En un desayuno con el Dr. Peña Gómez en casa del Embajador Dominicano en Nicaragua, le expresé mi interés en regresar al país si el PRD ganaba las elecciones en 1996. Me respondió “tú serás parte de mi gobierno porque se de tu gran amistad con Hipólito Mejía”.
Bueno, todo se derrumbó ya que Leonel ganó en el 1996 y yo fui transferido a Costa Rica. En el 2000, cuando Mejía gana la presidencia, finalmente regresé al país tras 11 años viviendo en el exterior.
Sin embargo, al escuchar en los alrededores del 1998 que Leonel Fernández había decidido privatizar la CDE y el CEA, entre otras empresas estatales, lo consideré un héroe nacional. Sin importar los resultados, que en el caso del sector eléctrico fueron frustrantes, la decisión fue valiente y correcta y tarde o temprano el sector eléctrico volverá a manos privadas si es que tenemos la suficiente vergüenza para reconocer que en manos del Estado todo irá de mala en peor. Solo hay que hacer la privatización más transparente y competitiva a que como se hizo anteriormente.
Esos primeros años de Leonel fueron satisfactorios en lo económico, tomo decisiones acertadas y se guiaba un poco bajo el pensamiento Boschista. Al final de su mandato hizo algunas travesuras para evitar que Hipólito ganara las elecciones contra el candidato del PLD Danilo Medina. Entre ello, mantener un precio ficticio de los combustibles que generó un hoyo fiscal. Pero fueron pequeñas travesuras. También soslayó el fraude bancario que se venía incubando desde hacía varios años.
Termina Hipólito Mejía su mandato y Leonel vuelve al poder. Los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 y la crisis bancarias del 2003, enterraron las posibilidades de que Hipólito hiciera un gobierno ejemplar, superando inclusive al de Antonio Guzmán. Pero las crisis no perdonan y todo el peso recae sobre el gobierno de turno aunque sean generadas por gobiernos anteriores o factores externos.
La reelección de Hipólito también creo una hecatombe en el PRD que terminó por dividirse y caer derrotado por amplio margen.
Leonel aprovecha la crisis bancaria durante el gobierno anterior, que había dejado al país en estado calamitoso aunque en franca recuperación por la asistencia del FMI, el BM y el BID. Al renovar los acuerdos con estos organismos, recibió una fuerte inyección de recursos que le permitieron continuar apreciando el peso y aumentar el PIB significativamente, con inflación de un digito.
Las encuestas en el año 2006 le daban una aprobación de 70% a Leonel Fernández y todo parecía color de rosa para su gobierno y su partido.
Hasta aquí, si comparamos los tres primeros años del gobierno de Danilo Medina con 6 de Leonel Fernández (1996-2000 y 2004-2006), me inclinaría a pensar que este último se lleva la corona en cuanto a logros y resultados. Muchos dirán que no es justo comparar 6 contra 3 pero en política 2 más 2 jamás suma 4.
No obstante, otra hecatombe se cierne sobre el país. Leonel intenta reelegirse 2008 y comienza prostituir el ambiente político creando un gran hoyo fiscal y aumentando la deuda en forma desproporcionada. La corrupción alcanza su máximo esplendor, en una campaña en la que se hizo un uso criminal de los recursos públicos, el clientelismo alcanzó niveles espantosos, se compraron casi todos los medios de comunicación y se cometieron toda clase de abusos, fraudes y chantajes.
Obviamente, Leonel gana en la primera vuelta y a partir de ahí comienza una verdadera debacle.
Considerándose un enviado del cielo para perpetuarse en el Palacio Nacional, crea una corporación de millonarios a costa de robarle dinero al Estado, que termina haciéndolo casi invencible al punto de crear una estructura de poder que no tiene precedentes en la historia del país. Se hizo dueño de la Justicia, del Congreso, de la Cámara de Cuentas, de la Junta Centra Electoral, del Tribunal Electoral y de todo aquello que pudiera impedirle sus malévolos planes.
Pero no logró reelegirse nuevamente en el 2012 a pesar de sus reiterados intentos de interpretar la Constitución a su manera. Cedió por la presión interna y externa y permitió que Danilo fuera el candidato pensando que con su estructura de poder, creada a su imagen y semejanza, retomaría fácilmente la presidencia 4 años después para quedarse indefinidamente. Sin embargo, por miedo a ir a la cárcel si Hipólito ganaba las elecciones, cometió un crimen de lesa patria al desguañangar el presupuesto y cerrar el 2012 con una déficit fiscal de 8.5%.
Así, Danilo llega al poder, gracias al desfalco de las arcas públicas que le costó a los dominicanos 200 mil millones de pesos (8.5% del PIB).
Con apenas 3 años gobernando, pero rompiendo los paradigmas del poder impuesto por su predecesor, Danilo Medina logra desplazar a Leonel en el control del Congreso y del liderazgo partidario, gracias a su ingenio para acercarse al pueblo, ofrecerle ayuda y hacer lo que nunca se ha hecho. Igualmente, sus allegados dan los primeros pasos en la acumulación de capital y se fortalecen en todos los frentes, comprando partidos de oposición, congresistas y cuantos medios de comunicación existen. Así, logran pasar sin contratiempos una reforma constitucional para permitir nuevamente la reelección.
Y esa maldita reelección será la catástrofe para Danilo y para el país. Se repetirá los mismo que pasó con Leonel cuando se reeligió en el 2008 e intentó después mantener a su partido en el poder por temor a ser perseguido por sus desmanes. La desgracia de este país es que sus ciudadanos no tienen memoria y por eso estamos definitivamente jodidos. Ya verán los resultados si Danilo sigue en el poder después del 2016. Matamos un monstruo pero estamos criando otro. http://acento.com.do/2015/opinion/8256235-danilo-vs-leonel-quien-es-mejor-gobernante/
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