martes, 29 de noviembre de 2016

La Gran Rebelión (I, II)- ANDRÉS DAUHAJRE HIJO

OPINIÓN

La Gran Rebelión (I)

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PIB
PIB (Redacción )
En 1929 el mundo fue sacudido por la irrupción de La Gran Depresión. En el 2008, por el inicio de La Gran Recesión. No parece descabellado postular que en el 2016 el mundo ha sido impactado por el destape de un sorpresivo y preocupante movimiento, La Gran Rebelión contra el proceso de Redistribución Global del Ingreso Mundial que se inició a mediados de la década de los 80s, como consecuencia de la adopción de la apertura a la inversión y la liberalización comercial como pilares fundamentales de la estrategia de crecimiento y desarrollo económico de la mayoría de los países del mundo.
Todo comenzó con la Ronda Uruguay del GATT en 1986 que culminó en 1993 con el acuerdo para racionalizar el establecimiento de aranceles y liberalizar el comercio a nivel mundial, incluyendo la transformación del GATT en la OMC en 1995. Estados Unidos se había adelantado en 1983 con la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, estableciendo concesiones arancelarias de una vía a los beneficiarios de la ICC. El FTA (Free Trade Area) entre EUA y Canadá de 1989; la Iniciativa para las Américas lanzada por el Presidente Bush en 1990; la creación en 1992 de la Zona de Libre Comercio de los Países del Sudeste de Asia (AFTA); el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) firmado en diciembre de 1992 por Bush, Mulroney y Salinas, y firmado como ley en noviembre de 1993 por el Presidente Clinton; la creación de la Eurozona en 1999; la eliminación del Acuerdo de Multifibras a partir del 2005; y la firma de 13 acuerdos de libre comercio de Estados Unidos con países o grupos de países, incluyendo el DR-CAFTA y los FTA con Corea del Sur, Singapur, Australia, Israel, Jordania, Bahrain, Marruecos, Oman, Chile, Perú, Panamá y Colombia, reflejan al creciente convencimiento alrededor del mundo durante las últimas tres décadas sobre las ventajas del libre comercio y la apertura a la inversión extranjera para promover el crecimiento y desarrollo económico, creando las condiciones para sacar a millones de personas de la pobreza.
Los resultados de esta estrategia global están a la vista de todo el mundo. En 1980, China era la octava economía del mundo; hoy es la segunda. Mientras en 1980, el PIB de EUA era 9.4 veces mayor que el de China, este año terminará siendo 1.6 veces mayor. Si medimos el PIB en dólares corrientes internacionales de PPP (2011) para tener en cuenta que un dólar en China compra en promedio mucho más que un dólar en EUA, se tiene que mientras en 1980 el PIB de EUA era 9.4 veces mayor que el de China, este año China terminará con un PIB 1.15 veces mayor al de EUA. El crecimiento impresionante que ha evidenciado la economía china en los últimos 30 años, empujado por la apertura a la inversión extranjera y la expansión del comercio, ha permitido al país más poblado del mundo reducir el número de personas viviendo en la pobreza (<US$3.10 por día, PPP 2011) de 985 millones en 1981 a 152.5 millones en el 2013.
India fue colonia británica durante 90 años (1858-1947), excluyendo los 101 años en que fue regenteada por la British East India Company (1757-1858). Al igual que China, durante décadas cobijó las mayores poblaciones del mundo viviendo en la miseria y la pobreza. En las últimas dos décadas, India se ha ido convirtiendo en una de las economías más pujantes del mundo, movida por un fuerte influjo de inversión extranjera y una creciente participación en los flujos del comercio mundial. En 1980, su PIB apenas representaba el 31.5% del PIB de Gran Bretaña; este año terminará representando el 84.9%. Si lo medimos en US$ corrientes PPP del 2011, se tiene que mientras en 1980 el PIB de Gran Bretaña era 1.3 veces mayor que el de India, en el 2016 el de India terminará siendo 3.1 veces mayor que el de Gran Bretaña. En 1980 era la 13ava economía del mundo; hoy es la 7ma. No es por casualidad que India, la economía del mundo de mayor crecimiento este año, ha logrado reducir en casi 26 puntos porcentuales la incidencia de la pobreza entre 1983 y el 2011.
La apertura a la inversión extranjera y la liberalización de los flujos de comercio de bienes han producido una fuerte expansión de la economía mundial. Mientras en 1980 el PIB mundial ascendió a US$11.1 trillones, este año alcanzará US$75.2 trillones, casi 7 veces más. ¿De dónde es que surge la chispa que ha encendido La Gran Rebelión del 2016? En el hecho de que la apertura a la inversión extranjera y la liberalización del comercio mundial han provocado una redistribución global del ingreso mundial, desde los trabajadores “blue-collar” de los países más ricos del mundo hacia millones de personas “black-collar” que vivían en la pobreza, estaban desempleados y hoy laboran en la pujante industria manufacturera de las economías emergentes del mundo, especialmente en China, India, Corea, Brasil y México, para mencionar los preferidos en los discursos políticos de los líderes de la Gran Rebelión que tiene lugar en Occidente.
Mientras en 1980, los países del G-7 (EUA, Gran Bretaña, Japón, Canadá, Alemania, Francia e Italia) recibían el 55.7% del Ingreso Mundial (PIB), este año su participación descenderá a 46.9%. Mientras China e India apenas recibían el 4.0% del Ingreso Mundial en 1980, este año percibirán el 18.1%. Ahí reside “el problema”. La globalización no sólo ha contribuido a reducir dramáticamente los niveles de pobreza a nivel mundial, sino que ha provocado además una redistribución global del ingreso mundial desde los países más ricos hacia los países que hace 35 años cobijaban las mayores poblaciones viviendo en la miseria y la pobreza.
La promesa del retorno al pasado es música para los oídos de quienes se sienten afectados por esta redistribución. Una especie de canto del Tahuantinsuyo occidental que predica que en el pasado estábamos mejor y de que es posible, rechazando los acuerdos de libre comercio y estableciendo elevados aranceles, recuperar lo perdido. Nos imaginamos que alguien ya empezó a escribir el Manuel del Perfecto Idiota Occidental.
 http://www.elcaribe.com.do/2016/11/21/gran-rebelion-

La Gran Rebelión (II)

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¿Puede asignarse la responsabilidad de la pérdida de empleos industriales de los Estados Unidos a la apertura a la inversión y la liberalización comercial, que junto al extraordinario cambio tecnológico, constituyen la triada de jinetes de la globalización?
Antes de responder la pregunta debemos seleccionar un punto de partida para posibilitar la evaluación. La Ronda Uruguay concluyó en 1993 y el NAFTA entró en vigencia en 1994. Parecería razonable utilizar 1994 como punto de partida.
Hecho lo anterior observamos que la “desindustrialización” norteamericana no se inicia en 1994. Entre 1953 y 1993, un período donde prevalecieron políticas proteccionistas, la participación de la manufacturera en el PIB norteamericano descendió de 28.1% a 16.4%, a razón de 0.29 puntos porcentuales por año. Entre 1993 y el 2015, la participación de la manufactura bajó de 16.4% a 12.0%: 0.20 p.p. por año.
La desindustrialización norteamericana parecería estar siguiendo el patrón natural que se esperaría cuando las países se adentran en las etapas más avanzadas del desarrollo.
Lo anterior no quiere decir que el NAFTA, por ejemplo, no haya acelerado la pérdida de empleos en la industria manufacturera norteamericana, mientras México muestra una ganancia que parecería validar el resultado de suma cero que los abanderados del nacionalismo y proteccionismo acreditan a la apertura comercial. En el período 1993-2015 EUA perdió 4.5 millones de empleos manufactureros; México ganó 5.0 millones. Canadá perdió 100 mil. Sin embargo, entre 1979 y 1993, sin NAFTA, EUA había perdido 2.7 millones de empleos manufactureros.
Mirar únicamente a la manufactura podría llevarnos a adoptar poses catastróficas que no hacen justicia a los beneficios netos de la globalización. Mientras EUA perdió 4.5 millones de empleos manufactureros, creó 35.7 millones en los sectores de servicios. Canadá creó 4.6 millones y México 16.8. ¿Y el desempleo? En EUA descendió de 6.9% en 1993 a 4.9% este año y en Canadá de 11.4% a 7.1%. Sólo en México subió de 3.4% a 4.1%.
La realidad es que el capital, en un mundo globalizado, se mueve hacia las geografías que ofertan mayores niveles de productividad y competitividad. Si los costos laborales son uno de los factores que inciden en la productividad y competitividad pues inciden en el costo de producción, es natural que las empresas tiendan a trasladarse hacia geografías donde los costos laborales por unidad de producto sean más bajos.
Nadie debería rasgarse las vestiduras porque empresas norteamericanas hayan establecido plantas industriales en China, país donde los salarios mínimos equivalen a menos de la cuarta parte del prevaleciente en EUA; o en México, que tiene un salario mínimo 14 veces más bajo que el de EUA.
La peor estrategia que podría adoptar la nueva administración norteamericana sería el establecimiento de barreras arancelarias al comercio, pensando que el regreso a las políticas del pasado permitiría recuperar los empleos manufactureros perdidos.
El establecimiento de aranceles encarecería las importaciones, reduciría el poder adquisitivo de los consumidores y atentaría con la meta de mayor crecimiento que se persigue. A lo anterior tendríamos que agregar el lamentable resultado que predice la teoría de las represalias en el comercio: la adopción de aranceles en respuesta a los adoptados por el socio comercial, reduciría el comercio internacional y allanaría el camino a la recesión económica.
No es realista pensar que fijando elevados aranceles las empresas norteamericanas restablecerán sus plantas en EUA y recontratarán a 4.5 millones de trabajadores manufactureros que han perdido sus empleos en los últimos 22 años. Más aún si las presiones internas por aumentos del salario mínimo en EUA continúan y llevan al Gobierno a elevar el salario mínimo federal de US$7.25 por hora. A lo sumo, el Gobierno norteamericano podría realizar ofertas de trabajo en los proyectos de modernización y ampliación de infraestructura que prevé realizar a partir del próximo año.
No se ganaría nada penalizando a toda la población con políticas proteccionistas para tratar de recuperar empleos en la cada vez mas robotizada industria del automóvil.
Incluso en la robótica, EUA ha estado perdiendo la carrera. Mientras en el 2005 el 14.3% de los robots que se vendían en el mundo iban a EUA, en el 2015 apenas compró el 10.8%. ¿Quién fue el principal comprador? China, con el 27%, 8 veces mayor que su participación en el 2005.
Al nuevo Gobierno norteamericano le convendría mirar menos la foto de la balanza comercial y más la película de indicadores de mayor alcance que apuntan a la sustitución de EUA como la principal economía del mundo. Es en la calidad de la educación donde EUA debe poner especial y urgente atención.
No es sólo como comprador de robots que China hace rato superó a EUA. Mientras los estudiantes de Shanghai, Hong Kong y Macao ocuparon las posiciones 1, 2 y 6 en las pruebas PISA 2012, los estudiantes norteamericanos quedaron muy rezagados. En matemáticas, por ejemplo, quedaron en la posición 36.
Para ingresar a las mejores de las 2,529 universidades existentes en China, sus bachilleres deben aprobar el famoso examen de admisión “gaokao”. Casi 37 millones de jóvenes chinos estudian a nivel de grado y post-grado en sus universidades.
Los mejores ingresan a las mejores universidades de EUA tanto para estudios de grado como de maestría y doctorado. Actualmente China, con casi 330,000 estudiantes, es el principal país de origen de estudiantes extranjeros en universidades norteamericanas.
No es por casualidad que el año pasado China prácticamente duplicó a EUA en solicitudes de patentes. 
Pelear contra los molinos de vientos del libre comercio es la peor estrategia que podría adoptar EUA pues le impediría ver que es en la calidad de su sistema educativo donde reside la principal barrera a desmontar. El problema no es recuperar empleos irrecuperables para los “blue collars” de ayer; el problema es preparar a sus recursos humanos del mañana, muchos de ellos hijos de los “blue-collars” desplazados por el desarrollo y la liberalización comercial, para triunfar en el mundo globalizado -liderado por China-, que les espera. http://www.elcaribe.com.do/2016/11/28/gran-rebelion-
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