OPINIÓN
El rezago agrícola dominicano
10/01/2017 12:00 AM - ANDRÉS DAUHAJRE HIJO
Cuando se contrasta la dinámica de las exportaciones de productos agrícolas no tradicionales en Chile y Perú con la exhibida por República Dominicana, tenemos que cuestionarnos sobre cuáles han sido los factores que nos han alejado de la etiqueta que nos colocaron décadas atrás y nos tildaba como “país eminentemente agrícola”.Siempre se ha señalado que República Dominicana es una de las economías del Caribe con mayor potencial para crecer empujada por la expansión de las exportaciones de productos agropecuarios no tradicionales. Lo que ha sucedido, sin embargo, es que nuestro crecimiento, uno de los más elevados de la región, parecería no haber estado asociado nunca a la dinámica de las exportaciones de productos agropecuarios no tradicionales. Hemos crecido empujado por el consumo casi siempre, la inversión en algunos años y las exportaciones netas de bienes y servicios (exportaciones – importaciones), en otros. Pero si lo vemos con lupa, la contribución de las exportaciones netas de productos agropecuarios no tradicionales ha sido insignificante.
Es bien conocida la fuerte dependencia de la economía chilena en la minería, principalmente, del cobre. En el período 2003-2015, el 57% de las exportaciones de Chile fueron de minerales, destacándose el cobre con una participación de 52.4%. A pesar de ello, Chile ha logrado incorporar en su menú de exportaciones un creciente número de productos agrícolas no tradicionales y derivados industrializados en forma de alimentos y bebidas, que han ido penetrando no sólo las fronteras latinoamericanas, sino también las de América del Norte y el Asia. En el 2016, las exportaciones de productos agrícolas no tradicionales de Chile alcanzaron US$5,387 millones, excluyendo las exportaciones de alimentos y bebidas, que ascendieron a US$10,242 millones. Dentro de su canasta de productos agrícolas no tradicionales, Chile exhibe actualmente 18 productos con valor exportado superior a los US$50 millones, destacándose las uvas con US$1,347 millones en el 2015, manzanas US$562, blueberries US$548, cerezas US$510, nueces y almendras US$445, kiwi US$211, aguacates US$209, ciruelas US$132, peras US$132 y mandarinas US$101.
Aunque menos conocido que el exitoso desempeño chileno en este ámbito, Perú viene registrando un dinamismo espectacular en las exportaciones de productos agrícolas no tradicionales. El año pasado, las exportaciones alcanzaron US$4,630 millones, registrando un crecimiento anual promedio de 16.7% durante el período 2003-2016, el más elevado de la región. Perú exhibe 17 productos agrícolas no tradicionales con exportaciones anuales superiores a los US$50 millones, destacándose las uvas con US$700 millones en el 2015, los espárragos US$586, aguacates US$305, mangos US$275, guineos US$145, quinúa (quinoa en inglés) US$144, alcachofas US$88, mandarinas US$66, cebollas US$64, papikra US$52 y blueberries, cuyas exportaciones pasaron de US$97 millones en el 2015 a más de US$200 millones en el 2016.
El dinamismo de las exportaciones agrícolas no tradicionales exhibido por Perú queda revelado cuando se observa, por ejemplo, que mientras en el 2003 las exportaciones de aguacate del Perú (US$15.7 millones) no se distanciaban mucho de las dominicanas (US$9.5) pero sí de las chilenas (US$182), en el 2015 ascendieron a US$305 millones, superando a Chile (US$208) y República Dominicana (US$16.6). Algo parecido sucede con los mangos. Las exportaciones de mango del Perú han pasado de US$31 millones en el 2003 a US$275 en el 2015. Nosotros, sin embargo, exportamos en el 2015 apenas US$15.7 millones.
El rápido crecimiento de las exportaciones agrícolas no tradicionales de Perú, de mantenerse en los próximos años, podría convertir al Perú en el principal exportador de algunas frutas que en los últimos años han sido una muestra del éxito agroexportador chileno, como las uvas frescas y los blueberries. En el 2003 las exportaciones de uvas frescas de Chile eran 32.6 veces mayores que las de Perú. En el 2015, el ratio se redujo a 1.9. Bajo el programa “Perú berries” que arrancó en el 2011, los peruanos están mostrando lo que puede lograrse cuando los sectores privado y público se comprometen con una serie de reglas y políticas para promover la incursión en nuevos nichos de exportación de altísima rentabilidad. Hasta el 2011 Perú nunca había exportado blueberries. En el 2012 las exportaciones de blueberries peruanos alcanzaron US$0.46 millones. El año pasado, como señalamos anteriormente, sobrepasaron los US$200 millones.
El desempeño de las exportaciones agrícolas no tradicionales de República Dominicana deja mucho que desear. En el 2015, según el Banco Central, alcanzaron US$554.2 millones, de los cuales el 55% fue generado por las exportaciones de guineo. En el rango de los productos agrícolas no tradicionales, la República Dominicana sólo tiene un renglón con un valor exportado superior a US$50 millones: el guineo. En el 2015, según el Ministerio de Agricultura, las exportaciones de guineo ascendieron a US$223.7 millones. El Banco Central, sin embargo, las situó en US$307.1 millones.
Cuando uno observa el uso de maquinarias y equipos de alta tecnología en los procesos agrícolas de Chile y Perú, incluyendo tractores que envían en tiempo real la actividad de arado que están realizando y la utilización de drones para enviar imágenes a los centros de acopio de data, necesariamente tiene que concluir que las señales que las políticas públicas han enviado a los inversionistas privados revelan que existen espacios de alta rentabilidad en la agricultura de exportación. Muchas empresas agrícolas chilenas y peruanas no piensan únicamente en Estados Unidos como potencial comprador. En los últimos años, una gran parte está poniendo énfasis especial en el creciente mercado representado por el Asia, especialmente, China. Más aún luego de la entrada en vigencia el 1ro. de marzo del 2010 del Tratado de Libre Comercio entre el Perú y China. Gracias a este acuerdo las uvas de mesa peruanas, por ejemplo, comenzaron a ingresar con arancel cero a partir del 1ro. de enero del 2015, proyectándose que el Perú en el corto plazo desplazará a Chile como principal suplidor de uvas a China.
Si continuamos diseñando políticas públicas que se orientan más a proteger excesivamente nuestro reducido mercado interno y menos a abrir las posibilidades de incursionar en el mercado global, la agricultura dominicana seguirá fungiendo como la cenicienta de nuestra economía. No es por casualidad que el dinamismo exportador de la agricultura chilena y peruana coexiste con una tasa arancelaria promedio ponderado sobre las manufacturas importadas (incluyendo efecto mitigador de los acuerdos de libre comercio) de 0.64% en Chile y 1.81% en Perú, con lo cual los gobiernos de esos países advierten que para ganar dinero hay que mudarse a los sectores donde existen ventajas comparativas dinámicas. Aquí, con un arancel promedio ponderado de 7.11%, las señales reflejan que todavía se puede ganar dinero produciendo exclusivamente para el reducidísimo mercado interno.
Es bien conocida la fuerte dependencia de la economía chilena en la minería, principalmente, del cobre. En el período 2003-2015, el 57% de las exportaciones de Chile fueron de minerales, destacándose el cobre con una participación de 52.4%. A pesar de ello, Chile ha logrado incorporar en su menú de exportaciones un creciente número de productos agrícolas no tradicionales y derivados industrializados en forma de alimentos y bebidas, que han ido penetrando no sólo las fronteras latinoamericanas, sino también las de América del Norte y el Asia. En el 2016, las exportaciones de productos agrícolas no tradicionales de Chile alcanzaron US$5,387 millones, excluyendo las exportaciones de alimentos y bebidas, que ascendieron a US$10,242 millones. Dentro de su canasta de productos agrícolas no tradicionales, Chile exhibe actualmente 18 productos con valor exportado superior a los US$50 millones, destacándose las uvas con US$1,347 millones en el 2015, manzanas US$562, blueberries US$548, cerezas US$510, nueces y almendras US$445, kiwi US$211, aguacates US$209, ciruelas US$132, peras US$132 y mandarinas US$101.
Aunque menos conocido que el exitoso desempeño chileno en este ámbito, Perú viene registrando un dinamismo espectacular en las exportaciones de productos agrícolas no tradicionales. El año pasado, las exportaciones alcanzaron US$4,630 millones, registrando un crecimiento anual promedio de 16.7% durante el período 2003-2016, el más elevado de la región. Perú exhibe 17 productos agrícolas no tradicionales con exportaciones anuales superiores a los US$50 millones, destacándose las uvas con US$700 millones en el 2015, los espárragos US$586, aguacates US$305, mangos US$275, guineos US$145, quinúa (quinoa en inglés) US$144, alcachofas US$88, mandarinas US$66, cebollas US$64, papikra US$52 y blueberries, cuyas exportaciones pasaron de US$97 millones en el 2015 a más de US$200 millones en el 2016.
El dinamismo de las exportaciones agrícolas no tradicionales exhibido por Perú queda revelado cuando se observa, por ejemplo, que mientras en el 2003 las exportaciones de aguacate del Perú (US$15.7 millones) no se distanciaban mucho de las dominicanas (US$9.5) pero sí de las chilenas (US$182), en el 2015 ascendieron a US$305 millones, superando a Chile (US$208) y República Dominicana (US$16.6). Algo parecido sucede con los mangos. Las exportaciones de mango del Perú han pasado de US$31 millones en el 2003 a US$275 en el 2015. Nosotros, sin embargo, exportamos en el 2015 apenas US$15.7 millones.
El rápido crecimiento de las exportaciones agrícolas no tradicionales de Perú, de mantenerse en los próximos años, podría convertir al Perú en el principal exportador de algunas frutas que en los últimos años han sido una muestra del éxito agroexportador chileno, como las uvas frescas y los blueberries. En el 2003 las exportaciones de uvas frescas de Chile eran 32.6 veces mayores que las de Perú. En el 2015, el ratio se redujo a 1.9. Bajo el programa “Perú berries” que arrancó en el 2011, los peruanos están mostrando lo que puede lograrse cuando los sectores privado y público se comprometen con una serie de reglas y políticas para promover la incursión en nuevos nichos de exportación de altísima rentabilidad. Hasta el 2011 Perú nunca había exportado blueberries. En el 2012 las exportaciones de blueberries peruanos alcanzaron US$0.46 millones. El año pasado, como señalamos anteriormente, sobrepasaron los US$200 millones.
El desempeño de las exportaciones agrícolas no tradicionales de República Dominicana deja mucho que desear. En el 2015, según el Banco Central, alcanzaron US$554.2 millones, de los cuales el 55% fue generado por las exportaciones de guineo. En el rango de los productos agrícolas no tradicionales, la República Dominicana sólo tiene un renglón con un valor exportado superior a US$50 millones: el guineo. En el 2015, según el Ministerio de Agricultura, las exportaciones de guineo ascendieron a US$223.7 millones. El Banco Central, sin embargo, las situó en US$307.1 millones.
Cuando uno observa el uso de maquinarias y equipos de alta tecnología en los procesos agrícolas de Chile y Perú, incluyendo tractores que envían en tiempo real la actividad de arado que están realizando y la utilización de drones para enviar imágenes a los centros de acopio de data, necesariamente tiene que concluir que las señales que las políticas públicas han enviado a los inversionistas privados revelan que existen espacios de alta rentabilidad en la agricultura de exportación. Muchas empresas agrícolas chilenas y peruanas no piensan únicamente en Estados Unidos como potencial comprador. En los últimos años, una gran parte está poniendo énfasis especial en el creciente mercado representado por el Asia, especialmente, China. Más aún luego de la entrada en vigencia el 1ro. de marzo del 2010 del Tratado de Libre Comercio entre el Perú y China. Gracias a este acuerdo las uvas de mesa peruanas, por ejemplo, comenzaron a ingresar con arancel cero a partir del 1ro. de enero del 2015, proyectándose que el Perú en el corto plazo desplazará a Chile como principal suplidor de uvas a China.
Si continuamos diseñando políticas públicas que se orientan más a proteger excesivamente nuestro reducido mercado interno y menos a abrir las posibilidades de incursionar en el mercado global, la agricultura dominicana seguirá fungiendo como la cenicienta de nuestra economía. No es por casualidad que el dinamismo exportador de la agricultura chilena y peruana coexiste con una tasa arancelaria promedio ponderado sobre las manufacturas importadas (incluyendo efecto mitigador de los acuerdos de libre comercio) de 0.64% en Chile y 1.81% en Perú, con lo cual los gobiernos de esos países advierten que para ganar dinero hay que mudarse a los sectores donde existen ventajas comparativas dinámicas. Aquí, con un arancel promedio ponderado de 7.11%, las señales reflejan que todavía se puede ganar dinero produciendo exclusivamente para el reducidísimo mercado interno.
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