Estrategia nacional y políticas públicas
21 de septiembre de 2015 - 12:09 am -
En la sociedad dominicana hay una crisis de políticas públicas, pues en la evaluación de la Estrategia Nacional de Desarrollo miramos que de las 5 dimensiones que deben ser asumidas, solo una se lleva a cabo en nuestro país.
La Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo 1–12 debió constituir el puntal fundamental para el diseño de políticas públicas que nos guiaran como marca de ruta hacia la Visión–País 2030. Fue y es un hermoso ejercicio intelectual, profesional, que concitó el más amplio debate. La Ley más consensuada, sin la presión de la conflictividad como escenario social que nos caracteriza.
Sin embargo, cuando realizamos una sencilla auditoria, una mera veeduría social a esta importante Ley nos damos cuenta que pareciera que somos muy buenos en la cristalización de gabinetes, del escritorio y la burocracia para formular y entretejer las perspectivas del futuro y sus acciones, y brillantemente mediocres en las implementaciones y evaluaciones.
Es que la construcción de los relatos de la elite política se fragua y configura en una verdad oficial que paraliza la realidad. Ellos adornan el bucle eterno de las ausencias de verdades como si el tiempo no viniera. Dirán: Ya veremos. Ya nos inventaremos otra cosa. Entonces, en la construcción de sus relatos nos producen su historia raptada, su historia de lo trágico y de lo falso, en una construcción manipulada signada en el marketing para cimentar la verdad como cuerpo estelar de la mentira.
La Estrategia Nacional de Desarrollo como fuente nodal y primigenia de las políticas públicas está totalmente troquelada, en la abducción de los salones del poder, en los intereses inmediatos que no articulan ni crean sinfonía con la sociedad. La esencialización en la historia del engaño, es la expresión viva y dolorosa de un concierto que la niega, que la ignora y la asume en un canto decimonónico.
Veamos la praxis de la “Imagen País a largo plazo y los principales compromisos que asumen los poderes del Estado y los actores políticos, económicos y sociales del país tomando en cuenta su viabilidad social, económica y política”. En el Capítulo IX “Compromisos asumidos por el Estado”, en su Art. 29 la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, en sus cuatro ejes, se plantean plazos perentorios, con horizonte temporal específicos para la asunción de los mismos.
Evaluaremos los relativos a los primeros años (2012 – 2015). Del primer eje, “Un Estado social y democrático de derecho, con instituciones que actúan con ética, transparencia y eficacia al servicio de una sociedad responsable y participativa, que garantiza la seguridad y promueve la equidad, la gobernabilidad, la convivencia pacífica y el desarrollo nacional y local”. Las reformas asociadas en un umbral máximo de 3 años; de 5 que debieron ponerse en ejecución, ninguno se cumplieron; en el interregno de tres años.
De las reformas asociadas al segundo eje, Art. 30 (Construcción de “Una sociedad con igualdad de derechos y oportunidades, en la que, toda la población tiene garantizada educación, salud, vivienda digna y servicios básicos de calidad, y que promueve la reducción progresiva de la pobreza y la desigualdad social y territorial”). De 3 que debieron ser asumidos en su ejecución, ninguno se cumplió. El Artículo 31 relativo a las reformas asociadas al tercer eje (“Una economía territorial y sectorialmente integrada, innovadora, diversificada, plural, orientada a la calidad y ambientalmente sostenible, que crea y desconcentra la riqueza, genera crecimiento alto y sostenido con equidad y empleo digno, y que aprovecha y potencia las oportunidades del mundo local y se inserta de forma competitiva en la economía global”). De 3 que debieron aplicarse en los primeros tres años de la Ley, ninguno se cumplió.
El Artículo 32 que es reformas asociadas al cuarto eje (“Una sociedad con cultura de producción y consumo sostenibles, que gestiona con equidad y eficacia los riesgos y la protección del medio ambiente y los recursos naturales y promueve una adecuada adaptación al cambio climático”). De 4 que debieron ejecutarse en un plazo no mayor de 3 años, no hay ninguno que pudiéramos levantar como para reivindicar la excepción. De los PACTOS nacionales consignados en los Artículos 34, 35 y 36, para apoyar, viabilizar y motorizar la Estrategia Nacional, solo el de Educación se ha llevado a cabo, que tenía un plazo de un año. El de Reforma Eléctrica estaba pautado para un año y el de Reforma Fiscal, un plazo no mayor de tres años; llevando consigo, al mismo tiempo, una Ley de responsabilidad Fiscal que establezca normas y penalidades para garantizar su cumplimiento. Cabe resaltar que para el 2015, la Ley contempla un 2.8% del PIB a Salud.
Como vemos, hay una renuncia de los sectores del poder político a la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo como todo un entramado para seguir asumiendo desde la acción política la referencialización del Estado patrimonial y rentista. Asumir la Ley en su cotidianidad es negar el Estado raptado que hoy tenemos. Exigirla, es anular la tentación de la inocencia de ese sector que motoriza el poder desde el poder mismo. Sin el Estado desde la poltrona de la opacidad, son meros arlequines que se cambian sin fuerza de pudor.
Esa Estrategia Nacional de Desarrollo era una política pública que buscaba definir, incidir y modificar el espacio social, político, económico, cultural de la sociedad dominicana en un horizonte de 20 años. Política Publica, en este caso, en tanto es definida como la designación de los propósitos y programas de las autoridades. La Política Pública como “un conjunto de elementos y procesos que, con el concurso activo o voluntariamente inactivo de alguna institución gubernamental o autoridad pública, se articulan racionalmente entre sí para lograr el mantenimiento o la modificación de algún aspecto del orden social”.(Andre-Noel Ruth Deubel).
Toda Política Pública o Sociología de la acción pública, es una intensa creación intelectual que debe tener como base, como atributo: coherencia, integralidad y sostenibilidad. Asumir unas adecuadas y efectivas políticas públicas es tener una visión holística y sistémica de la sociedad, para evitar lo más posible que desde el Estado se asuman decisiones desarticuladas, fragmentadas, caracterizadas por la volatilidad y la ausencia de credibilidad.
En la sociedad dominicana hay una crisis de políticas públicas, pues en la evaluación de la Estrategia Nacional de Desarrollo miramos que de las 5 dimensiones que deben ser asumidas, solo una se lleva a cabo en nuestro país. Las 5 dimensiones según Jean Baptiste Hargundeguy, en su Análisis de Políticas Públicas son: 1) La existencia de un contenido; 2) La necesidad de un calendario; 3) La tercera dimensión es que toda política pública descansa sobre una teoría del cambio, que tiene un razonamiento causal; 4) Tienen un cierto campo de acción; y, 5) Tiene que haber una forma de obligar a la gente a que haga lo que se le pide.
Como vemos, el examen de las 5 dimensiones escapa al grado de operatividad e instrumentalización de la Estrategia Nacional de Desarrollo como fuente de POLITICA PUBLICA, ya que ella entraña definición de los problemas, puesta en agenda, toma de decisión, implementación y evaluación.La ausencia de su ejecución o acción marginal, sin compromiso, es lo que ha venido propiciando la distancia de la cohesión social en el tejido social dominicano y la legitimidad encarnada en los ritos fonomímicos de la llama del fuego del agua desbordada. Como nos diría Isabelle Stengers “La racionalidad siempre se ha construido cuestionando las relaciones de autoridad y los modos de legitimación dominantes”.
http://acento.com.do/2015/opinion/8285336-estrategia-nacional-y-politicas-publicas/
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