¿Con que moral viene la OEA?
11 de julio de 2015
¿Con que moral viene la Organización de Estados Americanos a nuestro país? El problema no es que nos supervisen, eso es saludable, pero me indigna que la OEA se sienta con la moral de hacerlo.
A la OEA no le importan los Derechos Humanos, ni el desarrollo de los pueblos de América. En nombre de la “paz” y los “derechos”, han llenado de sangre a todo un continente, validando invasiones y reconociendo dictaduras criminales.
¿Donde ha estado la OEA durante los golpes de Estado en América? ¿Dónde estuvo cuando el golpe de Estado a Allende? ¿Cuando el golpe de Estado a Jacobo Arbens? ¿Durante las dictaduras militares en Argentina? ¿Durante los 35 años de dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay? ¿Dónde estuvo la OEA cuando nos arrancaron la democracia en 1963? ¿Dónde ha estado durante los atropellos a inmigrantes latinos y negros en Estados Unidos?
Es imposible olvidar que hace justo 50 años, la OEA legalizó la invasión militar norteamericana a nuestro país. Puso su sello de aprobación a más de 45 mil soldados que pisotearon nuestro territorio. En lugar de condenar a EE.UU por invadir un suelo soberano, les designó “Fuerza Interamericana de Paz”. Como si de esa forma los fusiles de los marines se iban a convertir en ramos de rosas.
Esa misma OEA, porque es la misma servil e inmoral, alegaba que los constitucionalistas eran comunistas violadores de monjas y novicias, que el Presidente Caamaño estaba loco y andaba con la cabeza de un general clavada en la punta de su fusil, incluso, que el Che Guevara había venido al país en un submarino a traer armas. Todo eso para justificar lo injustificable: la masacre de los Estados Unidos contra un pueblo que luchaba legítimamente por su soberanía.
La OEA es un organismo que engloba a todos los países de América, pero uno solo es el que manda. Su función es fingir sentido “democrático” a las criminales imposiciones de los Estados Unidos. Esa es la cruda verdad.
Estados Unidos, el principal detrás de todo esto, puede tener dinero y armas para avasallar e imponerse, pero no tiene moral para señalar nada a ningún país de la Tierra. Ni siquiera a suscrito la Convención Interamericana de los Derechos Humanos, y en nombre de estos a pisoteado la soberanía y los derechos de toda Latinoamérica.
Somos un país libre y soberano, no porque la OEA, ni la ONU, ni los Estados Unidos nos hayan hecho ese regalo. Defendamos con dignidad el derecho que con tanto sacrificio nos hemos ganado.
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