No somos iguales
Publicado el: 6 abril, 2017 - e-mail: redaccion[@]elnacional.com.do
El artículo escrito por la destacada politóloga Rosario Espinal titulado “¿Qué mueve a la política?” (Hoy, 5/4/2017) me ha motivado a escribir estas líneas. Espinal afirma “lo que mueve la política dominicana es la corrupción y el clientelismo, y la democracia electoral amplió la participación en el reparto, aumentando el desparpajo político.”
Generalizar no es correcto, porque no todos los políticos que incluso han estado en el gobierno son corruptos ni han vivido del clientelismo. Hay dignos ejemplos que están hoy presentes en el escenario nacional, como también hay que reconocer que hay una generación de políticos que no tiene ningún tipo de responsabilidad ni participación en el caso Odebrecht, y tiene por tanto, calidad para denunciar, exigir rendición de cuentas y reclamar sanción para la corrupción, sin banderías políticas.
Generalizar no es correcto, porque no todos los políticos que incluso han estado en el gobierno son corruptos ni han vivido del clientelismo. Hay dignos ejemplos que están hoy presentes en el escenario nacional, como también hay que reconocer que hay una generación de políticos que no tiene ningún tipo de responsabilidad ni participación en el caso Odebrecht, y tiene por tanto, calidad para denunciar, exigir rendición de cuentas y reclamar sanción para la corrupción, sin banderías políticas.
Nadie duda que la corrupción hizo metástasis en el Estado por la impunidad que generó esquema como el de Odebrecht que cooptó la democracia. En el pasado, hubo otros esquemas, como el de la SunLand, mecanismo que denuncié ante la Suprema Corte de Justicia, y que todos sabemos su resultado final con la frase lapidaria del entonces candidato Danilo Medina: “El Estado me venció”.
Sobornos, sobrevaloraciones de obras y aportes a campaña electoral. Las 3 ramificaciones de #odebrecht en RD. Sanción a todos los niveles. pic.twitter.com/UwEk1OxfBd— Orlando Jorge Mera (@orlandojm) 8 de abril de 2017
La indignación que ocasiona el caso Odebrecht en sus tres vertientes (sobornos, sobrevaloraciones de obras y aportes a campañas) ha llegado a su momento cumbre en el reclamo ciudadano. El modelo corrupto y clientelar adoptado por un partido que ha corporativizado el Estado, controlando todo, ya se agotó. Ha quedado al desnudo por el caso Odebrecht. Hay por tanto, que recuperar los valores de la democracia y regenerarla, también. Una generación de políticos está comprometido con la regeneración de la democracia.
En mi artículo de la semana pasada, me referí a los culpables por acción y por omisión en el escándalo Odebrecht. A diferencia de otros países, el gobierno no ha adoptado una sola acción concreta en contra de los responsables del mayor caso de corrupción. Incluso, el gobierno le ha pagado a Odebrecht en los meses de enero y febrero como si nada estuviera ocurriendo. Esto es inaceptable.
Cándido Gerón ha recogido magistralmente en su libro “172 años de corrupción en la República Dominicana (2016)” esta dura realidad que nos ha empobrecido económicamente y moralmente. La política dominicana será diferente a partir de este punto de inflexión. No todos somos iguales.
http://elnacional.com.do/no-somos-iguales/
No somos iguales. Una generación de políticos tiene valores democráticos. Mi artículo publicado en El Nacional: https://t.co/WpwvQDa0Dg pic.twitter.com/cnl3OjSRJQ— Orlando Jorge Mera (@orlandojm) 6 de abril de 2017
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