sábado, 20 de febrero de 2016

Las 10 mejores frases de Umberto Eco

CULTURA
Fallece a los 84 años 
Las 10 mejores frases de Umberto Eco

Umberto Eco, durante una visita a Madrid en 2010. JUAN M. ESPINOSAEFE
A lo largo de su vida, Eco se caracterizó, además de por su éxito profesional, por dictar sentencia sobre muy diversos temas
 EL MUNDO
El escritor, semiólogo y filósofo italiano Umberto Eco, fallecido a los 84 años de edad, fue -además de uno de los 17 intelectuales del Foro de Sabios de la UNESCO y Premio Príncipe de Asturias de Comunicación en 2000-, un autor de éxitos literarios como El nombre de la rosa. A lo largo de su vida, Eco se caracterizó, además de por su éxito profesional, por dictar sentencia sobre muy diversos temas. Estas son algunas de sus frases más célebres:

Los libros

"El mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee".

La filosofía

"¿Qué es la filosofía? Lo siento por mi conservadurismo trivial, pero no puedo encontrar una mejor respuesta que la definición que da Aristóteles de la Metafísica: una respuesta a un acto de asombro".

La sabiduría

"Sabiduría no es destruir ídolos, sino no crearlos nunca".

La relación con el lector

"El narrador no debe facilitar interpretaciones de su obra, si no, ¿para qué habría escrito una novela, que es una máquina de generar interpretaciones?"

El periodismo

"No estoy seguro de que internet haya mejorado el periodismo, porque es más fácil encontrar mentiras en internet que en una agencia como Reuters".

Las redes sociales

"Las redes sociales han generado una invasión de imbéciles que le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los necios"

La creatividad

"Nada es más nocivo para la creatividad que el furor de la inspiración".

La televisión

"Hoy no salir en televisión es un signo de elegancia."

La honestidad

"El verdadero héroe es héroe por error. Sueña con ser un cobarde honesto como todo el mundo".

La religión

"Cuando los hombres dejan de creer en Dios, no quiere decir que creen en nada: creen en todo".

http://www.elmundo.es/cultura/2016/02/20/56c83ad2268e3ec05c8b4599.html

Muere Umberto Eco, el humanista total

Fallece a los 84 años el escritor, filósofo y semiólogo italiano, autor de ‘El nombre de la rosa’. Su figura y su obra ejercieron una enorme influencia desde la curiosidad crítica

Umberto Eco, en la Universidad de Burgos, en 2013. Cristóbal Manuel / REUTERS-QUALITY
A los 84 años, y sin perder en ningún momento la curiosidad crítica, murió anoche en Milán el escritor, filósofo y semiólogo italiano Umberto Eco. La noticia fue comunicada al diario italiano La Repubblica por la familia. Falleció a las 22.30 en su casa. El autor de obras imprescindibles como El nombre de la rosa, en 1980, o El péndulo de Foucault, en 1988, había nacido en Alessandria el 5 de enero de 1932. La última de las obras de su fecunda carrera como autor de novelas de éxito y ensayos de semiótica, estética medieval o filosofía, fueNúmero cero, una mirada crítica del gran experto de la comunicación sobre una crisis del periodismo que, advertía, empezó “en los cincuenta y sesenta, justo cuando llegó la televisión”.
“Hasta entonces”, contaba en una entrevista de Juan Cruz publicada por EL PAÍS en marzo de 2015, “el periódico te contaba lo que pasaba la tarde anterior, por eso muchos se llamaban diarios de la tarde: Corriere della Sera, Le Soir, La Tarde, Evening Standard… Desde la invención de la televisión, el periódico te dice por la mañana lo que tú ya sabías. Y ahora pasa igual. ¿Qué debe hacer un diario?”. Esa era la duda —la curiosidad vestida de pesimismo— que lo llevó a publicar su último libro y a mantener su mirada despierta hacia todo lo que ocurría a su alrededor.
La trama de Número cero está ambientada en 1992, un año clave de la historia italiana por el caso Tangentópolis, y se desarrolla en la redacción de un periódico en ciernes donde confluyen la logia masónica P2, las Brigadas Rojas, el fin de una era y la aparición de otra —con Silvio Berlusconi a punto de saltar al escenario— que desvaneció muchas esperanzas hasta convertirse en la Italia desorientada de hoy. Todo ello lo miró, lo analizó y lo escribió Eco.
Tras difundir la noticia de su fallecimiento —pocas veces la expresión Italia está de luto ha tenido tanto sentido—, el diario La Repubblica escribió en su web un titular que resume muy bien la personalidad de Eco y el respeto, casi unánime, que despertaba en Italia: “Muere Umberto Eco, el hombre que lo sabía todo”. Como destacaba Il Corriere della Sera, Eco ha sido una presencia constante e imprescindible de la vida cultural italiana del último medio siglo, pero su fama, a nivel mundial, se debe al extraordinario éxito de El nombre de la rosa, del que se vendieron millones de copias en todo el mundo. “Recorrer la vida y la carrera de Umberto Eco”, explica el diario de Milán, “significa también reconstruir un pedazo importante de nuestra historia cultural”.
La vida académica de Eco se inició en 1954 en Turín. Aquel año se doctoró en Filosofía, pero también participó en un concurso de la RAI —la televisión pública italiana— en el que venció y que lo convirtió en compañero del periodista Furio Colombo y del filósofo Gianni Vattimo en una aventura de complicidades siempre ligada al mundo de la cultura. En los sesenta trabajó como profesor agregado de Estética en las universidades de Turín y Milán y participó en el Grupo 63 publicando ensayos sobre arte contemporáneo, cultura de masas y medios de comunicación. Entre estos ensayos los más conocidos son Apocalípticos e integrados y Opera aperta. El semiólogo milanés también fue catedrático de Filosofía en la Universidad de Bolonia, donde puso en marcha la Escuela Superior de Estudios Humanísticos, conocida como la Superescuela, porque su objetivo es difundir la cultura internacional entre licenciados con un alto nivel de conocimientos. También fundó la Asociación Nacional de Semiótica.
Entre sus innumerables premios está el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades del 2000. Inquieto hasta el fin, acababa de lanzar una nueva editorial, La Nave de Teseo.
En un discurso en la Universidad de Turín, Eco aplicó su mirada crítica –no todo es positivo ni negativo en su totalidad—a las redes sociales: “El fenómeno de Twitter es por una parte positivo, pensemos en China o en Erdogan. Hay quien llega a sostener que Auschwitz no habría sido posible con Internet, porque la noticia se habría difundido viralmente. Pero por otra parte da derecho de palabra a legiones de imbéciles”. http://cultura.elpais.com/cultura/2016/02/20/actualidad/1455927385_225826.html

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