Desaparición de Henry Segarra Santos en los doce años de Balaguer
Con apenas 25 años de edad, Henry Segarra Santos, conocido dentro del Movimiento Popular Dominicano como “Enrique” y a quien Maximiliano Gómez llamaba “El monstruo proletario”, fue desaparecido para siempre el 25 de julio de 1969, en el primer cuatrienio de los “Doce años de Balaguer. De “color indio” y cara ovalada, tenía los ojos y el pelo negros. Hijo del obrero cubano, nacionalizado dominicano, Vicente Segarra Pérez y Ernestina de los Santos, nació en Santiago de los Caballeros el 4 de septiembre de 1944.
Las autoridades lo señalaban como vinculado al MPD desde los 16 años de edad, cuando ese partido de izquierda abrió su local en la avenida José Trujillo Valdez (hoy avenida Duarte), casi esquina avenida Mella, en 1960. Estudió en la “Escuela Peritos Contadores Víctor Estrella Liz” y en el liceo Juan Pablo Duarte. Se le tiene entre los fundadores de la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER). Posterior a la Revolución de Abril se inscribió en el “Liceo Ulises Francisco Espaillat de Santiago”, de Santiago, donde fue apresado. De regreso a la capital, vivió en la calle Benito González.
Siendo dirigente del MPD, partido en que llegó a la condición de miembro del Comité Central, intentó salir del país para viajar hacia Cuba; pero fue apresado en el aeropuerto internacional de Punta Caucedo, junto a otros compañeros, después de abordar un vuelo de la línea Panamerican que lo llevaría hacia Nueva York, el 15 de enero de 1967. Acompañado de Jorge (Jorgito) Puello Soriano y Pedro Cruz Sandoval, se dirigía a Paris, Francia, para desde allí ingresar a Cuba llevando documentos que el MPD enviaba a los partidos comunistas y gobiernos de China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba. Su detención mereció un extenso discurso del presidente Joaquín Balaguer la noche del sábado 4 de febrero de 1967, utilizado para denunciar los planes de los partidos de izquierda, que de acuerdo al gobierno buscaban desestabilizar la paz pública a través de la insurrección armada, con apoyo internacional.
En aquella ocasión, la policía preparó un documento en que se detallaba la vida política de Segarra Santos. Se indicaba que había tenido relaciones con el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4), vinculado al grupo de Raúl Cabrera, pero que su actividad política la desarrollaba en el MPD y era miembro de una célula de ese partido en la barriada de Villa Duarte.
Herido el 12 de julio de 1965, durante la guerra de Abril, portaba documentación falsificada a nombre de un tal Luis Adolfo de los Santos, con la que se movilizaba por todo el país. En julio de 1966 fue apresado mientras distribuía propaganda política del MPD. La policía lo acusaba de ser el responsable de la muerte de dos soldados norteamericanos miembros de la Fuerza Interamericana de Paz (FIP), dentro del local de la “Lavandería Presidente”.
A principios de septiembre de 1968 estuvo preso en la ciudad de La Vega, acusado de posesión de armas de guerra, en un expediente en el que también figuraban Otto Morales y Maximiliano Gómez (El Moreno). En esa situación, fue víctima de una acusación con la que se buscaba desprestigiarlo políticamente, hecha por la policía y corroborada por el dirigente de izquierda Caonabo Elpidio Jorge Tavarez quien, luego de dividir al MPD, formó la agrupación Voz Proletaria, de la que fue su secretario general. Tres meses después, “Juanito Voz Proletaria” confesó, estando en cautiverio, que el agente infiltrado en la izquierda, realmente lo era él.
En un extenso escrito con el título de “El caso Henry y la agresión a los camaradas Riverita y Fusil”, aparecido como editorial en el periódico de la agrupación “Voz Proletaria” del 30 de septiembre de 1968, Juanito “El Lagarto”, como también llamaban a Caonabo Jorge, dijo que era cierto que Segarra era un agente infiltrado en la alta dirección del MPD, lo que fue negado por esa agrupación y por el propio Segarra, en septiembre de 1968. Henry también dijo, que la acusación era una invención de Báez Mariñez, jefe del Servicio Secreto, quien era uno de los principales de un “Servicio de Seguridad” que operaba en el Palacio Nacional y que fue desintegrado por decreto del doctor Balaguer, en diciembre de 1968.
En aquella ocasión, “El Lagarto” se refirió a la versión dada por la policía a la prensa, de que Henry había sido uno de sus colaboradores. A ese respecto, dijo lo siguiente: “Recientemente el Servicio Secreto de la Policía Nacional, instrumento represivo (….), ha declarado que el dirigente del CC del MPD Henry Segarra fue considerado en el pasado como amigo condicional de ese Departamento. Ante tal afirmación emanada de ese instrumento represivo es deber de cada revolucionario dominicano analizar con sumo detenimiento el carácter de esta declaración así como la naturaleza y actitud, pasada y presente del Henry Segarra”. También dijo Juanito, que la acusación de la policía se había producido como cortina de humo, temerosa ellos de que descubrieran al verdadero agente infiltrado. La acusación contra Henry era, evidentemente, parte de un plan elaborado por Juanito junto a la policía, para cubrir su propia condición de espía.
Tres meses después de la abusiva imputación hecha contra el dirigente del MPD, en diciembre de 1968, Juanito fue detectado y tomado como prisionero por su propio partido Voz Proletaria, del que era su Secretario General. Sometido a interrogatorio mientras era mantenido en cautiverio, confesó sus vínculos con los organismos de seguridad y de ser el agente infiltrado dentro de la dirección del MPD y luego en Voz Proletaria, lo que exculpó a Henry Segarra de las inculpaciones que Juanito había lanzado como “cortina de humo”. En los días finales de diciembre, el confeso espía fue fusilado por sus propios compañeros, acusado de alta traición.
Henry Segarra, luego de ser liberado tras cumplir la pena de tres meses a que fue condenado por un tribunal de La Vega, se integró a las actividades políticas clandestinas de su partido. En esa condición, se trasladó desde Santiago hasta la comunidad de Dajabón para dar seguimiento a los trabajos que se venían desarrollando en la zona, de resistencia contra la política represiva del régimen de Balaguer, siendo detectado y apresado por las autoridades de la localidad.
De acuerdo al periodista Antonio Espinal, del periódico El Nacional, Segarra Santos fue detenido por “individuos vestidos de militares”, siendo el comandante de la dotación del Ejercito el coronel José Demetrio Almonte Mayer. Gladys Gutiérrez, con quien Segarra había procreado un hijo, denunció el 2 de agosto que su esposo había sido detenido en la ciudad fronteriza. Un día después, el 3 de agosto, el MPD dijo a la prensa que a su dirigente lo apresaron en la referida localidad, pero que desde allí fue trasladado al Palacio de la Policía Nacional, de donde fue desaparecido para siempre.
La noticia de la suerte corrida por Segarra Santos y el precedente de la desaparición del doctor Guido Gil, alarmó la opinión pública que presionó para que el gobierno esclareciera el hecho, obligando a que se iniciara una investigación con el fin de dar con su paradero y con la que las autoridades trataban de exonerar al gobierno de lo que posiblemente ellos sabían le había ocurrido al militante político de izquierda, que era su muerte. La policía llegó a decir que el emepedeista había cruzado la frontera y que desde Haití se trasladó a la isla de Cuba, lo que fue desmentido por sus familiares y compañeros.
El gobierno designó una comisión encabezada por Rafael Goico Morales, quien era el Procurador General de la República, la que se trasladó a Dajabón para indagar lo ocurrido. Junto a la comisión también viajó la señora Gladys Gutiérrez, quien encontró una frase escrita en la pared de una celda de la cárcel del Ejercito, en que se podía leer: “Muero sin ser libre, Gladys, tu sabes por qué muero. Esto es para hombres. Donde hay lucha, hay sacrificio”.
La comisión interrogó a varios de los detenidos en la referida cárcel y en las celdas del Palacio de la Policía. Algunos afirmaron que habían visto al dirigente comunista. Uno de ellos, Manuel de Jesús Nin, que era militante del MPD de la ciudad de Barahona, aseguró que vio a Henry en una celda del Servicio Secreto, en el palacio policial, de donde lo sacaron para llevarlo a la cárcel de La Victoria. Meses después, este testigo fue baleado por desconocido mientras se encontraba en su casa en la ciudad de Barahona.
Otro de los investigados, Luis Radhamés Pérez Medina, atestiguó que él estuvo preso junto a Henry en la ciudad de Dajabón y que fue él quien prestó el lápiz con el que el izquierdista escribió el letrero encontrado por su esposa. También dijo haberlo visto Ramón Antonio Torres, conocido como Víctor Mature. Las pesquisas fueron hechas por el doctor Víctor C. Lemoine, fiscal de Dajabón, quien por instrucción del Procurador de la República interrogó a varios militares, pero no hubo forma creíble de llegar a la verdad sobre lo ocurrido.
En cuanto a la investigación realizada por la Policía y por las Fuerzas Armadas, estas tampoco dieron resultados: El 23 de agosto el Jefe de estado Mayor de las Fuerzas Armadas se dirigió al Comandante de la Tercera Brigada de San Juan de la Maguana, pidiéndole investigar “personalmente sobre lo que hay de cierto en los rumores dados a conocer por medio del periódico El Caribe de hoy en su página 3ra. de que existe un hombre encerrado en una de las cerdas solitarias de la Fortaleza Jimaní, quien se presume sea dirigente comunista Henrry Segarra Santos, el cual será enviado Haití para que sea eliminado” .
Dos días después, el alto oficial respondió al Jefe del Estado Mayor: “Respetuosamente infórmele que en cumplimiento al mensaje de referencia, me trasladé a la ciudad de Jimaní, donde acompañado del Oficial Comandante 25ta. Cía., E.N. Capitán Julio Máximo Ramón Solano Hernández, E.N., y otros oficiales de dicha organización, procedí a inspeccionar la celda solitaria de la Cárcel Pública de allí, en busca de algún recluso que se encontrara recluido en la misma, no habiendo encontrado ni al Dirigente Comunista Henrry Segarra Santos ni a ningún otro recluso en dicha celda solitaria”.
La situación de indefinición a que llegó el caso del dirigente del MPD, produjo movilizaciones estudiantiles en varios puntos del país, y el permanente reclamo de que el dirigente comunista apareciera con vida, como lo demuestra una comunicación del comandante de la policía de San Cristóbal al Jefe de la Policía, del 13 de septiembre, en la que se puede leer:
“Informe confidencial. 1.- Respetuosamente tengo a bien llevar al elevado conocimiento de esa Jefatura de la Policía Nacional, que en la mañana de ayer mientras departía con una joven amiga en el parque central de esta ciudad, quién reside en Santo Domingo y me pidió no revelara su nombre, ésta me manifestó que cursa estudio en el tercer año de derecho en la UASD y que a pesar de que ella no es comunista allí se hace pasar como que lo es y a veces se ve en la obligación de participar en manifestaciones de esta índole, y que últimamente ha asistido en dicho centro de estudio a varias reuniones de las altas autoridades estudiantiles y se ha acordado tan pronto se comiencen las clases, explotar políticamente la desaparición del dirigente comunista HENRY SEGARRA, que para ellos se efectuarán mítines y micro mítines en la capital y en el interior del País, que se harán piquetes, marchas y movilizarán todos los Organismos Nacionales, que terminen en desórdenes callejeros y perturbar de esta manera el clima electoral y propiciar la caída del Gobierno y la no reelección del Dr. Joaquín Balaguer, ya que ellos entienden que es la única persona a vencer, y que los otros Líderes Políticos son marionetas para ellos. 2. De igual manera me permito a rendir el presente informe confidencial, con ruegos de que el mismo se estudie a fin de contrarrestar a su oportunidad lo prometido por los comunistas en sus reuniones efectuadas”.
Posteriormente, el Poder Ejecutivo tomó la decisión de nombrar al general Rafael Guillermo Guzmán Acosta como jefe de la Policía en sustitución del general Joaquín A. Méndez Lara, el 27 de septiembre. El nuevo jefe policial declaró a la prensa que él estaba seriamente comprometido con esclarecer la desaparición de Henry Segarra, y pondría especial énfasis en el deseo de demostrarle a la señora de Segarra que el desaparecido dirigente comunista “no estaba ni ha estado” en la Policía.
Con el tiempo, la desaparición de Henry Segarra fue quedando en el olvido, mientras nuevos jóvenes perdían la vida o eran igualmente desaparecidos por grupos paramilitares, quedando él como símbolo de la práctica criminal y antidemocrática de desaparecer las personas por sus actividades oposicionistas. Sin embargo, Gladys Gutiérrez no cedió en sus reclamos exigiendo que apareciera su esposo, por lo que tuvo que sufrir cárcel y la deportación del país, condenada a vivir en el exilio junto a su hijo Flavio Enrique. Todavía el 2 de diciembre de 1972, la prensa trajo la noticia de que el presidente Balaguer le había solicitado que aceptara un cargo diplomático en el exterior como una forma de sacarla del país, lo que fue rechazado por ella, que seguía la lucha y presidia el Comité de Familiares de los Muertos, Presos y Desaparecidos.
Gladys Gutiérrez falleció el 18 de junio del 2015, pero el cadáver de Henry Segarra nunca apareció para que se le pudiera darle cristiana sepultura. La misteriosa muerte del izquierdista quedó suspendida en la conciencia de los dominicanos, aunque el índice acusador de la historia pareció señalar al gobierno del doctor Joaquín Balaguer, como el único responsable de su lamentable muerte. http://acento.com.do/2016/cultura/8402371-desaparicion-henry-segarra-santos-los-doce-anos-balaguer/
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