Reuters / Jonathan Ernst
El presidente de EE.UU., Barack Obama, planea mantener una "dura conversación" con sus aliados del Golfo Pérsico sobre la seguridad en la región. Según el mandatario, países como Arabia Saudita o EAU deberían involucrarse en conflictos como el de Siria, fortaleciendo sus capacidades militares, pero sin reprimir a la oposición interna.
Los países sunitas del Golfo Pérsico como Baréin, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU) "deben fortalecer su disposición a implicar sus tropas terrestres para resolver los problemas regionales", afirmó el presidente estadounidense,Barack Obama, en una entrevista con el diario 'The New York Times'. El mandatario reiteró su voluntad de ayudar a dichos países a incrementar sus capacidades militares.
"Hubo gran voluntad por parte de EE.UU. de llegar [a Siria] y hacer algo allí" contra el régimen del presidente legítimo Bashar al Assad, declaró Obama.
Según él, EE.UU. apoyará a los países del Golfo en el supuesto de que sean invadidos desde el exterior. No obstante, para el presidente la mayor amenaza que afrontan dichos países no es externa sino que proviene de la insatisfacción interna de estas naciones. La "dura conversación" que Obama prevé mantener con sus aliados del Golfo versará sobre cómo participar en operaciones contra el terrorismo "sin legitimar o validar automáticamente cualesquiera tácticas represivas que estas operaciones pueden conllevar".
La semana pasada Obama anunció que invitará a los líderes de los seis países que forman el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (Baréin, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y EAU) a su residencia Camp David para abordar el tema de seguridad sobre el telón de fondo de la inestabilidad en Oriente Medio y los numerosos conflictos que se registran en la región, como la reciente invasión de Yemen a manos de sus vecinos lideradapor Arabia Saudita.
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