Publicado: 7 dic 2015 16:00 GMT | Última actualización: 7 dic 2015 18:38 GMT
REUTERS/Murat Cetinmuhurdar/Presidential Palace Press Office
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, parece estar tratando de restaurar el Imperio Otomano sin querer aprender de las lecciones de la historia. El líder del islamista AKP se olvida del error de provocar a Rusia, vencedora en más de una ocasión sobre los otomanos, sostiene un columnista del diario británico 'The Guardian'.
Al avivar la guerra civil en Siria, Erdogan actuó sin tener ni idea de las consecuencias que ello traería para Turquía. El conflicto de Oriente Medio es cada vez más complejo a tenor de los últimos acontecimientos y participantes. Y Ankara no hace más que ver nuevos enemigos, escribe el columnista Norman Stone en 'The Guardian'.
"El aventurismo de Erdogan parece haber tenido éxito hasta el momento, pero puede llegar a ser un verdadero desastre para la política exterior de Turquía y, en última instancia, suponer la destrucción del país", sostiene el analista.
El presidente turco es como "un líder todopoderoso" que ha cumplido con su deber de criar a "generaciones piadosas" y ayuda a sus aliados los "Hermanos Musulmanes" en la guerra civil siria. "También es obvio que el Estado Islámico ha contado con la ayuda de Turquía desde que derrocar a Al Assad es la prioridad de Erdogan", señala Stone.
Según el columnista, actualmente "las potencias occidentales cooperan con Rusia en la defensa tácita de Assad, en un esfuerzo por derrotar al enemigo común, el Estado Islámico". "En otras palabras, Turquía solo puede quedarse aislada", indica.
"Nadie sabe cuándo concluirá esto [las diferencias entre Ankara y Moscú], pero las consecuencias pueden ser tales que hagan que los artífices de la política exterior turca miren hacia los viejos tiempos con nostalgia", alerta Stone, añadiendo que "si hay una lección para un gobernante de Turquía es no provocar a Rusia".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario