Fruto de las divisiones de los partidos políticos, el estancamiento del poder de cierto grupo y la no solución de problemas tradicionales en la historia del Estado han hecho que la República Dominicana se encuentre estática en una transición del liderazgo político que durante décadas ha gobernado el país.
Estos problemas tradicionales unidos a las redes de indignación y poder (que es lo que se ha formado últimamente en las redes sociales) han logrado generar un cambio desde fuera en manos de los ciudadanos apoyados en la comunicación 2.0, que le permite la tecnología de la información. Tanto para informarse como para expresarse.
La crisis del liderazgo político dominicano ya tocó al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) haciendo que se divida en dos: un grupo que sigue en él, pero ahora va de la mano con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y otro que se formó como Partido Revolucionario Moderno (PRM), aunque son los mismos actores en ambos.
También se ven aprietos en el PLD con el caso Odebrecht, donde han rodado en éstos últimos días cabezas de una de sus dos corrientes internas y donde algunos miembros manejan un discurso y otros totalmente el contrario haciendo de sus desafíos de palabras una especie de señal de que las cosas no andan bien tampoco allí dentro.
Crisis de la que tampoco se ha escapado el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), quien en pasados días vio un enfrentamiento entre sus líderes Víctor –Ito- Bisonó y Quique Antún, que en un momento determinado no se sabía si era uno o el otro el presidente de esa organización.
La incapacidad de los líderes políticos en resolver los problemas existenciales del país y los escándalos de las figuras políticas que hoy ocupan los puestos más importantes (fuera y dentro del gobierno) han sido la pólvora que ha incendiado el cambio tras el descrédito del sistema de partidos actuales, y de paso a sus líderes.
Se han quedado varios pasos atrás del ahora
Según el doctor Ricardo Nieves, existe una crisis global sobre el pensamiento político y las categorías pensantes sobre la realidad actual.
Situación que se ha dado a consecuencia de que la tradición política se quedó varios pasos atrás de la realidad social de los países, fenómeno que también se experimenta en estos momentos en la República Dominicana. Considera que el liderazgo político es arrastrado por la misma indigencia y la crisis de interpretación y respuesta a una ciudadanía cada vez más demandante, que ve en las redes un mecanizmo vigilancia y control de los gobiernos y el Estado.
“Eso indica que el liderazgo político no solo se encuentra en transición, sino que hay una transformación del nuevo modelo de liderazgo en el discurso demagógico, en el clientelismo, en el fraude de la palabra.
Una palabra sustraída de la realidad política que aunque podría lucir encantadora no llena las exigencias de un nuevo sujeto que en el siglo XXI está copado de información a todos los niveles. Y eso ha dejado rezagado el tipo de modelo político tradicional”, explicó Nieves.
Destaca además, que aunque el fenómeno no se puede considerar todavía abarcador a plenitud, hay algunos segmentos de la sociedad que están desconectados totalmente del liderazgo político y su discurso.
“Están consumidos y desenfocados de la realidad. Hay un desterioro propio del modelo de la tradición de cara al fenómeno del siglo XXI tan implicado en el mundo de la comunicación y la participación del ciudadano en los procesos”, señaló Ricardo Nieves, quien añadió que eso se refleja en las expectativas, esperanzas y las exigencias de la sociedad pos industrial.
Liderazgo RD es sustentado por el clientelismo y el asistencialismo
Entre las características del liderazgo tradicional que señala el doctor Nieves, destaca sus pilares fundamentales en el clientelismo y el asistencialismo la única forma de persistir.
El liderazgo tradicional dominicano es paleontológico que sigue apoyado en dos pilares fundamentales en la sociedad dominicana: el clientelismo y el asistencialismo a los grupos carenciados y más empobrecidos en la sociedad que son mayoritariamente dominante.
“Sin embargo, en esos mismos grupos empieza ya a calar un sentimiento de rechazo a temas como la corrupción, derroche de recursos públicos y a la falta de respuesta a los problemas crónicos de la nación, tales como la delincuencia, el desempleo y otros”, señala el experto.
“Los pilares de sustento del asistencialismo y el clientelismo son la fuerza motora del modelo de democracia electoral, no así de la respuesta de democracia efectiva que espera la inmensa mayoría”, añadió.
Un liderazgo caudillista que se resiste a salir
De su lado, la politóloga Olaya Dotel también ve el momento que vive la República Dominicana como uno de transición del liderazgo al que llama del tipo caudillista carismático.
“Estamos ante una transición del liderazgo caudillista carismático que todavía se resiste a salir”, apunta.
Una de las prácticas que caracterizan a este tipo de liderazgo es el no permitir bajo ninguna vía el surgimiento de otras candidaturas ni otros líderes, como un modo de preservar la centralización del poder en su persona.
“En el caso del PLD, se ha producido una especie de liderazgo tipo corporación… Pero en estos últimos años ha surgido una tensión entre este liderazgo corporativo que ha podido ejercer ese partido, frente a las aspiraciones de sus dos dirigentes más populares: Leonel Fernández y Danilo Medina, que ejercen un liderazgo carismático que ha terminado asumiendo el partido”, señala la politóloga.
Por otro lado, según Olaya Dotel, “el PRM, que es un partido que viene de un liderazgo de facciones donde en su momento José Francisco Peña Gómez se vendió como un lider carismático, lo que hay fundamentalmente son divisiones encabezadas por Luis Abinader y el otro por Hipólito Mejía”.
Al ser un grupo de facciones están surgiendo otros liderazgos con mucho menos perfil, pero que están presentes en la palestra pública y en la dirigencia nacional del partido como lo están haciendo los congresistas Faride Raful, José Paliza entre otros, detalla la experta.
“En el caso del PRM, que es un partido que se está vendiendo de centro izquierda o de centro derecha y que es una organización que todavía se encuentra en formación ideológica, se visualiza un tipo de liderazgo más compartido, sin ese carácter de corporatividad.
En él, las facciones son corrientes o grupos que pueden responder a liderazgos que los representen o que se inclinan a posiciones e ideologías”, indica Dotel.
Afirma que actualmente el PRM es un partido en estado de construcción de su propia identidad y al ser una organización que responde a los intereses de la clase media actúa también con las herramientas de esa clase.
En el caso de la Marcha Verde, el PRM todavía no ha fortalecido vínculos con los sectores populares, pero en la medida en que se vaya estrechando esos lazos con esos sectores puede haber un mayor nivel de radicalización en sus propuestas, acciones y luchas.
“Los perremeistas han estado presentes en las luchas que está exigiendo el pueblo, pero lo ha hecho como uno más. Por lo que esos movimientos no los dirige el PRM”, culmina Dotel, quien dice además que espera que dado el momento que vive el país el liderazgo carismático que ha existido durante años termine, porque estos no hacen más que absorber todos los proyectos políticos”.
https://www.metrord.do/do/deportes/2017/05/29/michael-pineda-continua-dominio-grandes-ligas.html
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