Paralelismo hegemónico Venezuela y Dominicana
El Congreso es una caja de resonancia del Ejecutivo, como lo demuestra el estribillo de su Presidente mofándose de los parlamentarios opositores en minoría: voten, voten, voten compañeros y todo se acabó. Todavía más, la Cámara de Cuentas y la Contraloría General son sellos gomiógrafos de los funcionarios del PLD sin ningún rol vinculante
En los talleres rojos de la Revolución Francesa se forjaron los más hermosos ideales de la humanidad que culminaron con el reinado absoluto y los paradigmas del feudalismo; la declaración de los derechos humanos, imposición de la libertad y la democracia liberal, imposición de la justicia, socava miento del autoritarismo de poder y el establecimiento de la separación de poderes, diseñado por el Barón Montesquieu en El Espíritu de las Leyes. Modelo surgido de los trabajos ingentes de los ilustrados y enciclopedistas de ese siglo XV111 que alumbro el camino que debía seguir el hombre con el uso poderoso de la razón.
El advenimiento de la razón con su espíritu crítico desecho la infamia de la fe y la creencia de que los Reyes eran una especie de representantes en la tierra de Dios y que en esa virtud no podían ni debían ser cuestionados en su proceder, ni derrocados por revueltas de infieles, su mandato derivaba de su condición divina y en consecuencia no debían ser tocados.
Las ideas ilustradas o racionalistas quedaron plasmadas en obras que sirvieron de fuentes y savias para la sabiduría socio-política de las futuras generaciones que produjeron revoluciones en todos los confines de Europa y un tanto más tarde en América, donde estallaron revoluciones de Independencia que cambiaron el destino de esos pueblos para conquistar su libertad y soberanía, contagiados por la llama libertaria de Francia, que había enviado patriotas a tierra americana a combatir con los criollos.
Entonces aparecieron consignas flameando en los lienzos de México, Venezuela, Haití, Argentina y otras Naciones que se hacían libres a la luz de los ideales revolucionarios de los franceses. Hubo en Santo Domingo movimientos de afrancesados, hombres que se sintieron aguijoneados por un modelo político que se oponía al autoritarismo y la dictadura. Es una brega que no termina en América, que continúa en la marcha por forjar su propio destino democrático y social.
“Si el voto sirviera para cambiar algo, ya estuviera prohibido”
Esos ideales de libertad, igualdad y fraternidad consagrados en la Declaración Universal en parte están mancillados y son conculcados episódicamente por elites de poder y consorcios económicos en estas tristes naciones que pugnan por construir un futuro promisorio y de igualdad, relegándolos al depósito del Voto, y como dice un intelectual de estos tiempos: “Si el voto sirviera para cambiar algo, ya estuviera prohibido”.
Hagamos un simple ejercicio comparativo entre los gobernantes de Venezuela y Dominicana para observar la más cruda y burda violación a la División de Poderes proclamados en Francia hace doscientos años y la tendencia existente a imponer hegemonía en ambas partes para el control de los mecanismos de poder y la aplicación de una “aplanadora” que paralice las ideas y propuestas de los oponentes y partidos emergentes. La imposición de Tribunales cautivos bajo el imperio de alianzas negociadas por los mandos políticos hegemónicos coyunturales con fines de perpetuación de la impunidad para beneficiar a sus consabidos funcionarios. Veamos:
Maduro en su condición de Gobernante en Venezuela presiona con un baño de sangre si pierde las Elecciones que acaban de realizarse, porque el Socialismo del Siglo XX1 supuestamente no podrá ser detenido; designa un Tribunal de Justicia Electoral con partidarios solamente de su Partido; nombra jueces en medio del proceso electoral de la misma parcela política para ejercer la hegemonía de los Tribunales; la Asamblea Nacional es una caja de resonancia del poder ejecutivo hasta que se instauró la nueva Asamblea Nacional. El Presidente Maduro y sus funcionarios persiguen a sus opositores y los llevan a las mazmorras venezolanas para que no tengan libertad de movimientos ni oportunidad de elección; utiliza el populismo regional con Petrocaribe para callar voces de Naciones y usa tarjetas sociales para “embobar” a las masas empobrecidas. Es decir, no cree en la democracia como instrumento de validación soberana de los pueblos y se hace representar como la autoridad suprema de la sociedad venezolana. ¡Craso error!, que le ha cobrado el pueblo con los votos en favor de la oposición recientemente.
Miren que paralelismo con lo sucedido en la sociedad dominicana domeñada por el Gobierno del PLD.
Implantación de una total hegemonía de todos los poderes, facilitando una justicia podrida que compra y vende sentencias descaradamente, salvo honrosas excepciones en la matrícula de jueces de carreras y pocos fiscales; se impone la impunidad como recurso espurio de instalar un consorcio financiero pelediano que perdure más allá de una derrota electoral. En ese afán designaron todos los jueces de la cúpula del poder judicial con personajes pertenecientes a la militancia del PLD y unos cuantos aliados, para guardar la apariencia ante la sociedad.
De ahí deviene la consabida impunidad porque atraviesan los procesos judiciales sin consecuencias, lo demás son discursos que no operan en la realidad. El Congreso es una caja de resonancia del Ejecutivo, como lo demuestra el estribillo de su Presidente mofándose de los parlamentarios opositores en minoría: voten, voten, voten compañeros y todo se acabó. Todavía más, la Cámara de Cuentas y la Contraloría General son sellos gomiógrafos de los funcionarios del PLD sin ningún rol vinculante. Hegemonía por doquier, al igual que Venezuela, que irrumpe con decisión y voluntad de cambio frente a la soberbia de Maduro y su autoritarismo anti-democrático. Cuestión que no ha sabido aprovechar la oposición dominicana, temerosa y reservada por chantaje populista, no emprende críticas algunas a ese proceso hegemónico tan idéntico al impuesto por el PLD en nuestro país. El Partido de Gobierno podría sufrir las mismas consecuencias de que se repitan las campanadas soberanas del pueblo dominicano al igual que Guatemala, donde cayeron el Presidente y la Vice-presidente por la furia popular. Esa es hoy la tendencia contra la corrupción, la falta de transparencia y el autoritarismo de los Gobernantes irrespetuosos de la confianza que les depositó su pueblo.
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