El show de Angelita, esposa del canciller
En un vuelo hacia los EE. UU., un pasajero, le llamó la atención a una mujer por poner música alta, que ella iba bailando en el pasillo del avión. “Por favor, baje la música que necesitamos hacer llamadas”, se escuchó decirle en inglés.
Me enteré que la señora que iba bailando como si fuera una sevillana, una composición musical llamada “Despacito” interpretada por los portorriqueños Luis Fonsi y Daddy Yankee, era Angelita de Vargas, la esposa del ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas.
Dicen que es una mujer extrovertida, famosa por expresar su sentir sin control, con palabras y acciones, en público y privado; que siempre está bien vestida y no le gusta pasar desapercibida donde llega. Por esos motivos, a muchos no les sorprendió que quisiera destacar su presencia con música alta y bailando en un avión en pleno vuelo. Sin embargo, eso afecta a los demás pasajeros.
En los vuelos, los entretenimientos son variados y personales, para que los pasajeros pasen horas sin sentirlas y sin molestar a los demás, aun en momentos difíciles.
Hay personas que les gusta orar, escribir, leer, dormir, ver películas, etc. A veces le temen a los aviones o lloran porque van al funeral de un ser querido. Todos disponen de espacio, privacidad, para relajarse.
Debemos aprender a controlarnos y recordar que “el respeto al derecho ajeno es la paz” que “el bienestar individual termina donde comienza el bien común” y lo que me gusta, no necesariamente es del agrado de los demás.
Nunca olvido que regresando de EE. UU., con mis hijos de cuatro y seis años, ellos comenzaron a correr y jugar por el pasillo del avión.
Escuché una voz que dijo: “Controlen esos niños, ¿quién anda con ellos?”. Avergonzada, los llamé al orden y pedí excusa.
Con esa observación, no estaban agrediendo menores ni faltándoles el respeto a los niños, recordaban el derecho de los demás. Eso le sucedió a Angelita. Ahora bien, lo imperdonable fue que ella no aprovechara esa oportunidad para cooperar con la misión del Ministro de Relaciones Exteriores.
Debió montar el show y ganarse “su boche”, pero promoviendo nuestros productos y valores culturales.
El show debió ser con un merengue de Juan Luis Guerra, Fernando Villalona, Eddy Herrera, los Rosarios u otros, de manera tal que se ganara “el boche” por estar promoviendo productos criollos, no extranjeros.
”Despacito”, interpretado por cantantes de Puerto Rico, puede estar muy de moda, pero si nuestro canciller promueve, vende o hace intercambio con nuestro ritmo típico y su esposa lo ayuda, bailándolo en vivo en cualquier lugar, podemos desplazar a “Despacito”, pasito a pasito.
Tenemos merengues estupendos que solo necesitan promoción. Con ellos Angelita puede presentar un show en cada vuelo, aunque le den su “boche” Lo aprovecha para promoverlo más.
También puede presentarlo en diferentes lugares del país, para que la población descanse del mal de corrupción, para “que dejen al Presidente trabajar”, a la Justicia actuar, para frenar traidores de cara dura, mientras la oposición “poquito a poquito” contribuye con los cambios estructurales de la nación.
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