27 de Marzo del 2015
Desde que el reloj marca las seis de la tarde la puerta del colegio se cierra para los electores que no se encuentran, en ese instante, dentro del local o debidamente inscritos en el formulario especial de concurrentes. Más adelante, cuando el último de los votantes presentes sufraga, se declara cerrada la votación y se anuncia el inicio del momento más esperado de la jornada electoral: el escrutinio.
En nuestro país el escrutinio, que a decir de W.J.M. Mackenzie, tiene la virtud de ser la parte del proceso electoral que más fácilmente puede llevarse a cabo con honradez,
se hace a puerta cerrada, en presencia de los delegados de los partidos políticos que hayan presentado candidaturas o personificado alianzas o coaliciones. Este es un anacronismo que debe superarse para que, como en la mayoría de las naciones latinoamericanas, cualquier ciudadano que lo desee pueda observar el proceso.
La fase del proceso electoral que nos ocupa la realiza cada colegio electoral, no pudiendo éste delegarlo o encomendarlo a personas extrañas ni suspenderlo. La misma se lleva a cabo mediante el procedimiento siguiente: 1) se abre la urna y se sacan de ella las boletas; 2) se cuentan las boletas y se confronta su número con el de los electores que hubieren votado, de conformidad con los inscritos en el formulario especial de concurrentes; 3) Se extraen y se colocan por separado los sobre contentivos de boletas protestadas, los cuales deben ser empaquetados sin abrirse, al tiempo de verificarse si el número de estos coincide con el de declaraciones de protestas presentadas y con las anotaciones hechas al respecto en el acta del colegio electoral; 4) el secretario desdobla cada boleta y lee en alta voz al partido o agrupación que corresponde, la cual pasa al presidente, quien luego de examinarla la muestra a los demás miembros y delegados presentes; 5) si aparecieran boletas anulables, se rechazan y se colocan aparte, siendo firmadas por el presidente, el secretario y los demás miembros, así como por los delegados de los partidos que deseen hacerlo; y 6) se hace consignar en el acta el número de votos válidos, de las boletas protestadas y de las rechazadas.
Aunque el procedimiento del escrutinio para las próximas elecciones es el mismo que se ha utilizado siempre, su efectividad se verá disminuida a causa de que por primera vez en veinte años, el mismo día serán escogidos los candidatos en los niveles presidencial, congresual y municipal, los cuales suman aproximadamente 4,200 cargos, una cifra inmensamente superior a los escogidos en cualquier otra competencia electoral. En ese sentido, el conteo de los votos, en lugar de una o dos, tendrá que hacerse sobre la base de tres urnas de votación.
Otros motivos para prestarle la debida atención al escrutinio son, por un lado, la complejidad de la distribución de los escaños mediante el método del voto preferencial y, por el otro, la escogencia de los cargos en más de 225 distritos municipales.
Sin embargo, se puede tener la seguridad de que los resultados relativos al nivel presidencial, tal y como ha ocurrido en los últimos eventos electorales, serán ofrecidos oportunamente, mientras que los demás niveles dependerán del éxito de los preparativos que ya inició la Junta Central Electoral.
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