Evo Morales desafía a las urnas en su peor momento
19 de febrero de 2016
LA PAZ, Bolivia (AP) — Entre los líderes izquierdistas de la región, Evo Morales parecía inmune a los escándalos. Pero la desaceleración económica y un affaire con una de las mujeres con quien tuvo un hijo, tiene al primer presidente indígena de Bolivia al borde de su primera derrota electoral.
El domingo los bolivianos votarán si van a cambiar la Constitución para permitir que su actual presidente se presente a una tercera reelección en 2019.
Pero el mandatario que pulverizó a la oposición en las urnas en cada elección de la última década y que ha disminuido los índices de pobreza del país, enfrenta un escándalo con una mujer que tiene la mitad de sus años y que, en opinión de los analistas, podría volcar hacía el NO al 15% de los votantes que no saben si darle vía libre, o no, la reforma constitucional que podría alargar el gobierno de Morales.
Hace un mes, un periodista reveló que supuestamente una ex amante de Morales logró que la contrataran como gerente comercial de una constructora china que en cinco años se adjudicó siete proyectos estatales por casi 500 millones de dólares. Morales aceptó el romance que, además, tiene tintes de tragedia griega pues el hijo que tuvieron murió en circunstancias misteriosas.
"A Gabriela Zapata la conocí en 2005; en 2007 tuvimos un bebé y por mala suerte falleció", dijo Morales, de 56 años, soltero, y con dos hijos jóvenes de dos mujeres distintas. "No volví a verla. No sabía que trabaja en esa empresa".
Zapata, que hoy tiene 29 años, negó que en su designación influyera el gobierno pero poco se conoce de sus antecedentes laborales. Lo que se sabe es que antes de ingresar a la contratista, llamada China CAMC Engineering Co LTD, se promocionaba como promotora de negocios.
En 2013, Zapata se convirtió en gerente general de CAMC para Bolivia. El último contrato de la constructora se firmó en presencia de Morales en julio de 2015 y tenía como objeto construir una planta de potasio por 177 millones de dólares, pese a que el propio gobierno señaló que la empresa había incumplido otro contrato.
Todos los contratos de CAMC que incluyen un ingenio azucarero, fueron por contratación directa, uno sólo por licitación, según el Ministerio de Obras Públicas.
Es la primera vez que se vincula a Morales directamente con un caso de supuesta corrupción lo que, en teoría, no afectaría los resultados del referendo reeleccionista del domingo, y del que varias encuestas anticipan una votación cerrada.
Pero tampoco es el primer caso: ha habido un montón de denuncias que vinculan a los aliados del gobierno de Morales a esta constructora.
"No es una denuncia más, sumada a otras es el golpe más duro a la imagen de incorruptibilidad que se forjó Morales y tendrá efecto en el voto", dijo Carlos Cordero, analista político y profesor de la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz.
El escándalo más grande compromete a 70 dirigentes del gobernante Movimiento al Socialismo con un presunto desfalco de 10 millones de dólares según el gobierno, o 182 millones según la oposición, de dineros públicos destinados a proyectos para los indígenas pobres.
Esta investigación, que no tiene nada que ver con la CAMC, lleva más de un año y ninguno de los investigados es alto funcionario del gobierno.
La campaña electoral oficialista pro referendo, que se centraba en el éxito económico de la gestión de Morales, ha tenido que dar un giro para defender al mandatario cuyo tercer mandato concluirá en enero de 2020.
Los altos precios de materias primas, principalmente del gas natural y los minerales, le permitieron a Morales una holgada gestión económica con ingresos por exportaciones que casi cuadruplicaron el Producto Interno Bruto. El superávit permitió construir carreteras, aeropuertos, teleféricos y el primer satélite boliviano; todo lo que abonó a la popularidad del mandatario.
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