sábado, 5 de septiembre de 2015

Nadie está obligado a lo imposible, Dios lo sabe | Por Nelson Marte

Por Nelson Marte. 4 de septiembre de 2015 - 12:05 am  
Si hay uno con calidad para defender la geniatura de la propaganda de Palacio, ese soy yo, que alabé su capacidad de “construir” la realidad que convirtió el descalabro educativo de Medina en “una revolución educativa”.
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Nelson Marte

Dirigente político y periodista
Como he demostrado anteriormente, la propaganda de Palacio se acerca a la geniatura, prima lejana de la genialidad.
La he felicitado par de veces, por el qué de cosas “logradas”.
Pero lo que le han ordenado ahora no es de humanos bien cumplir.
Reunirse el martes en Palacio, y se  hizo,  la bataola de escribidores, comentófagos y bocinas digitales al servicio del continuismo -los que pueden dar la cara, pues hay enquistados-as en redacciones como comisarios políticos, que deben guardar formas.
Lo pedido esta vez  a la propaganda de Palacio ni la geniatura puede resolverlo, porque –Dios lo sabe–  nadie está obligado a lo imposible.
La orden fue clara y contundente: hacer que la gente le crea a Danilo el juramento de su proclamación del domingo, de que, ¡Por Dios!, más ni nunca volverá a aspirar.
No bien la prensa digital subió la noticia de que Danilo había vuelto a jurar que esta sería su última vez, las redes de Internet reventaron de memes y burlas de incredulidad.
¡Sacrílegos, como saben que ya la gente no les cree, cogen en su boca el santo nombre de Dios!
Subió bien alta la marea recordándole al Presidente que ante el mismo Dios ya había jurado respetar la Constitución, que prohibía la reelección, y la adulteró para repostularse.
La poquita fe hacia el juramento es  porque el adulteramiento de la Constitución se produjo luego de afirmar Medina que ¡Jesús!, él no aspiraba a ser líder, ni a buscar un nuevo mandato, para lo cual había que tragarse un tiburón podrido y enterrar hondo los escrúpulos.
El punto es que se reunieron y se dio la orden de bajar la incredulidad, que resaltando lo devaluada de la palabra presidencial, incluía escritos como el del director de El Día, Rafael Molina Morillo:
“Me ha decepcionado el licenciado Danilo al aceptar oficialmente la candidatura presidencial, después de haber dicho con fanfarria y todo que no lo haría.
“La mentira dicha una vez y la misma mentira dicha cien veces, son la misma cosa. Danilo enfatizó que si gana las elecciones no ejercerá la Presidencia por más de dos períodos. ¿Cómo creerle?”
Si hay uno con  calidad para defender la geniatura de la propaganda de Palacio, ese soy yo, que alabé su capacidad de “construir” la realidad que convirtió  el descalabro educativo de Medina en “una revolución educativa”.
Yo, que le puse otra patica porque tras los 1095 días y sus noches de críticas empresariales a la para ellos decepcionante gestión  de Danilo, llevó a turpenes del capital a Palacio a decir que el de Medina es “¡El mejol colmado, el de aquí!”, aquel cántico que de niños íbamos los sábados a entonar a coro para conseguir ñapas.
Yo, que le he reconocido tanto a la geniatura de Palacio, digo que esta vez se la pusieron demasiado dura.
Y digo más: digo que por eso entiendo la bestial ofensiva  lanzada en estos días  por la propaganda de Palacio contra el leonelismo, y que vuelvan sobre sus fracasos en tratar de descalificar y meter cuña en el liderazgo opositor.
Pero de esos dos temas, y haciendo honor al estilo de don Juan, hay que hablar en otro escrito, porque lo que es éste, va largo ya. http://acento.com.do/2015/opinion/8281165-nadie-esta-obligado-a-lo-imposible-dios-lo-sabe/

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