RIA NOVOSTI / Ramil Sitdikov Publicado: 21 mar 2015 02:38 GMT
EE.UU. no está interesado en una solución de la crisis ucraniana y está planeado otra "revolución de colores" en los países fronterizos con Rusia con el fin de presionarlo y provocar una desestabilización política interna, asegura el politólogo y economista estadounidense Paul Craig Roberts.
Según Roberts, Washington trabaja asiduamente para socavar el acuerdo de Minsk para la paz en Ucrania. Además ha enviado a sus influyentes representantes a Armenia, Kirguistán y Uzbekistán para "organizar golpes de Estado o revoluciones en esos países y provocar una desestabilización donde Rusia y China menos lo esperan".
"Así, Rusia se enfrenta a la reanudación del conflicto ucraniano y simultáneamente a otras tres crisis similares a la de Ucrania, pero en esta ocasión a lo largo de su frontera asiática", señala el politólogo estadounidense.
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Pero esto es solo el principio de lo que Washington está preparando para Moscú, advirtió Roberts al recordar las recientes declaraciones de la OTAN que condenó el acuerdo de paz alcanzado entre Rusia y Georgia, que puso fin a la agresión de Tiflis contra Osetia del Sur, argumentando que "obstaculiza los esfuerzos de la comunidad internacional para fortalecer la seguridad y estabilidad en la región".
El objetivo de estas declaraciones, según Roberts, es difundir información falsa sobre una supuesta inminente invasión rusa y ocultar los verdaderos motivos de EE.UU.: establecer sus bases militares directamente en las fronteras de Rusia, como ya lo ha hecho en Polonia y los países bálticos.
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