Danilo, populismo y corrupción
Andrés L. Mateo - 9 de Marzo de 2017
Todo ese espectáculo populista coincidió “extrañamente” con la divulgación de que a través de su Asesor de Comunicaciones, Joao Santana; la empresa brasileña ODEBRECHT le había financiado su campaña reeleccionista. Cinco países, a través del asesor de Danilo Medina, recibieron dinero para las estrategias de la toma del poder. La ascensión al poder de los proyectos políticos financiados por ODEBRECHT garantizaba la obtención de los contratos de construcción, características propias del modelo brasileño de corrupción que expandió en tres continentes el posicionamiento en el mercado de las empresas constructoras de ese país. En el mismo momento que abría sus brazos en la Ciénaga, Danilo Medina reproducía la imagen peligrosa del populista que huía de la acusación de corrupción que viniendo desde afuera le estallaba en los pies; y le hablaba a los “numerosos”, que para el populista “están privados de la razón” y “carecen de visión de conjunto para conceptualizar y querer el bien común”. Chantal del Sol dice: “Lo propio del demagogo es complacer en el instante, pretendiendo que todo es fácil y que se puede obtener cualquier cosa, y disimulando las dificultades y los esfuerzos esenciales”. Esa es la esencia de la demagogia. Danilo Medina en una “visita sorpresa” a la ciénaga complace en el instante, y a través de él se puede obtener cualquier cosa. Subido en los patines del populismo, intenta eludir la avalancha de ODEBRECHT que viene de afuera, cuyo gobierno aposentó a una de sus figuras más cabalmente siniestra: Joao Santana, correa de transmisión del dinero destinado a la subvención de una campaña que, por demás, en su caso; contó con todo el presupuesto de la nación, porque para la continuidad de Danilo Medina en el poder el presupuesto público fue saqueado.
ODEBRECHT no es “un caso de corrupción”, al menos en la República Dominicana devela “un sistema”, un hito desproporcionado de la concepción patrimonial del Estado. En esta misma columna, el 6 de enero del presente año, llamé a este hecho “Un punto de inflexión”, porque su incidencia dejó al desnudo una práctica brutal de apropiación de la riqueza pública. Es como un espejo en el cual se refleja esa perversidad de la historia que se reproduce una y otra vez sin ninguna consecuencia real para sus actores. No importa que Danilo Medina se vista de redentor, y se enmascare en el populismo. Debemos demostrarle al país que lo que se roba la corrupción en su gobierno es muy superior a sus gestos de magnificencia que pone en movimiento para erigirse el pedestal de un Dios. Hay que empujarlo a asumir la responsabilidad de haber permitido que Joao Santana y ODEBRECHT entraran como “perro por su casa” en nuestro país; porque está bueno ya de que la impunidad sea un signo distintivo de nuestra convivencia. Somos un país a la deriva, un populista manipulador no se puede salir con la suya frente a un pueblo erguido.
http://acento.com.do/2017/opinion/8438215-danilo-populismo-corrupcion/
Andrés L. Mateo
Del tiempo presente
Escritor, novelista, poeta, educador, critico literario, ensayista, investigador y filósofo. Ganador del Premio Nacional de Literatura 2004. Estudió Filología en la Universidad de La Habana. Actualmente es Decano de Estudios Generales, de la Universidad APEC. autor de las novelas Pisar los dedos de Dios,1979. La otra Penélope, 1982. La balada de Alfonsina Bairán, 1992. El Violín de la Adúltera, 2007.
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