Drama nacional: conciencia social y conciencia política
La falta de sentido social, de conciencia social y política, se eclipsó, se pasmó. Es como vivir en una sociedad donde los demás no nos importan. Entonces, el sentido de la existencia de una buena parte del conglomerado, vive en el nuevo terreno material cargado con la indiferencia social que nos acogota aún más con la carga laceral de esa misma vida que es el ser.
No hay, independientemente de la estratificación social, un compromiso con lo colectivo donde se acusa no solo un inmovilismo, sino una petrificación de los deseos y de sus llantos. Todo en ello transcurre en una película donde ven solo en mirada, el juego de una historia donde la naturaleza no se arrima. Se acuna hoy en la sociedad dominicana, la miseria humana y la desesperanza incubada como lanza cruzada en el pecho abierto de un espacio sin catalizador ni galvanización social.
En las décadas de los 60, 70, 80 y hasta el 90, los sectores más vulnerables de la sociedad dominicana abrazaban, por decirlo así, la mirada de un proyecto colectivo. Muchos eran contestatarios de un horizonte social más sinérgico, más abarcador de su propia existencia, como un individuo, más allá de sus condiciones materiales. Existía una cosmovisión aun en la estrechez de su mundo material. Hoy, ese 73.7% de la población que constituye la pobreza ultra extrema, extrema, pobreza moderada y vulnerables, está en su inmensa mayoría alienada.
Una enajenación hasta en la búsqueda primaria, primitiva de sus necesidades básicas. Es lo que explica más de 40,000 mil bancas de apuesta en todo el territorio nacional. Es la “cooptación” de los “tígueres” en los barrios en las nóminas públicas para que no potencialicen sus energías en la rabia de la exclusión y del empleo real. Hoy, la clase media y la clase media alta, llamadas a pensar y reflexionar sobre la cuneta del estercolero social, se orienta en gran medida en el dinero, en el consumo. Su estabilidad emocional está marcada ostensiblemente por el dinero que le ingresa. Mientras más fácil lleguen, mejor. De ahí, el ogro filantrópico del Estado Dominicano, que cada día más crece, en una macrocefalia devastadora.
La concepción patrimonialista y clientelar del Estado no encuentra límites ni consecuencias, ni siquiera para empujar por el ostracismo social en el control social informal. Es lo que vemos en la semana que recién terminó con varias noticias que destrozan el alma individual y social, en una sociedad que no se encuentre tan enferma ¿Cómo explicar que el gasto de personal administrativo fuera más alto que el gasto docente en el Ministerio de Educación, que el personal docente en los últimos 5 años creciera un 27% mientras que el administrativo subiera un 78% y la nómina de empleados 148%?
¿Cómo entender que el gasto en la provincia Espaillat en el personal docente fuera de $128, 539,158 y el administrativo $1, 491, 865,891? ¿Cómo podemos explicar que el costo estimado por alumno y por provincia en el primer semestre, según el trabajo de Marien Aristy Capitán, fuera para la provincia Espaillat de $50,000.00? – el más alto de todas las provincias y el Distrito Nacional – ¿Por qué con 50,792 estudiantes se invirtieron RD$2, 430, 201,529?
Participación Ciudadana en su Cuarto Informe de Observación Electoral señaló que la nómina en el Ministerio de Educación se había incrementado en un 211%. Era la expresión de la agenda electoral subordinada al Poder Ejecutivo, viabilizada con el dispendio, el derroche del dinero público. Por cada 10 docentes, según el Informe de EDUCA, hay 9 funcionarios administrativos. Solo en la provincia Espaillat había 990 conserjes.
Cuando tratamos de encontrar respuestas de por qué en la provincia Espaillat el costo estimado por alumno y los gastos en personal administrativo fueran tan exorbitantes, no hay que ser un GURU ni un prestidigitador: El Ministro de Educación de entonces era de esa provincia y su hijo era candidato a Diputado. ¡Cuánta desfachatez, cuánta grosería en un solo personaje! Una verdadera desfiguración en un puesto público. Lo vendieron como un gerente eficiente y las pruebas de los estudios realizados demuestran todo lo contrario.
La Gerencia es el arte de hacer que las cosas ocurran, la capacidad de priorizar los recursos (humanos, técnicos y materiales), haciendo más con menos. La gerencia es articular la eficiencia, la eficacia y la calidad. Lo contrario de una gerencia efectiva es: El dispendio, la incoherencia y la corrupción.
Donde quedé tumbado sin aire que respirar es cuando terminé de leer el Informe de UNICEF donde denuncia que “el 60% de las niñas pobres en el país están casadas y que en la sociedad dominicana se ve el cuerpo de la niña como una forma de hacer dinero”. “45% de adolescentes entrevistadas en el estudio reveló que conocía lugares donde hay explotación sexual”. Rosa Elcarte esbozó que 15 niñas menores de 15 años tienen un parto cada día. 5, 475 niñas tienen un parto al año. “Una gran parte son de abusos sexuales intrafamiliares, o violaciones, y el resto de explotación sexual”.
Lloré con dolor interior, las lágrimas no brotaron, simbología del desgarro y de la rabia, al ver el Informe de varios médicos sobre las condiciones del Hospital Nuestra Señora de La Altagracia. Xenia Castillo, doctora del centro médico, señaló que, en el mes de agosto, 55 niños antes de cumplir el primer mes murieron. Que allí fallecen entre 18 y 30 niños por cada 1000 nacidos; que en una cunita tienen que poner hasta 4. Duran hasta 3 días en el área de recibimiento, cuando debería ser solo una hora. El Hospital especializado de Ginecología y Obstetricia más grande del país tiene 3 años intervenido. Una ausencia cruel de sensibilidad, de conciencia social, de conciencia política.
Es que la mayoría de los actores políticos actuales no ven la política para servir, para construir políticas públicas que alivianen la calidad de vida de los dominicanos, para que estos sientan un amor por la tierra que los vio nacer. Estos políticos lo único que les preocupa es el dinero y la exhibición de su escalinata en la movilidad social. ¡Tres dramas, sencillamente dantesco, que grafican la inercia de las fuerzas sociales de la sociedad dominicana, que en pleno Siglo XXI no contribuimos a dar respuestas a la angustia lacerante, al encuentro del camino de la dignidad, del bienestar, “en el paraíso perdido de la corrupción y el narcotráfico”! http://acento.com.do/2016/opinion/8387757-drama-nacional-conciencia-social-conciencia-politica/
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