peledeísta sino en Danilista.
Todo el que ha participado en política sabe que no se le gana al partido en el poder, se le arrebata, y en este caso eso no es posible porque la Junta Central Electoral, el Tribunal Superior Electoral, el Tribunal Constitucional y la “guardia” son del PLD.
Alguien dirá, pero es con votos que se gana, sí, pero tendría que ser una victoria aplastante y está claro que en un duelo Danilo vs. Luis no sería posible ganar barriendo. Solo hay que recordar que ni Peña Gómez ni Hipólito Mejía, en los mayores tiempos de gloria del PRD, pudieron sobrepasar el 50+1 necesario para ganar en primera vuelta, ¿cómo lograrlo ahora con el novel PRM?
Más aún, en la aberración de estado que es el dominicano, como mayor empleador este posee más de 600 mil empleados con sus subsecuentes dependientes, ¿cuántos votos cautivos hay en ese grupo, y cuántos de ellos votarían para poner en riesgo su empleo por una fidelidad partidaria?
En fin, el objetivo de estas líneas es que gente que ya se ha mareado entienda que la tarea no es fácil, que el necesario equilibrio de poder será una tarea ardua, que pase lo que pase es sumamente importante que el candidato del PRM se rodee de gente sin tachadura y con muebles en la azotea, incluyendo los que aspiren a cargos electivos.
El pleito hay que echarlo y esta vez se echará con un gran candidato, que sería un excelente presidente.
Pero sin gallos locos por favor, con los pies sobre la tierra.
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