viernes, 14 de julio de 2017

Macron: el esplendor y la realidad

EL MUNDO

Macron: el esplendor y la realidad

Emmanuel Macron recibe a Donald Trump para la fiesta nacional de Francia. También Angela Merkel y sus ministros visitan París. La capital francesa reluce. Eso podría resultar inspirador para la política exterior.
Frankreich Donald Trump im Elysee Palace (picture-alliance/dpa/Sputnik/I. Kalashnikova)
"Europe is back”. Es una frase osada y no libre de ironía la que plantea un periódico francés. "Europe is back”. Así, en un inglés escueto, como un guiño de referencia a todas las consignas esperanzadoras de los últimos años, desde el "Yes, we can”, hasta el "Let's make Europe great again”.
A fin de cuentas, escribe Le Monde, hace un año las cosas se veían muy distintas en Europa: los británicos acababan de despedirse de la UE, los populistas amenazaban con ganar elecciones decisivas en varios países de Europa y, sobre todo en Francia, causaba estragos el terrorismo, que provocó un baño de sangre en Niza justamente el 14 de julio, el día de la fiesta nacional gala.
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Apenas un año más tarde, el panorama es mejor: los populistas han perdido en buena medida su encanto, el "brexit” causa dolores de cabeza a sus profetas y a buena parte de la población, y la organización terrorista Dáesh, autodenominada"Estado Islámico” ha sufrido una dura derrota en Irak, en la batalla de Mosul.
La habilidad de Macron
Pero, sobre todo, Europa ha recuperado brillo, principalmente en Francia. Emmanuel Macron, el joven presidente, ha demostrado al menos que se mueve con seguridad en el escenario. El vigoroso apretón de manos que le dio a Trump circuló profusamente en la red. Lo mismo ocurrió con otro video, que muestra a Macron como un maestro de la táctica evasiva: en la cumbre de la OTAN, a fines de mayo en Bruselas, Macron se dirigía hacia Trump cuando, súbitamente, dio un giro para saludar primero a Angela Merkel, al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y al primer ministro belga, Charles Michel, y solo entonces al presidente estadounidense. Por una fracción de segundo, el semablante de Trump se ensombreció. Dos puntos para Macron.
También ese video constituyó una satisfacción europea. Fue "un momento de la verdad” –explicó Macron al Journal du Dimanche- una forma de "rehusar una pequeña concesión, aunque solo fue de manera simbólica”.
Desayuno en Versalles, cena en la Torre de Eiffel
El simbolismo político es el fuerte del presidente francés. Así lo demuestra también su lograda puesta en escena del legado cultural de su país. Primero en el desayuno de Putin en el palacio de Versalles, luego en la cena con el matrimonio Trump en el distinguido restaurante "Le Jules Verne”, en la Torre de Eiffel: allí vuelve a relucir el esplendor de la nación, que no solo ha de devolver su brillo a Francia, sino a toda Europa.
Macron y su huésped, en París.
Macron y su huésped, en París.
Hasta ahí la estética, el simbolismo. Las realidades políticas son un tanto más duras de roer, pero eso no significa que no haya esperanzas. "Et en même temps”: Macron aplica su slogan favorito también a la política. Está convencido de que hay que mostrarse firme ante un hombre complicado como Trump, pero no hay que marginarlo. Y encuentra con ello puertas abiertas en Washington. "Trump está encantado, la primera dama está encantada”, dijo un asesor de la Casa Blanca que cita Le Figaro.
Del simbolismo a la práctica
En otras palabras: otro punto para Macron. "Compró a Trump a un precio muy conveniente”, señaló un observador diplomático citado por Le Figaro. Ante el fuego continuo al que está sometido el presidente en Washington, París ha de ser una bienvenida alternativa, aunque solo sea por un día y medio. Y, pese a la brevedad, se cumple un objetivo. "Macron piensa que Estados Unidos es imprescindible, independientemente de los errores que pueda cometer su presidente”.
En este punto, el trabajo simbólico podría pasar al terreno práctico. Ya se ha hecho un comienzo. Francia se propone aumentar su gasto militar, como desea Trump y también se considera sensato en el París político. "Tenemos intereses comunes”, declaró Macron a mediados de la semana, especificando: "la lucha contra el terrorismo y el resguardo de intereses vitales”. En este campo hay buenas oportunidades para la cooperación, a diferencia de lo que ocurre en la política ambiental.

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