c.acosta[@]hoy.com.do
03 octubre, 2015 2:00 am
Hace algún tiempo a Yeni Berenice Reynoso la quisieron crucificar, pensando que exageraba de mala fe, porque se atrevió a decir que en el 90% de los casos de criminalidad organizada que se registran en el país están involucrados guardias y policías, cuando la realidad es que la Fiscal del Distrito Nacional se quedó corta, pues también en los delitos comunes su participación es notoria y significativa, y la mejor prueba es que prácticamente no pasa un día sin que un agente policial o miembro de los cuerpos castrenses aparezca en las crónicas rojas de los periódicos. Ayer, por ejemplo, nos enteramos del apresamiento en Barahona de un haitiano y un raso de la Policía a los que se acusa de asaltar un minibús de pasajeros que viajaba desde Duvergé a Santo Domingo, y mañana puede ser cualquier diablura, pues han demostrado que dan para todo. Y si es verdad, como dicen por ahí, que solo una profunda reforma policial reducirá a su mínima expresión esas ocurrencias debemos resignarnos, al menos por ahora, a seguir padeciéndolas. Porque resulta que el Gobierno no está dispuesto a gastar lo que hay que gastar, empezando por pagar salarios dignos a sus agentes, para transformar la Policía de arriba hasta abajo, como quedó evidenciado en el Presupuesto General del Estado enviado al Congreso Nacional a principios de semana. Desde luego, en el Gobierno no ignoran que la inseguridad es la principal preocupación de los ciudadanos por culpa de una delincuencia desbordada y desafiante, como tampoco ignoran que la Policía, el recurrente involucramiento de sus miembros en acciones delictivas, es también parte del problema. Un problema que, tal y como evidencian los hechos (no las palabras, ni los discursos, ni los seminarios), no le interesa resolver.
http://hoy.com.do/adios-reforma-policial/
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