Mis razones por las que Donald Trump ganó. Por José Luis Taveras
Lo menos que pretendo con este ejercicio es parecerme a un teórico. No soy politólogo ni en el más empírico de los sentidos, pero para acabar con un tema que apenas empieza, tengo el derecho, como observador crítico, a deducir mis propias conclusiones, esas que desde un principio compartí con amigos en círculos coloquiales y que confirmaron el cuadro que hoy vivimos, sin que por ello tenga que celebrar (como me lo piden algunos) mi repentista clarividencia.
El DISCURSO
Hillary no aportaba nada distinto a un discurso ya cansado y probado por Obama; Trump, en cambio, trae una retórica viva, de choque e impacto que seduce y despierta. Trump lo arriesgó todo; total, no era un político y en esa condición nada disiparía; si perdía quedaba con un poder inmenso y una dimensión nacional envidiable para un hombre de alto ego. Hillary, como una política veterana que se debe a centros importantes de poder, mantuvo una retórica convencional prestada y pálida.
LA ESTRATEGIA
Trump se ocupó de su propia estrategia, no aceptó imposiciones del Partido Republicano. Controló a su equipo con destrezas, explotó las redes sociales y su inmensa horizontalidad expansiva. Hillary, en cambio, se confió en el apoyo de los medios tradicionales; se cobijó en su poder concentrado para influenciar y fabricar opinión. Se olvidó de que las redes son bases masivas que generan tendencias más rápidas y sensorialmente más inmediatas.
EL VOTO
Trump se casó con el electorado mayoritario: el hombre blanco, rural, conservador y religioso; descubrió sus frustraciones y avivó la esperanza de la grandeza americana que ellos y sus valores encarnan. Hillary descansó en las minorías y en los núcleos urbanos liberales. Los latinos no votaron como se esperaba, desmitificando su presunto factor de decisión electoral, y eso, a pesar de que nunca habían sido tan vejados por un candidato. Los blancos votaron inspirados; los latinos y otras minorías, asustados.
LA IMAGEN
Trump no es un político, en tal condición tenía la calidad para cuestionar al sistema político y a las élites de poder. Hillary, en cambio, soportaba la carga de una vida política sustentada por las estructuras dominantes del statu quo. Ese hecho pesaba más que las excentricidades del Trump show man. La imagen política de Hillary era tan vulnerable que el electorado prefirió consentir las bravuconas de Trump (y los falsos miedos que generaban) que el riesgo de una mujer con una historia política comprometida.
EL MOMENTUM
Trump evidenció conocer e interpretar los signos de los tiempos en la sociedad americana. En eso no fue el mentecato que los medios quisieron subestimar. Entendió la profunda crisis de credibilidad institucional y el agotamiento de las rancias estructuras del sistema político; las hizo responsables de la pérdida del liderazgo de los Estados Unidos en el mundo y del deterioro del nivel de vida de la clase obrera americana. En el americano conservador y de base, eso cala. Con su victoria y el virtual abandono de la cúpula republicana, se confirmó que el discurso antipolítico vendía más que el político.
LA POLÍTICA EXTERNA
El abandono de los Estados Unidos del liderazgo geopolítico global y la emergencia de Rusia para ocupar ese puesto, avaló el discurso de Trump sobre el fracaso de la política exterior de los gobiernos de Obama encarnada justamente en Hillary como Secretaria de Estado de su primera gestión. La pérdida de ese liderazgo y los desaciertos estratégicos en sensibles zonas de conflicto fue un argumento retórico que fortaleció su propuesta de levantar la perdida “grandeza americana”.
EL GÉNERO
A pesar de ser un detalle soslayado en los análisis más trillados, creo que en un momento donde el voto conservador aclamaba un discurso de mano fuerte, el hecho de Hillary ser mujer constituyó un factor de ponderación relevante en el voto interior y rural. http://somospueblo.com/2016/11/09/mis-razones-por-las-que-donald-trump-gano-por-jose-luis-taveras/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario