27 de Marzo del 2015
Hipólito Mejía fue el último en hacer oficial sus aspiraciones presidenciales y el único que aún no ha publicado ninguna encuesta, pero posiblemente sea el primero en recorrer el país palmo a palmo para decirle a la gente, de viva voz, por cuales quiere ocupar la primera magistratura del Estado por segunda vez.
La decisión de caminar provincia por provincia, municipio por municipio y barrio por barrio, de las ciudades más importantes, fue acertada porque alrededor del diez por ciento de la población no sabía que Hipólito había decidido optar por la nominación presidencial, como lo hicieron en su momento Luis Abinader, Geanilda Vásquez y Amaury Justo Duarte.
El trabajo de reagrupar sus fuerzas creando una sólida estructura en tan poco tiempo ha sido ardua, pero fructífera, a tal grado que ya las encuestas “ajenas” y manipuladoras de la opinión pública no pueden ignorarlo por más que quieran.
Y no puede ser de otro modo, pues Hipólito, como lo dicen todos, incluyendo enemigos y adversarios, es el líder natural del PRM, por su carisma, experiencia política, y la manera espontánea de comunicarse con la gente sencilla y humilde del pueblo, sin poses, ni demagogia.
No debemos olvidar que Hipólito fue el candidato en las elecciones del 2012 que pese al uso desmedido y abusivo de los recursos del Estado, la traición de Miguel Vargas y su grupo, los atropellos y violencia contra los votantes, los fraudes tecnológicos dentro y fuera de la Junta Central Electoral (JCE), obtuvo cerca de un 48 % de los votos.
Una figura con esas condiciones políticas y de esa magnitud, que salió de la presidencia de la República sin un expediente de corrupción ni complicidad con el crimen y el delito, no puede ser desdeñada en un momento crucial como el que vive el país. ¡Sería una insensatez!
Por todos esos motivos, más el arduo trabajo que viene desarrollando el exmandatario junto a su equipo coordinado por el también inagotable César Cedeño, es que pocos dudan que Hipólito ganará la convención del PRM con un amplio margen para luego dedicarse a unificar la oposición alrededor de un programa de Gobierno progresista para sacar el país del hoyo en que lo ha metido el Partido de la Liberación Dominicana.
Si Hipólito gana la convención, como todo parece indicar, nadie deberá sentirse derrotado, pues la suma de todos los militantes, simpatizantes y dirigentes del PRM es la que garantizará la victoria, junto a las demás fuerzas políticas, en las elecciones del año venidero.
Los que apuestan a serios enfrentamientos entre los participantes en la contienda interna del PRM, estoy seguro quedarán decepcionados. ¡No habrá sangre pues nadie se prestará al caos ni el desorden sin pagar las consecuencias!
Como los buenos caballos de carrera largas, Hipólito va por el carril del centro, tomando cada vez más velocidad y dejando bien atrás a los otros contrincante llevándoles no uno, sino dos, tres, cinco, diez, 20 cuerpos de distancia. ¡Ese potro es de pura raza, entrenado en la cuadra experta de José Francisco Peña Gómez!
¡Va bien, Hipólito va bien!
Será candidato presidencial del PRM y recibirá el apoyo de Luis, Geanilda y Amaury junto a los demás dirigentes encabezados por Andrés Bautista y Chú Vásquez, presidente y secretario general respectivamente. ¡Y si por casualidad del destino, Hipólito pierde, la unidad estará garantizada! ¡En el PRM no habrá trapisondas ni traiciones!
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