¿Prepararse afuera o resistir en Venezuela?
25 DE ABRIL 2015 - 00:01
Ayer tuve la oportunidad de participar en un conversatorio con estudiantes en la Universidad de Harvard. Un espacio propicio para hablar con aquellos jóvenes venezolanos que cursan estudios en esa reconocida universidad de Estados Unidos, pero también para conversar con académicos y políticos de la región que estuvieron presentes en el encuentro organizado por la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas.
Uno escucha Harvard e inmediatamente se imagina lo difícil que debe ser entrar allí, pero para orgullo nuestro, son varios los jóvenes venezolanos que hoy se preparan en esta prestigiosa casa de estudio y es cada vez mayor el interés por el caso Venezuela. Y fue precisamente ese interés lo que nos permitió el honor de ser invitados a un foro donde también participó el ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo y el intelectual estadounidense Noam Chomsky.
¿Qué hace de Venezuela un caso de interés? Paradójicamente que en medio de ese desastre y hostilidad del chavismo, surjan experiencias exitosas que se abren paso en la oscuridad del mal gobierno, casos exitosos de gobernabilidad y gestión, que se sobreponen a un sin número de dificultades y trabas logrando innovar, crear y hacer la diferencia en medio de la escasez de recursos y crisis generalizada.
Hoy me siento orgulloso de hablar en nombre de una gestión que creyó en mi aun siendo el más joven del equipo, que me permitió soñar y hacer que otros cumplieran sus sueños siempre brindándome el apoyo. Es la gestión de Carlos Ocariz, un gobernante que si algo tiene en su frente es la palabra perseverancia y que pese a todas las dificultades en la que podamos estar inmersos, como un municipio que no escapa a la realidad nacional, ha demostrado que es posible hacer la diferencia, superando las individualidades y construyendo el mejor equipo.
Le he dedicado los mejores años de mi vida a lo público y no me arrepiento, creo, con el respeto que se merece Harvard, que Petare es una gran escuela de gobernabilidad, que quien gobierna Petare no solo se gradúa de político, sino de gobernante. Puede ser tu catapulta o tu tumba. No es para nada fácil satisfacer las necesidades de un municipio que tiene el sector popular más grande de Latinoamérica, pero a su vez una de las zonas más ricas. Nunca estarán contentos todos, pero el punto ideal es buscar el equilibrio entre lo urgente y lo necesario. Sin contar que ser alcalde de oposición en Venezuela es gobernar con una pistola en la cabeza, de un gobierno central que te amenaza todos los días con apretar el gatillo.
No pude tener mejor preámbulo en Boston que la hazaña que logró en esa misma ciudad un venezolano ejemplar y además amigo, Maickel Melamed. Como Maickel, en Venezuela somos millones que no dejaremos de luchar, de creer y apostar en nuestras posibilidades de llegar a la meta
Llegar a la meta para nosotros no significa solo un cambio de gobierno, sino de rumbo. Transformar valores, devolver la confianza en el otro, recuperar el amor por lo nuestro.
Soy de los que piensa que si no amas lo que haces, no inspiras, no transformas, no cambias nada. Reproduces aquello contra lo que tanto luchaste. Yo amo profundamente lo público, aunque ese amor no sea correspondido, la constancia es lo que cuenta.
Yo estoy seguro que mis abuelos no se equivocaron al elegir Venezuela como su segunda tierra. La tierra que los recibió con los brazos abiertos, sin preguntar, sin juzgar, sin discriminar. Donde tuvieron sus hijos y vieron crecer a sus nietos.
Uno siempre conversa con amigos que están fuera, que por cierto cada día son más y muchos me preguntan: ¿Brian, qué haces en Venezuela? ¿Por qué no emigras? Allí comienzas largas discusiones, pero lo que no les digo es que quizás no emigro por terco, algo que tal vez heredé de mi abuelo. Eso también me trae largas discusiones con mi familia, que ante la inseguridad cada vez mayor consideran esa opción. Yo comparo la situación venezolana con el momento cuando un virus entra a un cuerpo, lo peor que puede pasar es que los glóbulos blancos fallen, que las defensas se vengan abajo. Nosotros, quienes tenemos en nuestras venas el ADN democrático, somos la defensa de una Venezuela enferma. Que si la abandonamos, la condenamos a muerte
La reconstrucción de Venezuela necesitará tanto de quienes resisten adentro y se preparan afuera. Si el miedo le gana a la innovación, habremos perdido. Nuestra lucha diaria es contra la apatía y la desesperanza. Latinoamérica siempre tendrá enormes posibilidades de crecimiento y Venezuela no es la excepción. A Venezuela la vamos a levantar y le vamos a limpiar la cara, con la ayuda de quienes se preparan afuera y con la sabiduría de quienes resisten adentro.
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