martes, 29 de noviembre de 2016

El lujo de Vuitton, expulsado de la Plaza Roja de Moscú

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La maleta de Louis Vuitton, en la plaza Roja de Moscú, el 27 de noviembre de 2013. REUTERS
Hace unos años, Louis Vuitton lograba un gran golpe de márketing al fichar al expresidente soviético Mijail Gorbavoch. El anuncio del padre de la Perestroika, sentado en la parte trasera de un coche, mirando por la ventana los restos del muro de Berlín dio la vuelta al mundo. Ahora, la firma sinónimo del lujo a la francesa ha llevado la polémica a la Plaza Roja de Moscú. A escasos metros del mausoleo de Lenin, ha instalado una enorme maleta en cuyo interior tenía previsto acoger un exposición a partir del lunes. Pero la decisión ha generado tantas críticas que el Kremlin pidió ayer su desmantelamiento, que se realizará “rápidamente”.
“El pabellón ha provocado muchas reacciones”, admitió la dirección de las célebres galerías Gum, que cumplen 120 años. La instalación de la maleta gigante formaba parte de la celebraciones por este aniversario. “Teniendo en cuenta una parte de la sociedad y que la construcción superó las dimensiones autorizadas, para las que se encontró un acuerdo, hemos informado a la representación rusa de Louis Vuitton de la necesidad desmantelar", señaló en un comunicado. La construcción no contaba con el permiso de la administración presidencial, aseguró una fuente del Kremlin a la agencia AFP.
La gigantesca maleta es en realidad un pabellón de nueve metros de altura por 30 de largo. Los turistas que pasean por la histórica plaza clasificada patrimonio mundial de la UNESCO, se encuentran así con este enorme objeto ante el Kremlin y tapando la vista de San Basilio.
A partir del 2 de diciembre y hasta el 19 de enero, debía albergar la exposición Louis Vuitton, el alma, el viaje, con maletas míticas que pertenecieron a personajes famosos de la historia, desde Greta Garbo a Nicolás II, pasando por Catherine Deneuve. Los fondos recaudados iban a ser destinados a la fundación para los niños con discapacidades Naked Hearts, de Natalia Vodianova. La modelo rusa es novia de Antoine Arnault, hijo de Bernard Arnault, el presidente del grupo LVMH al que pertenece la marca Vuitton.
La invasión de la plaza ha provocado una oleada de críticas. Para Alexandre Sidiakin, diputado del partido del presidente Vladimir Putin, Rusia Unida, “las dimensiones gigantescas de la construcción no se justifican (…) esconde la vista de monumentos del patrimonio cultural ruso”.
El caso ha provocado tanto revuelo que podría sentar un precedente en la legislación del país. Pavel Pojigaïlo, jefe de la comisión sobre la cultura de la Cámara Civil, señaló que se contempla pedir una ley de protección de ciertas zonas. “Es indispensable una regulación de las zonas y lugares sagrados con importancia histórica”. http://elpais.com/elpais/2013/11/27/gente/1385572927_716073.html

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