miércoles, 31 de diciembre de 2014

Mujeres y violencia: hacia 2015 - Por Susi Pola

Por Susi Pola susipola@gmail.com - 30 de diciembre del 2014
Susi Pola
No conocemos el saldo trágico de la violencia basada en el género contra la mujer en este 2014 del país, números más o menos, la cifra ya es demasiado grande para aceptarla. En la primera etapa del feriado navideño, cuatro feminicidios reportados en los medios, un padre que mata al pretendiente de su hija y un altísimo porcentaje en las emergencias por violencia intrafamiliar, anuncia que terminamos el año, como lo empezamos, bastante mal.
A pesar de que desde 1997, aquí se adoptaron legislaciones que han generado políticas y prácticas para prevenir, abordar, sancionar y erradicar esta violencia, seguimos manteniendo altos niveles de impunidad, situación denunciada por la sociedad civil organizada y reconocida por las instituciones del Estado dominicano.
A partir de reformar el Código Penal, por la ley 24-97, no con la velocidad necesaria y requerida, se ha ido trabajando desde algunas instituciones, más por impulsos primarios de personas ubicadas en la línea de atención al fenómeno que a las políticas públicas debidas. En el acceso a la justicia, a pesar de la estructura creada que fortalece la normativa desde la Constitución misma, no hay un presupuesto transparentado para aplicar a estas violencias que son diferentes y recicladas por la propia cultura, por lo tanto, prevenibles.
En este sentido, el desafío hacia el 2015 para el Estado dominicano es doble. Por un lado, el establecimiento de un cambio cultural en nuestra sociedad, capaz de desmontar, en general, las formas de control públicas y privadas a la mujer, y en particular, todas las violencias especificadas en su contra. Por otro lado, optimizar el acceso a la justicia de las mujeres que viven violencia, en cantidad y en calidad.
En ambos ejes, es necesaria una articulación de todo el sistema político, económico y social, es decir, una vinculación con consecuencias en todo el ámbito nacional, del poder y de la sociedad, que abarque la capacitación necesaria para la comprensión del fenómeno. Que estas leyes, llamadas de segunda generación, no sean letra muerta porque quienes las aplican no las entiendan, por ejemplo.
En el mundo y aquí también, se vislumbra un cambio en la correlación de fuerzas que puede ser favorable para grandes temas democráticos, pero a las mujeres, sabemos que nos va a costar más allá de este inicio de saberes y creencias. Tenemos el ejemplo en el desentendimiento legislativo de la modificación al C. Penal, una débil institucionalidad cuando se trata de reconocer derechos de las mujeres.
¡Las dominicanas, tenemos que estar y ser, frente a este 2015 que despunta!
 http://elnacional.com.do/mujeres-y-violencia-hacia-2015/

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