La economía dominicana ha venido ralentizándose desde hace unos años. |
Jairon SeverinoPor: Jairon Severino Santo Domingo 26 de febrero, 2018
La economía dominicana está a tiempo de corregir cualquier desajuste si se toman los correctivos de lugar en este momento. La ralentización del crecimiento económico en los últimos años, que con razón a preocupado a más de uno, es vista como una oportunidad para hacer los cambios profundos que demanda el contexto en que se desenvuelve el país. La mejoría de la calidad del gasto público debería asumirse como un imperativo por las autoridades para evitar, tarde o temprano, el colapso.
Con este planteamiento están de acuerdo los economistas Ernesto Selman y Miguel Collado Di Franco, del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES); Pavel Isa Contreras, del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec); Antonio Ciriaco, director de la escuela economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD); y Miguel Ceara Hatton y Henry Hebrard. Fueron invitados por la Asociación de Empresas Industriales de Herrera (AEIH) a analizar los resultados de la economía y las cifras dadas a conocer por el Banco Central en el informe de 2017.
El presidente de la AEIH, Antonio Taveras Guzmán, anfitrión del encuentro, considera que el país debe enfocarse en tener una visión a largo plazo y no concentrarse sólo en ciclos electorales. Para ello, dice, se necesita una mayor cuota de compromiso y responsabilidad de los líderes que dirigen el Estado. Asegura que la entidad busca convertirse en un ente propositivo de soluciones y ser un contrapeso para crear conciencia entre los que hacen políticas públicas.
Taveras Guzmán pidió a las autoridades prestar oídos a las constantes advertencias de economistas sobre la peligrosa curva de endeudamiento y la velocidad de crecimiento del gasto público, su reducida calidad y una presión tributaria relativamente muy baja.
Para Ceara Hatton, el contexto macroeconómico actual podría definirse como una trayectoria de colisión. A su entender, ahora mismo el país va a mucha velocidad y casi sin frenos. Estima que en estos momentos cada dominicano adeuda alrededor de RD$174,000, pero que si se compara con los que trabajan sería necesario dedicar 25.7 meses para pagar la deuda, partiendo de que el salario mínimo sea el máximo que pagan las empresas grandes.
Explica que el endeudamiento público tiene dos motores principales: el déficit del Gobierno y la política monetaria, la cual está asociada al fraude bancario de 2003. Sin embargo, apunta que la situación, aunque en menor escala, viene desde finales de los 80. “Este es el costo que se está pagando por la estabilidad cambiaria y de precios. Quiero decir que la estabilidad que estamos teniendo durante todos estos años es deuda y habrá que pagarla en algún momento”, explicó.
Otra de las variables a destacar, apunta, es el incumplimiento del Gobierno con el Banco Central con la Ley de Recapitalización, lo cual obliga a la emisión de una mayor cantidad de certificados.
El economista Henri Hebrard, al referirse a lo que debería ser el déficit fiscal adecuado para el país, considera que el actual posiblemente es muy alto. Sin embargo, explica que llegar a un nivel de cero también es muy fuerte.
Considera que el Gobierno debería tomar las medidas que sean necesarias para evitar la ruta de endeudamiento que lleva el país. Respalda la posición de Ceara Hatton respecto a la necesidad de lograr la convergencia entre el gasto y los ingresos, al tiempo de aclarar que eso no significa gastar menos, sino que es tener más calidad en la inversión pública.
Según Selman, los resultados de la economía durante 2017 muestran algunas inconsistencias estadísticas importantes. Refiere que el sector construcción, que tiene una alta ponderación en el PIB, tenía un crecimiento prácticamente nulo a septiembre y terminó con un crecimiento de 3.7% al cerrar el año, lo que indica que en el último trimestre debió expandirse en un 15.2% para finalice tal y como reportaron las autoridades.
“Hay una inconsistencia importante en estos números que hay que tomar en cuenta. Creo también que hay un elemento permanente que estará afectando la economía dominicana, que tiene que ver con la Ley de Lavado de Activos. Esto incrementa el costo de hacer negocios en el país porque ahora los requerimientos de muchos empresas incluidas con agentes obligados les implicará un aumento en sus costos para hacer negocios”, explica.
Refiere que es de todos conocido que la economía dominicana tiene mucho que ver con dinero efectivo, con lavado de activo “puro y duro”, que viene principalmente por tres vertientes: lavado de activos relacionado con negocios ilícitos como las drogas, corrupción y evasión. Entiende que estos son elementos que seguirán gravitando sobre la dinámica económica del país.
Dentro de las inconsistencias estadísticas, el vicepresidente del CREES señala que en cuando al desempeño de la Agricultura el año pasado se caracterizó por las lluvias y otros efectos de la naturaleza, tales como inundaciones, que afectaron la producción, infraestructura e impulsó la inflación de los alimentos, pero el informe de la economía establece que creció 5.9%, mientras que en 2016 había crecido 10%. “Estas son algunas inconsistencias que no parecen que se corresponden con la realidad”, sostiene.
Antonio Ciriaco se refiere a las cifras del crecimiento del empleo como un acontecimiento importante para el país, pero le llama la atención la relación que entre el desempeño de la economía y lo que ha sucedido con el mercado de trabajo. Dice no entender cómo es posible que en un contexto de desaceleración del producto interno bruto (PIB), desde 2014, se hayan creado 120,000 empleos y que la tasa de desocupación abierta se reduce de 7% a 5.1%.
“Este es un elemento que creo hace ruido porque no es posible que en un contexto de desaceleración de la economía, aumente el empleo. Considero que estoy hay que discutirlo y podría ser, considero yo, parte de la magia de la información que ofrece el Banco Central”, sostiene Ciriaco.
En otro sentido, el economista afirma que cree en el Pacto Fiscal, el cual, considera, debe ser aprovechado para crear un gran contrato social. Afirma que República Dominicana necesita reformas profundas. Señala, además, que hay un gasto estructural que depende mucho del territorio, pues a su entender se han creado un monstruo en 48,000 kilómetros cuadrados. Cita que es inconcebible que haya un Congreso bicameral en este país.
El economista y catedrático del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), Pavel Isa Contreras, cuestionó el impacto reportado que tuvieron los efectos de la naturaleza sobre el PIB, que según la información oficial sería de un 1%. “Me parece una exageración. Si nos preguntamos cuánto podría estar participando en el crecimiento un mes, y lo distribuimos en el año, asumiendo una tasa de crecimiento razonable en caso que no hubiera sucedido el evento, y le descuenta lo que sí hubo, se nota que está bastante lejos de un punto porcentual”, considera.
Cuestiona la forma en que las autoridades manejaron las cifras y no querer asumir la responsabilidad, por lo menos en parte, del comportamiento de la economía durante el año pasado. Refiere que la política monetaria fue muy restrictiva (apretaron) durante el primer semestre de 2017, lo que generó, a su entender, el “corre-corre” y soltar la presa.
Sin embargo, le reconoció a la autoridad monetaria que se manejan con ciertos niveles de flexibilidad cuando los números de crecimiento aprietan. Indica que en 2013 sucedió igual.
Está de acuerdo con que se desacelere el crecimiento del gasto público y que crezcan sólo una fracción del aumento de los ingresos. “Creo que esta es una propuesta tremendamente razonable porque no tiene por qué generar un trauma y tendrá un efecto del corto plazo”, dice.
Para Collado Di Franco, el crédito al sector construcción ha mostrado tasas de crecimiento negativas en el último trimestre, lo que no veía desde 2013. Coincide, dice, con un año previo a un desempeño pobre de la economía. Apunta que estas cifras no parecen consistentes con los resultados mostrados durante el trimestre octubre-diciembre de 2017.
“Creo que se sobredimensionó el impacto de las tormentas o fenómenos naturales sobre la agricultura y la economía. Estamos en una economía donde se ve poca participación de la inversión privada en el PIB, decrecimiento de las exportaciones nacionales. Es un mercado pequeño que necesita crecer hacia afuera y no lo está haciendo”, explica Di Franco, quien expresó su preocupación de que haya que esperar al 2024 para corregir la economía, ya que podría ser tarde si se sigue la tendencia.
Respecto a la trayectoria de colisión, Ceara Hatton lo compara con un ajuste de mercado. Explica que esto implicará pagar la deuda sin acceder a nuevos créditos. Esto, supone el economista, significará aplicar ajustes en la economía. El panorama que describe está en un contexto de crédito cerrado.
Con el crédito cerrado, estima, el gasto público habrá de caer en un 30%. “Este caso es extremo porque se paralizaría prácticamente el país. Esto sucedió en Grecia y Puerto Rico.”, señala el economista. Sugiere que ahora que el país tiene crédito abierto lo lógico es que las autoridades traten de reorganizar la economía.
Analiza cuatro indicadores: el saldo de la deuda respecto al PIB, los interés como porcentaje de los ingresos tributarios, la proporción de intereses que es pagado con nueva deuda y el servicio total de la deuda respecto al producto. “Estamos en una situación financiera indeseable”, señala.
El economista explica que el mundo aprendió que la deuda soberana se paga, porque si no se hace hay que apearse del mundo. Refiere que las agencias internacionales no pueden decir ni hay un instrumento econométrico o de análisis que diga que dentro de seis meses o un año “pasará tal cosa”.
Ceara Hatton entiende que es una necedad insistir en una salida que no está funcionando, ya que se vuelve a asumir los impuestos se seguirá con el mismo comportamiento, a menos que no cambien los factores que originan el problema. A su entender, la población no quiere pagar impuestos porque entiende que esos recursos se los lleva la corrupción, por la mala calidad de los servicios públicos, por los botellas en las nóminas y por otros factores. “Este es un país en donde el 30% de la población no está dispuesto a pagar impuestos y el 15% está absolutamente opuesto”, indica.
Considera urgente que la administración del Estado cambie (mejore) la calidad del gasto público. En su exposición, salió a relucir que la estimación de los recursos que se malgastan equivale al déficit fiscal del Gobierno, que serían alrededor de RD$78,000 millones. Plantea que sería necesario bajar el ritmo (tasa de crecimiento) del gasto público a una proporción del crecimiento del ingreso tributario.
“Si la tasa de crecimiento del gasto público se corrige a un 75%, a las tres cuartas partes, del crecimiento de los ingresos, yo tengo una trayectoria do convergencia y en 2024 no tendría déficit. Más drásticamente, si sólo gasto el 30% del ingreso tributario cerraría el déficit en el 2020, pero sería una reducción del gasto real y por lo tanto sería depresivo”, explica.
La propuesta, apunta el economista, lo que busca es evitar un ajuste de mercado ahora que el país está a tiempo. Dice que la coyuntura se puede aprovechar para no generar un trauma en la economía. Aclara que se ha hecho ejercicios y no habrá un impacto significativo en la composición del gasto, sino que sería como porcentaje del gasto total. Como efecto en la economía, señala que siempre que se reduzca el gasto hay un freno.
“Yo me pregunto qué estudio de impacto económico se hizo aquí cuando se creó, a la luz de la nueva Constitución de la República, el Tribunal Constitucional cuando puede operar, fácilmente, en un cámara de la Suprema Corte de Justicia. Yo creo que esto es un gasto permanente porque esa gente se va a jubilar con RD$350,000 o RD$400,000 y eso es un gasto adicional de toda la vida. Este es un elemento importante del gasto estructural que debe ser planteado en el Pacto Fiscal, lo cual debería ser parte de un contrato social”, explica el director de la Escuela de Economía de la UASD.
Respecto a la relación deuda-ingreso tributario, Ciriaco considera que no sólo se debe relacionar la deuda con el PIB, sino que debería hacerse con los ingresos. Sin embargo, se inscribe entre los que consideran que los déficits bien manejados motorizan la economía.
Con relación a la inversión extranjera, Selman encontró raro que en el período octubre-diciembre haya ingresado a la economía la misma cantidad de los primeros nueve meses. Sugiere que se revisen estas cifras porque apuntan a ser inconsistentes.
La forma de gobierno
El expresidente de la AEIH, Miguel Cabrera, saludó la iniciativa de esa organización empresarial que busca analizar la trayectoria de la economía dominicana. A su entender, los intereses políticos han estado por encima de lo que realmente le importa al país para el desarrollo de su aparato productivo.
“La única prioridad de los gobiernos que hemos tenido es cómo preservarse en el poder y eso ha tenido un costo enorme. Es necesario que se comienza ya reducir el crecimiento de los gastos para que se vaya reduciendo el déficit público”, considera.
Cabrera destaca que en los países desarrollados, contrario a lo que sucede en República Dominicana, cuando se construye una obra se habla que fue hecha con dinero de los contribuyentes. “Aquí lo hace todo el Presidente, el alcalde, el gobernador o cualquier otro”, apunta.
Señala que en los países desarrollados el ciudadano está empoderado de los temas de interés común.
https://www.eldinero.com.do/55427/economistas-hay-que-encarar-el-deficit-fiscal-y-deuda-publica/
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